Las notas periodísticas que en otras épocas las designaban como “rojas” y que aparecían en revistas y páginas violentas de los Medios de Comunicación, son al presente notas comunes y corrientes. Se decía antaño que existían y eran para mantener el morbo e inducir la venta masiva de diarios y panfletos.
Hoy por hoy, dicen las estadísticas que el País más violento es Siria. Pero ellos aunque pocos y lejanos están viviendo una guerra cruenta que ensordece y casi nulifica los valores. México, por el contrario, no tiene ninguna declaración de guerra; no obstante es el segundo país de más violencia, según analistas.
Tal vez la capacidad de sorpresa por la violencia, ya se agotó. La gente ya se acostumbró a la violencia en todos los niveles, incluido el familiar; la violencia esté empoderada. Hay, en los barrios, demasiada intimidación. Las familias, en colonias diversas parecieran, lugares donde la violencia se presenta casi todos los días.
Hay datos en diversos Estados de la República Mexicana que asombran porque parecen “partes de guerra” Un jueves de cualquier semana, de cualquier año suena en la sociedad como cantaleta a la indiferencia. “ …cuerpos que fueron abandonados… había huellas de tortura, parece la mano vengadora del crimen organizado”. El gobierno por su parte carece de estrategias de respuesta para la disolución de la violencia. Se conforma con reprimir y azuzar
Hay una lucha que se ha tardado en suscitar y promover desde distintos frentes; la educación para la paz. Hay tareas muy personales -ninguna persona es un objeto que se pueda maltratar, comprar, usar, pues eso implica que dicha persona es violentada- El quehacer vertebrado de la lucha contra la violencia está en dos lugares en la familia y en el Estado.
Hoy es menester para toda la sociedad, enseñar, vivir y resguardar la no violencia, la igualdad y equidad de género y muchas otras acciones a favor de la convivencia humana. Hoy como sociedad, con la ventaja expedita de los medios de comunicación tenemos que promover redes y sistemas del cuidado común a lo cercano y a lo lejos.
Hay, sin duda una importantes de instituciones que tiene que hacer su tarea de una manera redoblada: la academia. Se tiene que promover una investigación sesuda, comprometida y expansiva. Una nueva cultura de aprendizaje para la información y la denuncia. Es sin duda el Estado quien tiene que garantizar el acceso a la justicia para la seguridad de las colonias más vulnerables y de menos recursos. Esto no se logrará mientras no haya buenas administraciones y equidad para promover a las colonias más frágiles de valores; que no son únicamente las más pobres.
Los líderes religiosos -aprovechando cada espacio de contacto y comunicación con sus comunidades- tienen una tarea imprescindible para incidir en las conciencias, dejando clara y firmemente una postura de reprobación, habrá que exigir desde todos los frentes un alto a la violencia contra las mujeres, niñas y jóvenes. La tarea es promover acciones contundentes para llevar adelante aquello de “ama a tu prójimo como a ti mismo”.
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