VATICANO, 25 Abr. 21 (ACI Prensa).- El Papa Francisco lamentó un reciente naufragio en el Mar Mediterráneo que ocasionó la muerte de 130 personas, por lo que pidió a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro rezar en silencio por ellos y por quienes pueden ayudar “pero prefieren mirar para otro lado”.
Así lo dijo el Santo Padre este 25 de abril después del rezo del Regina Coeli en este cuarto Domingo de Pascua.
“Les confieso que estoy muy afligido por la tragedia que una vez más se produjo en los días pasados en el Mediterráneo. Ciento treinta inmigrantes han muerto en el mar. Son personas, son vidas humanas, que durante dos días enteros han implorado en vano ayuda, una ayuda que no ha llegado”, lamentó el Papa.
Por ello, el Santo Padre añadió “hermanos y hermanas, interroguémonos todos sobre esta enésima tragedia” y calificó que “es el momento de la vergüenza”.
“Recemos por estos hermanos y hermanas, y por muchos que siguen muriendo en estos dramáticos viajes. Recemos también por aquellos que pueden ayudar, pero prefieren mirar para otro lado. Rezamos en silencio por ellos”, invitó el Papa mientras que permaneció en silencio orante ante cientos de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro para rezar el Regina Coeli.
La tragedia ocurrió a pocos kilómetros de las costas de Libia. Ante lo ocurrido, diversas ONG acusaron que no respondieron a los pedidos de socorro.
Según cifras oficiales, desde el principio de este 2021 al menos 356 personas habían perdido la vida en el Mediterráneo, por lo que con este naufragio se suman al menos 130 personas más.
El 8 de julio de 2013, el Papa Francisco realizó su primer viaje fuera de Roma a la isla siciliana de Lampedusa en donde denunció la “globalización de la indiferencia” porque ante tragedias como esas “hoy nadie en el mundo se siente responsable de esto”.
En esa histórica visita, el Santo Padre voló por la mañana a la isla italiana y a su llegada subió a una embarcación para llegar al puerto de Lampedusa acompañado por barcas de pescadores de la isla. Durante el trayecto arrojó al mar una corona de flores en recuerdo de los emigrantes muertos en el Mediterráneo y a su llegada saludó uno a uno a alrededor de cincuenta inmigrantes quienes estaban en centros de acogida lampedusanos.
En la homilía de la Misa que celebró allí, el Papa lamentó: “hemos perdido el sentido de la responsabilidad fraterna; hemos caído en la actitud hipócrita del sacerdote y del servidor del altar, de los que hablaba Jesús en la parábola del Buen Samaritano”.
“Vemos al hermano medio muerto al borde del camino, quizás pensamos ‘pobrecito’, y seguimos nuestro camino, no nos compete; y con eso nos quedamos tranquilos, nos sentimos en paz”, destacó el Papa Francisco en esa ocasión.
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