Sin duda nos merecemos nuestro Nabucodonosor


La destrucción o debilitamiento de la Unión Europea no importaría gran cosa si estuviéramos en un escenario como el de los años 50. El problema es que con una China-anaconda como la que está creciendo en Oriente y con una economía mundial de increíble competitividad frente a los países emergentes, el resultado es más que previsible. Ni siquiera todos unidos vamos a poder mantener un cierto orden en el proceso de creciente decadencia que ya estamos sufriendo. Si todos unidos no podemos, separados y alentando pequeños egoísmos vamos a ser carne de cañón.Y lo peor es tener la seguridad de que nos merecemos el futuro cuyos cimientos estamos construyendo.

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