El Santo Padre, que también ofreció la Misa por los enfermos por el coronavirus COVID-19, señaló que “de un modo especial, quisiera rezar por los encarcelados. Por nuestros hermanos y hermanas reclusos en la cárcel”.
“Ellos sufren y debemos estar cercanos a ellos en la oración. Para que el Señor los ayude, los consuele en este momento difícil”.
El Pontífice mostró, de esta manera una vez más, su cercanía por la comunidad de encarcelados.
De hecho, encargó a la parroquia de la cárcel de Padua la elaboración de las meditaciones del Via Crucis del Viernes Santo de este año en el Coliseo. Francisco explicó que el Via Crucis que presidirá tendrá como protagonistas a los encarcelados para “que también en esta ocasión sean los últimos los que nos marquen el paso”.

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