José de Jesús Parada Tovar
La Fundadora de la Orden de Religiosas del Verbo Encarnado fue la Venerable Jeanne Chézard de Matel, quien nació el 6 de noviembre de 1596 en Roanne, Francia, y murió, en olor de santidad, el 11 de septiembre de 1670. Tras muchas pruebas y avatares, la Congregación inició en 1625, extendiéndose pronto a varias ciudades francesas y a España. Su Causa de Canonización continúa en proceso.
Presencia activa
Hoy en día, hay Conventos y Centros de Apostolado del Verbo Encarnado en 11 países: México, Guatemala, El Salvador, Uruguay, Argentina, Estados Unidos, Tanzania, Kenia, Ruanda, Francia y España. Fue hasta 1853 cuando esta Orden Religiosa incursionó en América, instalándose en Brownsville, Texas, y expandiéndose hasta 1894 a Tabasco; en 1923 a Matehuala, San Luis Potosí, y a la Ciudad de México en 1927, según hizo saber la Madre Martha Patricia Ochoa Maldonado, Superiora del Convento en Guadalajara, ubicado en Calle Robles Gil No. 73, Sector Juárez, asiento de una Comunidad de 12 Religiosas, la mayoría de edad avanzada.
También hay una Casa, en Calle Colomos No. 1921, Sector Hidalgo, sede de una instancia provincial, cuya Superiora Regional es la Madre Angélica Aguilar, acompañada de cuatro Hermanas Consejeras que supervisan las tareas de la Congregación en una jurisdicción que abarca su presencia en Jalisco, Michoacán, Guerrero, Zacatecas, Baja California, Nuevo León, Tabasco y la California de Estados Unidos. La Casa General está en Ciudad de México, a la que reportan todas las Comunidades del Centro de la República.
La primera Casa de Guadalajara, dedicada a “Jesús Maestro”, fue fundada el 8 de julio de 1934. El primer Colegio se llamó “América”, con 137 alumnas, y cinco años después, incorporado a la Federación, se denominó “Nueva Galicia”. La Casa de Sayula empezó actividades el 30 de agosto de 1943, y un día después abrió sus puertas la segunda Casa en Guadalajara, dedicada a “María Inmaculada”, ya con el Colegio “Nueva Galicia” por la Avenida Hidalgo. Al año siguiente se abrió el Colegio “Margarita Gibalín de Villard”, formando, adicionalmente, grupos internos de Acción Católica, de la Congregación Mariana y de la Santa Infancia.
Una tercera Casa aquí, dedicada a “Señor San José”, comenzó el 11 de febrero de ese mismo 1944, con el nombre de “Escuela Comercial y Bancaria Nueva Galicia” que, complementariamente, aportó valiosos elementos a la Escuela Catequística Diocesana. La Madre Martha Patricia reconoció abiertamente que la Orden del Verbo Encarnado floreció en esta ciudad, gracias, en buena medida, al fuerte apoyo del Arzobispo José Garibi Rivera y de Monseñor Francisco Javier Nuño Guerrero, su Arzobispo Coadjutor, quienes impulsaron también las vocaciones consagradas con ese carisma. De aquellos tiempos se recuerda, con especial afecto, a Capellanes y Confesores como los Padres Eucario López Jiménez, Salvador Michel Corona, Ambrosio González Gallo y Alfonso Toriz Cobián, entre otros. Desde hace algún tiempo, Padres Formadores del Seminario Diocesano hacen oficio de Capellanes, además de otros Sacerdotes.
Cabe destacar que a lo largo de su historia, en distintos momentos y lugares, esta Institución también ha contado con el respaldo y acompañamiento de Religiosos Lasallistas y Maristas, así como de Padres Jesuitas, Agustinos, Benedictinos, Dominicos, Franciscanos, Salesianos, Paulinos y Misioneros del Espíritu Santo.
Atuendo. El hábito que visten estas consagradas es blanco (inocencia) y rojo (caridad). Al centro, una corona de espinas, el nombre de “Jesús” y la inscripción “Amor meus”.
Premisas. Nos alimentamos en la Eucaristía; invocamos e imitamos a María; escuchamos la Palabra para iluminar nuestro aquí y ahora; somos servicio en la construcción del Reino; somos hijos de la Iglesia.Misión en la Iglesia. Vivir y anunciar la Encarnación del Verbo; ser apóstoles de la Encarnación por el anuncio del Evangelio del Amor y la Bondad; contemplamos, en la oración y la meditación diarias, el Amor inmenso de Dios; procuramos que nuestras Comunidades sean reflejo de la Vida Divina y de esta contemplación y vida; buscamos encarnar a Jesús en la Historia con nuestro servicio apostólico; como reflejo de la Vida de La Trinidad, nuestra vida religiosa es contemplativa, comunitaria y apostólica.
Espiritualidad. Eucarística, Trinitaria, Teológica, Bíblica, Apostólica, Mariana, Litúrgica, Cristocéntrica y, por tanto, Misionera.Retos apremiantes
Con 55 años como Religiosa del Verbo Encarnado, Sor Martha Patricia Ochoa ha transitado y protagonizado numerosas experiencias, desde el haber cursado la especialidad de Lengua y Literatura Española y dado clases en Primaria y Secundaria; Directora de varios Colegios; Superiora Viceprovincial en 1992; Superiora General en 1997 y por seis años. En Guadalajara dirigió la Escuela Vespertina “Nueva Galicia”, con Secundaria, Bachillerato y Normal, domiciliada por la Avenida Enrique Díaz de León, pero que desapareció hace tres años “por limitación de recursos, escasez de alumnos y las exigencias del CENEVAL.
“Las vocaciones ciertamente han disminuido, pero el Señor no nos abandona. Las hay, como por goteo, y lo vemos en el Noviciado (en Tlalpan) con quince jovencitas. En cada Casa hay Promoción y Orientación Vocacional. La competencia es dura, no sólo por los atractivos del mundo, sino por el deseo de muchas jóvenes solamente de prepararse académicamente y luego optar diferente a como era antes, que se encaminaban, con esos estudios, a la vida religiosa, que es más exigente”.
Nuestra entrevistada reveló que es muy variable el número de alumnos de los Colegios atendidos por ellas (y que incluyen a Profesoras y Profesores laicos): “Ahora es una etapa baja, pero los de mayor matrícula son los de Monterrey, Ciudad de México y San Luis Potosí. En Guadalajara son poco más de trescientos; pocos, por su ubicación céntrica y despoblada. En Camino a San Isidro Mazatepec, Municipio de Tlajomulco, poco menos de mil. En Sayula, alrededor de trescientos. Todos esos centros educativos, con Convento cercano”.Soporte seglar
Aparte de que su carisma involucra la inserción, especialmente en Parroquias para auxiliar a los Sacerdotes sobre todo en la Catequesis, la Madre Ochoa Maldonado enfatizó: “Tenemos un apostolado muy fuerte en la Congregación; es una Tercera Rama, de Laicos, los Apóstoles Seglares del Verbo Encarnado. Son papás, alumnos y egresados que se reúnen quincenalmente para profundizar en nuestra espiritualidad. Para ello contamos con una Casa de Ejercicios en Jocotepec, Jalisco, donde se efectúan Encuentros y Retiros, dirigidos por el Padre Levy, Sacerdote Jesuita”.Además, de ordinario se prepara espiritualmente y mediante catequesis y pláticas presacramentales a los alumnos de todos los Colegios. Se calcula que hay, en total, unos 500 Apóstoles del Verbo Encarnado en todos los lugares donde tiene presencia esta Orden Religiosa.
Finalmente, la informante asentó que a lo largo de los años el testimonio de estas Monjas, así como la enseñanza académica y el cultivo de virtudes humanas y cristianas, han generado o fortalecido cuantiosas vocaciones de hombres y mujeres hacia la vida consagrada.
El clero secular en
la Diócesis de México (1519-1650)
Pbro. Tomás de Híjar Ornelas
La mañana del lunes 26 de febrero del año en curso 2018, en el auditorio de la Universidad Pontificia de México (UPM), en Tlalpan, el doctor Rodolfo Aguirre Salvador, uno de los mayores peritos de la historia del clero en México, presentó una obra cimera en lo tocante a la historia de la Iglesia en México: la tesis doctoral del presbítero Antonio Cano Castillo, del clero de Texcoco y doctor en Historia de las Civilizaciones por la Escuela de Altos Estudios de París, que actualmente se desempeña como profesor de tiempo completo en la UPM y como Secretario de la Sociedad Mexicana de Historia Eclesiástica, A.C.
Estudio histórico-
prosopográfico a la luz
de la legislación regia
y tridentina
Bajo el título que encabeza esta colaboración y el subtítulo apenas mencionado, esta coedición monumental (tiene 864 páginas), bajo el signo de la Universidad Pontificia de México y del Colegio de Michoacán, recurre a un método histórico que más allá del manejo de fuentes documentales se sirve de la prosopografía (‘descripción del aspecto exterior de una persona’, desde su etimología), para abordar un grupo social, el clero diocesano de la arquidiócesis de México, del que ofrece datos vitales y análisis cuantitativos de las rupturas y continuidades de su modo de vida, reclutamiento y reproducción.
Partes de la obra
Consta de tres partes: El establecimiento del clero secular, Origen social y formación de los sacerdotes seculares y Nombramiento y ministerio de los sacerdotes (canónigos, curas y capellanes).
La primera tiene estos tres capítulos: En cincuenta años se crea una Iglesia (1521-1571), Los clérigos seculares de la diócesis de México entre españoles e indios y Desviaciones e indisciplinas de los clérigos seculares, los cuales abordan la extensión territorial de la diócesis de México, la población en el arzobispado, la distribución geográfica de los clérigos regulares y el establecimiento de la Iglesia institucional; también, el caso de los primeros clérigos seculares en las parroquias de los españoles, el de los sacerdotes seculares en las parroquias de indios y el perfil cuantitativo del clero secular; concluye presentando la situación de cuatro sacerdotes indisciplinados y la reputación negativa de los primeros clérigos debida principalmente al maltrato a los indios, tratos y contratos ventajosos y los delitos de solicitación y concubinato.
La segunda parte tiene estos dos capítulos: Origen social y carrera eclesiástica del clero secular y la formación intelectual de los sacerdotes seculares. Del primero se analizan cuatro trayectorias y cuatro orígenes: origen y carrera del clero peninsular, origen y carrera del clero criollo, la situación de los clérigos mestizos y la de los descendientes de la nobleza indígena. El capítulo siguiente aborda algunas trayectorias intelectuales, la formación de los candidatos al sacerdocio en la Escuela Catedral, los clérigos seculares en la Real y Pontificia Universidad de México, la formación de los sacerdotes en los colegios de la Compañía de Jesús y el clero secular en otras universidades.
La última parte analiza el caso de los miembros del cabildo catedral de México, el de los curas beneficiados del arzobispado de México y el de los capellanes de la diócesis de México, situándose en cuatro prebendados del cabildo catedral de México, su proceso de nominación, su oficio de sostener el culto divino y la reunión en la sala capitular con sus asuntos diversos. Ofrece también algunas trayectorias y datos relativos a cómo se obtenía una parroquia, a las funciones magisteriales de los curas, la administración de los sacramentos y su relación con el orden moral y como “extirpadores de la idolatría”.
Libro muy relevante
Para los interesados en el tema se trata de una obra enjundiosa e indispensable, pues hasta este momento sólo teníamos datos aislados y más bien ponzoñosos relativos al clero diocesano en comparación a la copiosa producción que ayer y hoy ensalza y potencia a los miembros de las antiguas Órdenes religiosas que participaron de forma fundamental en la evangelización novohispana.
Los interesados por el libro pueden solicitarlo directamente a El Colegio de Michoacán o en Guadalajara, al número 36 14 65 01. Su costo es de 450 pesos.

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