2018
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Para recibir el Año Nuevo, el Papa Francisco presidió el canto del Te Deum y la celebración de las Vísperas de la Solemnidad de María Santísima Madre de Dios. El Te Deum es un canto de agradecimiento y celebración reservado para las grandes festividades. Tradicionalmente, los Papas lo encabezan el último día del año.

En su Homilía, el Sumo Pontífice hizo una breve reflexión sobre el nacimiento de Jesús, la maternidad de María -solemnidad que se celebra este 1 de enero- y un llamado a acercarse a las personas sin hogar, que sufren las inclemencias del tiempo durante el invierno.

Jesús “nació de una mujer, la Virgen María; nació bajo la ley, un niño judío, sujeto a la ley del Señor. Pero, ¿cómo es posible? ¿Cómo puede ser este el signo de la plenitud del tiempo?, es cierto que por el momento aquel Jesús es casi invisible e insignificante, pero en poco más de treinta años desatará una fuerza sin precedentes, que todavía permanece y perdurará a lo largo de toda la historia. Esta fuerza se llama amor”.

Las esclavitudes de nuestros tiempos

En su mensaje, el Papa también habló sobre las personas que viven “en condiciones de esclavitud”.

“En este año, que llega a su fin, muchos hombres y mujeres han vivido y viven en condiciones de esclavitud, indignas de personas humanas. También en nuestra ciudad de Roma hay hermanos y hermanas que por distintos motivos se encuentran en esta situación, en particular pienso en tantas personas sin hogar, son más de 10,000. Su situación es especialmente dura en los meses de invierno.

Todos son hijos e hijas de Dios, pero diferentes formas de esclavitud – a veces muy complejas- los han llevado a vivir al borde la dignidad humana. También Jesús nació en una condición parecida, pero no por casualidad o accidente, quiso nacer de esa manera para manifestar el amor de Dios por los pequeños y los pobres”, agregó.

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El Pontífice terminó su mensaje diciendo que la Iglesia “no quiere ser indiferente a las esclavitudes de nuestro tiempo, sino que quiere estar dentro de esta realidad, cercana a esas personas y esas situaciones, una cercanía materna”.

Al finalizar la Misa, el Papa visitó las instalaciones del ambulatorio Madre de Misericordia, un centro recién inaugurado en el columnario de la Plaza de San Pedro y que sustituye al ambulatorio San Martín, que funcionaba desde 2016. Este sitio es un lugar de atención para personas sin hogar, en el que trabajarán especialistas de salud y voluntarios.

Posteriormente, el Papa saludó y convivió con los feligreses que lo esperaban reunidos en la plaza de San Pedro, y rezó delante del Nacimiento monumental de arena que fue instalado en la Santa Sede a principio de diciembre.

El Papa Francisco aceptó la renuncia del director y la vicedirectora de la Oficina de Prensa del Vaticano, Greg Burke y Paloma García Ovejero, informó la oficina de prensa de la Santa Sede este lunes.

En un comunicado, Paolo Ruffini, Prefecto del Dicasterio para la Comunicación, reconoció el profesionalismo, la fe y la humanidad de ambos, y agradeció su dedicación. “Hoy, frente a lo que es su elección autónoma y libre, sólo puedo respetar la decisión que han tomado. Greg y Paloma (para esta tarea indicada por mi predecesor, Mons. Dario Edoardo Viganò) fueron el primer director y primer vicedirector de la Oficina de Prensa tras el inicio de la reforma del sistema de comunicación de la Santa Sede decidida por el Santo Padre”.

“Su compromiso significativo ha contribuido al camino de la reforma que hoy – según ellos – requiere un rápido paso del testimonio en el espíritu de servicio a la Iglesia que nos une a todos para ser llevados a buen término”, agrega.

En su lugar, el Papa Francisco nombró al periodista italiano Alessandro Gisotti como director interino, a la espera de que se defina la nueva estructura. Por su parte, Gisotti, ex subdirector de Radio Vaticano, quien se desempeñaba como coordinador de las redes sociales del dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede, agradeció al Santo Padre la confianza depositada en él.

“Tengo una relación de estima y amistad con Greg Burke y Paloma G. Ovejero. Me uno al Prefecto para agradecerles el trabajo realizado en los últimos dos años y medio en la dirección de la Oficina de Prensa. Trataré de cumplir la tarea que se me ha confiado con todo mi empeño, con ese espíritu de servicio a la Iglesia y al Papa”.

Burke y García Ovejero, ambos laicos con una larga experiencia en el periodismo, tomaron las riendas de la Oficina de Prensa el 11 de julio de 2016 como parte del proceso de transformación del Dicasterio para la Comunicación y su renuncia fue sorpresiva.

“Paloma y yo hemos renunciado, con efecto al 1 de enero. En este tiempo de transición en las comunicaciones del Vaticano, pensamos que lo mejor es que el Santo Padre esté completamente libre para conformar un nuevo equipo”, aseguró Burke en un breve mensaje en su cuenta de  Twitter.

Burke también publicó un agradecimiento al Pontífice: “Me uní al Vaticano en 2012. La experiencia ha sido fascinante, por decir lo menos. Gracias, Papa Francisco. Un abrazo muy fuerte”.

La periodista española Paloma Ovejero también publicó un agradecimiento en Twitter:

Recientemente, el Papa Francisco había hecho algunos cambios en la estructura de comunicaciones del Vaticano, con la llegada del periodista italiano, Andrea Tornielli, como director editorial del Dicasterio y de Andrea Monda como director del diario vaticano L’Osservatore Romano.

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El inicio de un nuevo año constituye una oportunidad para hacer proyectos de vida, fortalecer lo positivo o hacer grandes cambios para sacar de nuestra vida lo que es destructivo. Es fácil hablar, prometer, decir propósitos de Año Nuevo, pero lo difícil es ponerlos en práctica. Quizá por eso hay tantas personas que hacen buenos propósitos, pero nunca los ven realizados.

Lo fácil no cuesta trabajo, no exige constancia ni esfuerzo. Quizá por eso la mayoría de las personas buscan ese camino y se conforman con pocos resultados. Muchos buscan siempre lo más fácil, lo más cómodo, pero ese no es el camino del éxito ni del crecimiento.

Construir sobre arena es fácil. En estos días no faltan algunos cristianos que buscan el éxito de un nuevo año sólo haciendo oración el día último o el día primero, pero todo el año se olvidan de Dios. O quienes creen que siguiendo determinados rituales mágicos como comer las 12 uvas o vestir ropa interior roja, estará seguro y mejor el nuevo año.

Pero la Palabra de Cristo nos invita a esforzarnos, a exigirnos, a trabajar con entusiasmo y constancia, a buscar la sabiduría, a poner nuestra mirada en los valores duraderos y no sólo en las cosas pasajeras, a valorar lo terreno, pero sin dejar de cuidar lo espiritual.

Así como un arquitecto o ingeniero reflexionan y estudian de la mejor manera cómo van a construir una casa para que sea resistente, hermosa y duradera, así también el cristiano tiene que dedicar un tiempo para hacer un proyecto de vida. De acuerdo a sus proyectos, tendrá que marcar los pasos y etapas necesarias para que se conviertan en realidad. Las grandes cosas se van logrando poco a poco, pero se van evaluando constantemente.

Constancia

En una construcción no basta colocar la primera piedra. Después del entusiasmo inicial se tiene que continuar hasta el final. Es necesario vencer la pereza, el deseo de comodidad, y buscar la constancia para luchar con ella. Muchos inician un maratón, pero no lo terminan. Muchos inician un curso y lo dejan a medias. Muchos van la primera semana al gimnasio para desertar después. Muchos leen las primeras páginas de un libro, pero no llegan al final. Muchos inician la lectura de la Biblia para dejarla después abandonada. Sin constancia los propósitos se quedan en palabras o escritos.

Los sentimientos y las emociones son bonitos, pero muy fugaces. Cuando nos dejamos llevar por ellos podemos cometer graves errores. Por eso, al hacer los propósitos de año nuevo será necesario hacerlos con toda calma, buscar un tiempo de reflexión profunda, pidiendo la ayuda de Dios, preguntando a nuestros seres queridos en qué consideran que podríamos ser mejores o qué ven en nosotros que no sea lo mejor.

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Finaliza un año, y muchas personas tienen ya su lista de propósitos para el que viene: ponerse en forma, realizar un viaje, comprar un auto y muchas otras cosas; sin embargo, difícilmente alguien se propone orar, cuando la oración es el impulso vital de todo plan, una fuerza que, además, abre camino a la sensatez y a la constancia. Sobre el tema, habla para Desde la fe el Padre José Fernando Casillas, Secretario Nacional del Apostolado de la Oración.

Asegura que los propósitos que se enfocan meramente en las cuestiones personales, son planes cuya emoción es totalmente pasajera; por tal razón, planear algo sin pensar en lo que Dios quiere, es poner a flote un barco sin dirección, que se pierde rápidamente en el océano de la vida. De manera que lo conducente es pedir rumbo a Dios, quien nos guía por caminos sensatos a través de la oración, la cual necesariamente se realiza sobre dos pilares: el contacto con nuestro interior, y la conexión con nuestro entorno.

Asegura que, sin la oración, el ser humano tiende a hacer planes totalmente personales, pues son prácticos y no requieren ningún examen de conciencia. “No es que éstos sean malos –aclara–; sin embargo, para hallar el camino correcto debemos comprender para qué hemos sido creados: en primer lugar, para la alabanza, entendida como el cuidado de la creación; para la reverencia, que es poner nuestra esencia al servicio del Señor, y para el discernimiento, entendido como tomar decisiones considerando en todo momento el bien del prójimo”.

Es válido ponerse en forma –dice– y procurar el bienestar personal; pero no podemos tener eso como metas absolutas, pues desatenderíamos nuestros compromisos con los otros, nuestras obras de caridad y nuestras tareas como colectividad”.

Orar en medio del vértigo social

El P. Fernando señala que muchas personas encuentran complicado orar en su día a día, traer a Cristo a su corazón en una realidad tan vertiginosa. Sin embargo –explica–, sólo se necesita un poco de disposición y comenzar a rumiar un pedacito de alguna oración para poder abrirse a la gracia de Dios.

“Por ejemplo –explica–, si pensamos en esta frase: ‘Bendito el que viene en nombre del Señor’, podemos voltear y ver al de al lado, y reflexionar en el mensaje que Dios nos quiere dar: tal vez es un indigente, o una persona deprimida. Quien sea, es parte de nuestra realidad, y nos puede interpelar sobre nuestras responsabilidades en el mundo en el que vivimos. Y de oración en oración, de pronto sentiremos que nuestro corazón arde, como ocurrió a los peregrinos de Emaús”.

Orar, ¿una pérdida de tiempo?

Hay personas que piensan que orar es una pérdida de tiempo, pues no genera ganancias cuantificables. “Sin embargo –apunta el P. Fernando–, cuando una mamá mira a su hijo dormir, o si un joven envía un mensaje a su novia, tampoco se producen ganancias medibles. Pero eso no es perder, sino ganar, pues son cosas que llenan de dicha la vida. Lo mismo sucede con la oración: orar es llenar la vida de Dios, quien da la fuerza para todo propósito”.

Lectura del santo Evangelio

Cuando el niño cumplió 12 años, fueron a la fiesta, según la costumbre. Pasados aquellos días, se volvieron, pero el niño se quedó en Jerusalén, sin que sus padres lo supieran. Creyendo que iba en la caravana, hicieron un día de camino; entonces lo buscaron, y al no encontrarlo, regresaron a Jerusalén en su busca. Al tercer día lo encontraron en el templo, sentado en medio de los doctores. Todos los que lo oían se admiraban de su inteligencia y de sus respuestas. Al verlo, sus padres se quedaron atónitos y su madre le dijo: “Hijo mío, ¿por qué te has portado así con nosotros? Tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia”. Él les respondió: “¿Por qué me andaban buscando? ¿No sabían que debo ocuparme en las cosas de mi Padre?”. (Lc. 2, 41-52)

La peregrinación familiar / Mons. Armando Colín

Del Evangelio de este domingo se desprende que al final de aquella peregrinación, Jesús volvió a Nazaret y vivía sujeto a sus padres” (cf. Lc 2,51). Esta imagen tiene también una buena enseñanza para nuestras familias. En efecto, la peregrinación no termina cuando se ha llegado a la meta del Santuario, sino cuando se regresa a casa y se reanuda la vida de cada día, poniendo en práctica los frutos espirituales de la experiencia vivida.

Sabemos lo que hizo Jesús aquella vez. En lugar de volver a casa con los suyos, se había quedado en el Templo de Jerusalén, causando una gran pena a María y José, que no lo encontraban. Por ello, probablemente también Jesús tuvo que pedir disculpas a sus padres.

El Evangelio no lo dice, pero lo podemos suponer. La pregunta de María, además, manifiesta un cierto reproche, mostrando claramente la preocupación y angustia, suya y de José. Al regresar a casa, Jesús se unió estrechamente a ellos, para demostrar todo su afecto y obediencia.

Estos momentos, que con el Señor se transforman en oportunidad de crecimiento, en ocasión para pedir perdón y recibirlo y de demostrar amor y obediencia, también forman parte de la peregrinación de la familia.

En este contexto, pedimos a Dios, que, toda familia cristiana sea un lugar privilegiado para esta peregrinación en el que se experimenta la alegría del perdón. El perdón es la esencia del amor, que sabe comprender el error y poner remedio.

Pobres de nosotros si Dios no nos perdonase. En el seno de la familia es donde se nos educa al perdón, porque se tiene la certeza de ser comprendidos y apoyados, no obstante, los errores que se puedan cometer. No perdamos la confianza en la familia.

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Este 1 de enero, la Iglesia católica celebra su 52ª Jornada Mundial de la Paz bajo el título: “La buena política está al servicio de la paz”. Como es tradición, el Papa Francisco adelantó su mensaje para esta ocasión, a fin de que éste se convierta en objeto de reflexión.

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Cuando el 1 de enero de 1968, Su Santidad Pablo VI dirigió al mundo su mensaje con motivo del primer “Día de la paz”, hizo votos porque esta celebración se repitiese cada año como un presagio y una promesa de que sea la paz –con su justo y benéfico equilibrio– la que domine el desarrollo de la historia de la humanidad.

Ahora, al inicio de 2019, el Papa Francisco –haciendo eco por sexta ocasión en su pontificado del profundo deseo de Pablo VI de defender la paz frente a los peligros que la amenazan–, se dirige especialmente a la clase política, cuya función y responsabilidad constituyen un desafío permanente en tres sentidos: servir a su país, proteger a cuantos viven en él y trabajar a fin de crear las condiciones para un futuro digno y justo.

A ellos, con las suaves palabras del poeta Charles Péguy, Francisco les hace ver una realidad estremecedora: la paz es como una flor frágil que trata de florecer entre las piedras de la violencia. Y es que –dice el Santo Padre– la búsqueda de poder a cualquier precio lleva inevitablemente al abuso y a la injusticia, y convierte a la política en un instrumento de opresión, marginación, e incluso, de destrucción.

Frente al cambio de época y de gobierno que estamos viviendo, la Iglesia católica, a través del sucesor de Pedro, apela a la buena voluntad de los políticos, independientemente de su identidad cultural o religiosa, a cumplir sus promesas y permitir la construcción de un trabajo conjunto por el bien de la familia humana, practicando la justicia, la equidad, el respeto mutuo, la sinceridad, la honestidad y la fidelidad.

Estas virtudes humanas, que son la base de una buena acción política, en nuestro país deben verse reflejadas en el respeto, por parte de la clase política, a la vida humana, a la libertad de culto y a la dignidad de las personas. Sólo así, podremos decir que la política en México está cumpliendo un servicio en pro de la paz.

MIS LECTORES HABITUALES saben (¡bien informados están!) que el domingo anterior quise emparentar muy cercanamente -¡y en tono de despedida!- lo que estoy escribiendo con fecha del 23 y 30 de diciembre –respectivamente-; así que hoy (domingo 30) terminaremos con un solemne y definitivo ¡Adiós!, pues no hay plazo que no se acabe, ni fecha que no se cumpla; así que retomo el “continuará” de la vez anterior y ya vendrá la despedida…

TE PEDI, AMABLE LECTOR, que saludaras a San José en el nacimiento que pusiste en tu hogar; y yo sé que le pediste lo mejor que podemos pedirle a varón tan formal y justo, tan recto y cumplido, tan Padre y Protector (perdón por las mayúsculas, pero son con todo Amor)…

YO NO SÉ POR QUÉ, pero siempre que hablo de San José me emociono casi hasta las lágrimas jubilosas, hasta las lágrimas de alegría, hasta las lágrimas de plenitud (bueno, todas esas lágrimas son las mismas, las que son diferentes son las otras, que hoy ni a cuento vienen); no puedo hablar de José de Nazaret sin verlo junto a Jesús y María; incluso cuando lo pintan dormido alcanzo a ver sus sueños y ahí aparecen ellos: Jesús y María…

ME VAN A DISCULPAR por lo que voy a decir (espero que ningún teólogo esté leyendo lo siguiente, y si por ahí anda, pues póngase en modo “vacaciones”, ¡por-fa!), pero a veces he querido que exista y sea realidad eso de la reencarnación sólo para pedirle a Dios que si llego a ser burro, pues que yo sea el burro de San José, ni otro ni más, ni menos ni mejor; y es que con ese patrón y con ese servicio, se antoja ser burro en lugar de buey (-¡en serio, hué!-)…

HOY CELEBRAMOS A LA SAGRADA FAMILIA y en sus tres integrantes estamos incluidos todos los que formamos una familia como Dios manda que no es otra cosa sino una “comunidad de vida y amor”; cualquier otro modelito ocasional podrá llamarse sindicato, asociación, grupo, porra, sociedad de conveniencia o de convivencia, partido, equipo, manada (de borregos o de acarreados, casi es igual), pelotón, runfla, pandilla o hasta banda (no, no me refiero a la banda presidencial, sino a las de ladrones comunes y corrientes)…

SON DOS LOS ELEMENTOS propios y distintivos de la familia y se dan cuando se conjuntan una espontaneidad muy natural y una decisión muy profunda: la vida y el amor; en efecto, cuando estamos abiertos a la vida y al amor (naturaleza y decisión), cuando estamos promoviendo y provocando la vida y el amor (Dios es Vida y Dios es Amor), es ahí donde surge una nueva familia, sin importar que sean padres, hijos, tíos, nietos, ¡o hasta desconocidos y en situaciones adversas!…

JOSÉ DE NAZARET SOÑÓ con amar y dar vida, y entonces fue que aceptó a María y a su Hijo, entonces fue que no le importó no ser el padre biológico, ni tener que huir de Herodes, ni tener que escuchar tales palabras en Jerusalén, ni nada de nada: decidió amar y dar vida, y así constituyó en Sagrada su Familia, que de por sí era Sagrada por ser Familia (¡ups!, ¡las mayúsculas!)…

DIJE QUE A SAN JOSÉ no le gustaban las despedidas; hoy afirmo y profundizo lo opuesto y contrario: le gustaban las bienvenidas, y así fue como le dio la bienvenida –para empezar- a la voluntad de Dios y entonces recibió a María y a Niño; también le dio la bienvenida a los pastores (¡pásenle!, los estábamos esperando); no se portó menos gentil y amable con los personajes venidos de oriente (que ni serían tres ni serían reyes ni serían magos, yo creo que fueron más de veinte –sin contar camellos y elefantes-, que fueron más que reyes y que llegaron a hacer fiesta, pues un Recién Nacido siempre es excelente pretexto para la fiesta)…

DESPUÉS DE PASAR LA ADUANA (con san Pedro a la puerta), en el cielo nos espera San José como jefe del protocolo de bienvenida para llevarnos hasta Jesús y María, y –entonces sí-, ser conducidos hasta el Padre Eterno; y como en el cielo no puede haber ningún diablo (ni diablito), pues entonces las maletas las carga un burro, que ha de ser mi pariente o familiar, mi antepasado o “prefuturo”, o al menos uno del mismo gremio que el mío, que para eso he de estar: para servir como Dios manda y como San José me lo requiera…

YO NO QUERÍA PERO LLEGÓ el momento de la despedida y mirando al cielo digamos ¡Adiós!: ¡Adiós al 2018 y a todos sus vericuetos y remansos!, ¡sus deslices y vicisitudes!, ¡sus luminarias y excentricidades!, ¡sus tinieblas y atalayas!, ¡sus aciertos y frialdades!; que venga el 2019 y ya veremos de a cómo nos toca, y que San José nos acompañe como acompañó y cuidó de Jesús y de María (y que no se olviden que aquí anda un burro muy a modo)…

  1. Constructores de puentes y no de muros

En el año que empieza seamos hombres y mujeres constructores de puentes. “Cada cristiano construya siempre puentes de diálogo con los demás, no muros de rencor. El cristiano debe buscar siempre el camino para escuchar, el camino de la reconciliación, con humildad y mansedumbre, porque es lo que nos ha enseñado el Hijo de Dios”. Homilía de la misa matutina en la capilla de la Casa Santa Marta 23 de enero de 2015.

 

  1. Aprender a conmovernos por el dolor de los demás en silencio pero transformando el sufrimiento en acción concreta

Lejos de hipocresías en este nuevo año: “Sabed, hermanos, que los hipócritas no saben llorar, se han olvidado de cómo se llora, no piden el don de las lágrimas”, nos enseña el Papa. “Cuando se hace algo bueno, casi instintivamente nace en nosotros el deseo de ser estimados y admirados por esta buena acción, para tener una satisfacción. Jesús nos invita a hacer estas obras sin ninguna ostentación, y a confiar únicamente en la recompensa del Padre “que ve en lo secreto (Mt 6, 4. 6. 18)”. Lo expresó en la homilía de la misa de bendición e imposición de la ceniza, Basílica de Santa Sabina, 18 febrero de 2015.

  1. La capacidad de avergonzarse y acusarse a sí mismo

La capacidad de avergonzarse y acusarse a sí mismo, sin descargar la culpa siempre en los demás para juzgarlos y condenarlos, es el primer paso en el camino de la vida cristiana que conduce a pedir al Señor el don de la misericordia. Es este el examen de conciencia sugerido por el Papa en la misa que celebró el lunes 2 de marzo, en la capilla de la Casa Santa Marta.

 

  1. Soñar para encontrar el amor…

En este año nuevo vivir la reciprocidad del amor y soñar el encuentro con ella o él. “Hombre y mujer son de la misma sustancia y son complementarios”.

En la Biblia, cuando Dios plasma a la mujer mientras el hombre duerme, el Papa sugiere también otra cosa: “para encontrar a la mujer —y podemos decir para encontrar el amor en la mujer—, el hombre primero tiene que soñarla y luego la encuentra”. Lo sostuvo en la alocución en la audiencia general en plaza San Pedro, miércoles 22 de abril de 2015.

 

  1. En este año evitar el apego a las riquezas que llevan solo a la corrupción del corazón, de la mente, de nuestro negocio…

Es necesario hacer de modo que si se poseen riquezas estas sirvan al “bien común”. Porque la abundancia que se vive de manera egoísta es “triste”, quita “esperanza” y genera “todo tipo de corrupción”, grande o pequeña.

Así podemos tener el propósito en este año nuevo de salir del ‘apego a las riquezas’ que nos “hace creer que todo está bien” y nos quita el horizonte. “Y vivir sin horizonte es una vida estéril, vivir sin esperanza es una vida triste”. Lo afirmó el Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta.

 

  1. La oración cotidiana por nuestra salud y por la de los seres queridos afectados por el mal

“La Iglesia invita a la oración continua por los propios seres queridos afectados por el mal. La oración por los enfermos no debe faltar nunca. Es más, debemos rezar aún más, tanto personalmente como en comunidad. Pensemos en el episodio evangélico de la mujer cananea (cf. Mt 15, 21-28). Lo expresó el Papa Francisco durante la predicación en la audiencia general en plaza San Pedro, miércoles 10 de junio de 2015.

  1. Fuertes y revolucionarios en la fe para superar divisiones e individualismo

El nuevo año es un espacio para emprender “la revolución” de la “alegría de la Evangelización”, que significa imitar el amor de Cristo que libera y da verdadera felicidad para superar las divisiones, los personalismos y el individualismo.

¿Cómo? El Papa explica: “Donándose, el hombre vuelve a encontrarse a sí mismo con su verdadera identidad de hijo de Dios, semejante al Padre y, como Él, dador de vida, hermano de Jesús, del cual da testimonio.

Eso es evangelizar, esa es nuestra revolución –porque nuestra fe siempre es revolucionaria–, ese es nuestro más profundo y constante grito”, sostuvo el Papa Francisco el 7 de julio en el parque Bicentenario de Quito, la última misa en su visita a Ecuador.

  1. Trabajo para dar dignidad a sí mismos y a la propia familia

“Se necesita fe y astucia. Que Dios nos conceda acoger su llamada con alegría y esperanza, en este momento difícil de nuestra historia, la llamada al trabajo para dar dignidad a sí mismos y a la propia familia”. El Pontífice explica que la primera escuela que enseña a ser buenos trabajadores es la familia y, asimismo destaca el trabajo de las amas de casa.

“La fiesta y el trabajo forman parte del designio de Dios” para las familias. Lo expresó el Papa Francisco en la audiencia general celebrada en el Aula Pablo VI del Vaticano el pasado miércoles 19 de agosto 2015.

  1. Soñar para no dejarte robar la esperanza

Esa es una frase que el papa repite mucho a los jóvenes: soñar para no dejarse robar la esperanza. En este año las cosas pueden ser duras, pero la esperanza nos abre a nuevos caminos de creatividad, pasión, deseos de construir.

“Cada uno a veces sueña cosas que nunca van a suceder, pero soñalas, desealas, busca horizontes, abrite, abrite a cosas grandes”. Lo aseveró el Papa durante el saludo a los jóvenes del Centro Cultural Padre Félix Varela en La Habana, el domingo 20 de septiembre de 2015

  1. Dios nunca abandona a quien confía en Él

Escribieron al Papa preguntando por qué los malvados parecen ser felices mientras que a los justos las cosas marchan en el sentido equivocado.

El Pontífice recuerda el salmo 1 —«Feliz el hombre que confía en el Señor». Y asegura que Dios nunca abandona a quien confía en Él. Lo explicó en la Homilía de la misa matutina en la capilla de la Casa Santa Marta jueves 8 de octubre de 2015.

 

  1. Para ser felices hay que incluir y crear armonía en nuestros hogares, puestos de trabajo, en suma en el cotidiano

Jesús nos pide incluir a todos con gestos concretos, porque como cristianos “no tenemos derecho” de excluir a los demás, juzgarlos y cerrarles las puertas.

También porque “la actitud de excluir” está en la raíz de todas las guerras, grandes o pequeñas. Lo afirmó el Papa Francisco en la misa celebrada el jueves 5 de noviembre, por la mañana, en la capilla de la Casa Santa Marta.

 

  1. Sentirnos amados para amar y perdonar

Un papá o una mamá que dice a su hijo: “No tengas miedo, estoy yo” y lo mima con una caricia, es la imagen de la condición privilegiada del hombre: pequeño, débil, pero tranquilizado, sostenido y perdonado por un Dios que está enamorado de él. Al inicio del camino jubilar el Papa Francisco —en la misa celebrada en Santa Marta el jueves 10 de diciembre.

 

*Publicado por Ary W. Ramos D. (Aleteia)

María Fernanda Bernasconi – Ciudad del Vaticano

Esta tarde a las 17.00 en la  Basílica Vaticana, el Santo Padre Francisco presidió las primeras vísperas de la Solemnidad de María Santísima Madre de Dios. Liturgia a la que siguió la exposición del Santísimo Sacramento, el canto del tradicional himno del Te Deum de agradecimiento por la conclusión del año civil y la Bendición Eucarística. Al término de la celebración, el Papa se dirigió a la Plaza de San Pedro para detenerse en oración ante el Pesebre.

En su homilía el Obispo de Roma puso de manifiesto que al final del año, la Palabra de Dios nos acompaña con dos versículos del apóstol Pablo que representan dos expresiones concisas y densas, como síntesis del Nuevo Testamento, que da sentido a un momento “crítico”, como suele ser un cambio de año.

Plenitud del tiempo

Francisco explicó en su homilía que la primera expresión que nos llama la atención es “plenitud del tiempo”. Y añadió que “en estas últimas horas del año solar, en el que sentimos aún más la necesidad de algo que llene de significado el transcurrir del tiempo, dicha expresión tiene una resonancia especial”.

Esta fuerza se llama Amor

También puso de manifiesto que si bien durante cierto tiempo Jesús es casi invisible e insignificante, “en poco más de treinta años desatará una fuerza sin precedentes”, que aún permanece y “perdurará a lo largo de toda la historia”. Y dijo que “esta fuerza se llama Amor”. Sí, porque como añadió el Papa “el amor da plenitud a todo, incluso al tiempo; y Jesús es el ‘concentrado’ de todo el amor de Dios en un ser humano”.

Jesús nació para rescatar

Al recordar que San Pablo explica por qué el Hijo de Dios nació en el tiempo, y cuál es la misión que el Padre le ha encomendado, el Papa dijo que Jesús nació “para rescatar”. Y ésta – añadió – “es la segunda palabra” que tal como destacó el Pontífice debe llamar nuestra atención, puesto que “rescatar”, significa “sacar de una condición de esclavitud y devolver a la dignidad y a la libertad propia de los hijos”. Mientras la esclavitud a la que alude el apóstol es la de la “ley”, entendida como un conjunto de preceptos que hay que observar, una ley que – como dijo Francisco – “educa al hombre”, “es pedagógica”, “pero que no lo libera de su condición de pecador, sino que, en cierto modo, lo ‘sujeta’ a esta condición, impidiéndole alcanzar la libertad de hijo”.

El Hijo unigénito vino para erradicar la esclavitud del pecado

El Papa Bergoglio también se detuvo a reflexionar “con dolor y arrepentimiento” puesto que – como dijo – “también en este año que llega a su fin, muchos hombres y mujeres han vivido y viven en condiciones de esclavitud, indignas de personas humanas”.

Un pensamiento a quienes viven en Roma al borde de la dignidad humana

Y sin olvidar a los habitantes de la Ciudad Eterna, el Obispo de Roma dirigió su pensamiento de Padre a las tantas personas sin hogar, que son más de diez mil y cuya situación es especialmente dura durante los meses invernales. Después de destacar que también Jesús nació en una condición análoga, aunque no por casualidad o accidente, sino precisamente para manifestar el amor de Dios por los pequeños y a los pobres, el Santo Padre afirmó textualmente:

“La Iglesia que está en Roma no quiere ser indiferente a las esclavitudes de nuestro tiempo, ni simplemente observarlas y socorrerlas, sino que quiere estar dentro de esa realidad, cercana a esas personas y a esas situaciones”.

Celebrar la divina maternidad de María

Por último, al celebrar la divina maternidad de la Virgen María, el Pontífice animó esta forma de maternidad de la Iglesia. Y formuló la pregunta: “¿Cómo llamar a todo esto, sino Amor? Amor del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, a quien esta tarde la santa madre Iglesia eleva en todo el mundo su himno de alabanza y de agradecimiento”.

Manuel Cubías - Ciudad del Vaticano

El continente latinoamericano afronta en 2018 un año electoral de enorme trascendencia. Existe la posibilidad de un giro ideológico hacia posiciones de corte conservador, alejándose de las posturas más abiertas y preocupadas por el bienestar de las mayorías, que  habían  caracterizado a varios países del cono sur.

 6 nuevos presidentes

Las economías más grandes de la región, México y Brasil, celebraron elecciones presidenciales en los meses de julio y octubre;

En México, el ganador es Andrés Manuel López Obrador, quien logró asumir  muchos de los sueños no realizados del pueblo mexicano y ahora está llamado a cumplir sus promesas.

Jair Bolsonaro, el candidato conservador, fue el vencedor en Brasil. Su triunfo se da en medio de una generalizada corrupción política y una lucha de intereses por los grupos dominantes.

En ambos países los niveles de participación ciudadana superaron el 55%.

Colombia, catalogada como la cuarta economía de la región lo hizo en junio. El triunfador es Iván Duque . La participación electoral fue del 53.6%. El gran reto es la consolidación del iniciado proceso de paz.

La vecina Venezuela, convocó a elecciones, en el contexto de una larga crisis económica y política en el mes de mayo. El presidente Nicolás Maduro fue reelecto. La participación ciudadana fue del 46%.

Costa Rica tuvo comicios en el mes de abril. Resultó ganador Carlos Alvarado Quesada. En estos comicios, Epsy Campbell Barr, , resultó electa vicepresidenta. La primera afroamericana en ostentar este cargo. La participación electoral fue del 65%.

Paraguay también tuvo elecciones en abril. Resultó ganador Mario Abdo Benítez, considerado representante del sector conservador. La participación electoral fue del 61% según datos oficiales.

Desafíos para el continente

El contexto Latinoamericano está marcado por profundas expresiones de corrupción política, así como una creciente desigualdad social y un recrudecimiento de la pobreza. Los grupos religiosos pentecostales han ido adquiriendo un mayor protagonismo político, por ejemplo en Costa Rica y Brasil.

El desencanto con los partidos tradicionales y su modo de hacer política, la creciente  inseguridad y el desempleo, han ocasionado en América Latina un aumento del flujo migratorio, que en algunos países como El Salvador, Guatemala y Honduras han adquirido dimensiones dramáticas.

Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano

El purpurado espera recorrer con la feligresía católica las calles aledañas a la catedral. Brenes reveló que otras parroquias también han solicitado este apoyo. "Cuando tenemos esta actividad las parroquias piden apoyo a la policía sobre todo para la cuestión del tránsito".  Sin embargo, el cardenal explicó que como en otros años nunca reciben respuesta, pero siempre se les da el apoyo. Sobre cómo pretende garantizar la seguridad de los que asistan a la procesión, Brenes declaró que la seguridad "estará con Dios y la virgen María".

Recordó que la procesión es un momento para orar y se irá rezando el rosario. Aseguró que si las personas quieren llevar sus banderas de Nicaragua pueden hacerlo, pero “lo más importante es ir en un ambiente de oración”, expresó Brenes. La procesión del primero de enero, con la imagen de Jesús Sacramentado y la cual se efectúa en cada inicio de año desde 1968, se realizará sin necesidad de un permiso policial, porque nunca se ha requerido, afirmaron representantes de la Iglesia Católica de Managua.

Una familia que reza unida es una familia unida

Mons. Rolando Alvarez, obispo de Matagalpa, ayer en su homilía en la celebración de la Fiesta de la Sagrada Familia de Nazareth, dijo que después de encontrar en este Dios hecho niño el amor eterno de Dios con nosotros, contemplamos cómo la pobreza, la indefensión, la sencillez, la debilidad y la limitación de aquella criatura contradice esencial y directamente todo espíritu de soberbia, de vanidad, de prepotencia y de violencia. Cómo no va a contradecir este niño la arrogancia, la prepotencia, la soberbia, el poder desmedido, si El siendo Dios, se hizo pobre.

Nuestras familias, dijo el prelado en su homilía, enfrentan grandes amenazas humanas, enfrentan la grave amenaza del odio que puede filtrarse en cualquier corazón; la amenaza de la división, de la prepotencia, el fanatismo, la condena, la arrogancia a lo interno de la propia familia. Son amenazas lacerantes, es decir flagelos que atentan contra la integridad y por su puesto contra la unidad familiar.

Por último. Mons. Alvarez dijo que es urgente para los nicaragüenses en este día de gracia volver su mirada a Jesús, María y José, porque en estos misterios, Dios en esa pequeña y sencilla familia ha querido inaugurar los cielos nuevos y la tierra nueva; Dios ha querido inaugurar en esa sencilla familia, nuevos tiempos. No lo hizo en la grandeza de los palacios de Herodes o Pilato; lo hizo en esta pequeña y sencilla familia, por eso los nicaragüenses deberíamos tener la valentía y coraje de dejarnos moldear en la gracia de Dios, de entrar en estos cielos nuevos y tierra nueva, porque hoy el Señor nos llama a bajar nuestras propias barreras de división.

“No habrá reconciliación en Nicaragua, si no hay reconciliación en la familia. La cultura del Diálogo, de la reconciliación, de la fraternidad, de la justicia, del respeto, de los Derechos Humanos, nace en nuestras familias. Si la familia no se encuentra, no habrá encuentro en Nicaragua, si en nuestras familias no respetamos las diferencias que nos enriquecen, si en la familia no detenemos ese caballo de la soberbia, para ceder espacio al otro, no lo lograremos en la sociedad. Esta es la importancia de esta fiesta que celebramos”, afirmó Mons. Alvarez.

Te invitamos a ver la playlist de Videos de actualidad y otros mensajes de nuestra página de Youtube

Manuel Cubías – Ciudad del Vaticano

El Papa Francisco ha hecho de estas cuatro preocupaciones, tema de su pontificado. Lograr que esta manera de ser pontífice perdure más allá de su papado no es una tarea fácil. Poco a poco va consolidando lo que será su herencia.

Cercanía con el pueblo

El Papa de la Gente. Francisco, nació en un barrio de Buenos Aires, proveniente de una familia de inmigrantes, trabajadora. Cuando creció, se decidió por el sacerdocio, aunque su madre hubiera querido que fuera médico. Enfrentó dificultades y aprendió a superarlas  durante sus 14 años de formación en la Compañía de Jesús.

Para Francisco, cercana al pueblo es aquella persona que “logra interpretar el sentir de un pueblo, lo que puede ser la base para un proyecto transformador y duradero”. En el caso de conflictos político-sociales, el Papa puntualiza sobre el papel que debe jugar la Santa Sede: “defender a los desprotegidos, que aliente el diálogo y la libertad, que reclame ante violaciones de los derechos humanos”.

Defensa de la justicia

El tema de la justicia el Papa Francisco lo ubica en el contexto de los esfuerzos mundiales para erradicar la pobreza, promover el empleo digno, la igualdad entre los sexos y el acceso al bienestar social. Detrás de estas preocupaciones está la consideración fundamental de la convivencia pacífica y próspera que solo es fruto de la superación de la inequidad entre los pueblos y entre las personas, así como de los esfuerzos de promoción y desarrollo de todos los seres humanos.

Para Francisco la justicia no es una cuestión teórica. Lo deja claro cuando habla del tema del trabajo. Para él, trabajo quiere decir: “dignidad”, “llevar a casa el pan de cada día”, “amar”. A esto se opone la precariedad que caracteriza a muchos empleos. “Es inmoral”, “mata la dignidad, la salud, la familia, la sociedad”.

Las migraciones y la vida en peligro

Muchos han sido los gestos y palabras que muestran la preocupación del Papa sobre los refugiados y migrantes. Siria, Libia, Yemen, la minoría musulmana rohingya en Myanmar, Congo, Nicaragua, Venezuela, la caravana de centroamericanos. Esta es una lista mucho más larga. La mirada del Papa sigue puesta en todos estos escenarios donde la vida de miles de seres humanos está en peligro.

No basta con expresar la solidaridad, la Iglesia llama a Europa y a los países que pueden acoger refugiados y migrantes, a no cerrar puertas, pues ellos huyen de un destino cruel de esclavitud e incluso de la tortura y la muerte.

Reformas

Con la reestructuración de la curia, Francisco busca hacerla más cercana, de manera que su respuesta ante los problemas que vive la Iglesia y la sociedad sea más ágil.  Esto supone, también,  una reforma a la gestión financiera, evitar gastos innecesarios, así como  promover la transparencia y la responsabilidad. Estos cambios alcanzan a los medios de comunicación vaticanos, que actualmente pasan por la reestructuración.

La reunión con todos los presidentes de conferencias episcopales del mundo para profundizar sobre la problemática de los abusos a menores es un desafío a corto plazo. 

Editorial de Semanario #1143

Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”, (Lc 10,5-6).

La familia es una cuna de amor que nace como fruto del amor conyugal. La familia constituida sobre la roca sólida del matrimonio, es el lugar en el cual nacemos, crecemos y nos desarrollamos. Un hogar  en el cual aprendemos a vivir en comunidad.

San Juan Pablo II insistía que  “El futuro depende, en gran parte, de la familia, que lleva consigo el porvenir mismo de la sociedad; su papel especialísimo es el de contribuir eficazmente a un futuro de paz”

Es dentro de ese núcleo familiar donde aprendemos a amar y a recibir amor de una manera incondicional, valorando a cada persona como un ser único e irrepetible.

Es en la familia donde aprendemos a superar nuestra individualidad para forjar un “nosotros” que nos permita descubrir que “Somos una familia”.

El Papa Francisco nos enseña que “La familia sigue siendo la célula básica de la sociedad y la primera escuela en la que los niños aprenden los valores humanos, espirituales y morales que los hacen capaces de ser faros de bondad, de integridad y de justicia en nuestras comunidades”

Cuando una familia se encuentra construida sobre los lazos del amor, cada uno de sus miembros es querido de una manera especial, se puede compartir lágrimas y sonrisas en compañía del ser amado. No existen dudas que el hombre es un ser familiar por naturaleza que no podría vivir sin el amor y cuidado de los suyos.

Solamente una sociedad individualista puede fomentar una forma de vida prescindiendo de la familia.

A una sociedad sin familia, le falta un “sentido de pertenencia” de sus miembros, que los hace sumergirse en la soledad más profunda, con el sabor amargo del egoísmo.

Sin la tierra fértil que es la familia, el corazón del hombre se transforma en un fruto seco cuyos latidos se silencian. Se pierde el anhelo de amar a los demás y la capacidad de compartir los momentos y experiencias vividas. El corazón se vuelve un fruto inmaduro para amar y sus semillas se tornan estériles. Una sociedad que somete a la familia, es una sociedad que tarde o temprano terminará por destruirse. El escritor G. K. Chesterton señalaba que  “Quienes atacan a la Familia no saben lo que hacen, porque no saben lo que deshacen”.

Mientras las familias tengan los cimientos de valores se logrará vivir en armonía y en paz. La familia como constructora  de paz  necesita hacer el cambio desde adentro, desde los niños y los padres y empezar a difundirlo en comunidad. El respeto, la honestidad y la tolerancia son semillas que se siembran en la familia.

El que los niños aprendan cuáles son los factores determinantes que generan  bienestar personal, social, y no solo en lo económico, es avanzar en la reconstrucción del tejido social.

Solamente la familia puede dignificar al hombre y sacarlo de la pobreza afectiva que provoca el egoísmo, haciendo de él un ciudadano formado en virtudes sociales. La familia es la tierra fértil sobre la que se edifica una sociedad justa, honesta, que construye la paz.

El Papa Francisco, en su mensaje de la Jornada de la Paz 2019, expresa que  la paz se basa en “el respeto de cada persona, independientemente de su historia, en el respeto del derecho y del bien común, de la creación que nos ha sido confiada y de la riqueza moral transmitida por las generaciones pasadas”.

REDACCIÓN CENTRAL, 31 Dic. 18 (ACI Prensa).- “Desde los tiempos más antiguos, la Bienaventurada Virgen es honrada con el título de Madre de Dios”, dice la Constitución Dogmática Lumen Gentium (Num. 66) de la Iglesia.

Aquí 7 cosas sobre la importante "Solemnidad de Santa María, Madre de Dios" que se celebra cada primero de enero.

1.- Concluye la Octava de Navidad

Con esta Solemnidad se concluye la Octava de Navidad, un conjunto de ocho días, desde el 25 de diciembre, en los que la Iglesia actualmente celebra el Nacimiento de Jesús.

En el Antiguo Testamento (Gen. 17,9-14) se puede leer que hace muchos siglos Dios hizo una alianza con Abraham y su descendencia cuyo signo era la circuncisión al octavo día después del nacimiento. El Hijo de Dios así también lo vivió y recibió en ese momento el nombre anunciado a la Virgen María.

“Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Ángel antes de su concepción” (Lc. 2,21).

2.- La Theotokos

Los primeros cristianos solían llamar a la Virgen María como la “Theotokos”, que en griego significa “Madre de Dios”. Este título aparece en las catacumbas debajo de la ciudad de Roma y en antiguos monumentos de oriente (Grecia, Turquía, Egipto).

Los Obispos reunidos en el Concilio de Éfeso (431), ciudad donde según la tradición la Virgen pasó sus últimos años antes de ser asunta al cielo, declararon: “La Virgen María sí es Madre de Dios porque su Hijo, Cristo, es Dios".

3.- Creado por la fe

“Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios” dice una de las antiguas oraciones marianas de los cristianos de Egipto del siglo III (tercero). Cabe resaltar que ese título de “Madre de Dios” (“Theotokos”) no existía y que fue creado por los cristianos para expresar su fe.

4.- Antigua fiesta mariana

La “Maternidad de María” es una de las primeras fiestas marianas que se dio en la cristiandad. Se dice que por el siglo V (quinto), en Bizancio, había una “memoria de la Madre de Dios” que se celebraba el 26 de diciembre, al día siguiente de la Navidad.

Poco a poco se fue introduciendo en la liturgia romana en un día de la Octava de Navidad y ya por el siglo VIII (octavo) se encuentran para esta conmemoración antifonales con el título de “Natale Sanctae Mariae”, así como oraciones y responsorios con los que se honraba la divina “Maternidad de María”.

5.- Jornada de la Paz

Con el tiempo, esta memoria de la Virgen fue desplazada para conmemorar la “Circuncisión del Señor”, pero se mantendría el acento mariano. En 1931 el Papa Pío XI la reestableció para el 11 de octubre con ocasión del XV centenario del Concilio de Éfeso y le dio una categoría equivalente a la Solemnidad actual.

Años después, en esta fecha, San Juan XXIII inauguró el Concilio Vaticano II (1962). Con la reforma litúrgica de 1969, la “Maternidad de María” pasó a celebrarse al 1 de enero, día en que se inicia el “calendario civil”. Un año antes, en 1968, el Beato Pablo VI instituyó para este día la Jornada Mundial de la Paz. Es así que el primer día del año se celebra a María y se ora por la paz.

6.- Fundamento de dogmas marianos

El título “Madre de Dios” es el principal y el más importante dogma sobre la Virgen María y todos los demás dogmas marianos encuentran su sentido en esta verdad de fe. Los otros dogmas marianos son que María tuvo una Inmaculada Concepción, Perpetua Virginidad y que fue llevada en cuerpo y alma al cielo (Asunción).

Asimismo, Nuestra Señora tiene los siguientes títulos: Madre de los hombres, Madre de la Iglesia, Abogada nuestra, Corredentora, Medianera de todas las gracias, Reina y Señora de todo lo creado y todas las alabanzas contenidas en las letanías del Santo Rosario.

7.- Decisión de la Virgen

En noviembre de 1996 San Juan Pablo II explicó que “la expresión ‘Madre de Dios’ nos dirige al Verbo de Dios, que en la Encarnación asumió la humildad de la condición humana para elevar al hombre a la filiación divina”.

“Pero ese título, a la luz de la sublime dignidad concedida a la Virgen de Nazaret, proclama también la nobleza de la mujer y su altísima vocación. En efecto, Dios trata a María como persona libre y responsable y no realiza la encarnación de su Hijo sino después de haber obtenido su consentimiento”, afirmó.

MANILA, 31 Dic. 18 (ACI Prensa).- Un sacerdote de Filipinas, el P. Rolly Arjonillo, recordó que la Navidad no termina con la celebración del 25 de diciembre, sino que para los católicos este tiempo debe seguir celebrándose.

“Después de cuatro semanas de preparación en Adviento para este evento tan importante en la historia de la humanidad, toda la Iglesia y el mundo cristiano están llenos de alegría y gratitud a la Santísima Trinidad, a la Madre María y a San José, ya que finalmente se conmemora el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, Rey y Salvador”, dijo el P. Rolly a través de la página de Facebook y el sitio web de “Católicos Esforzándose por la Santidad”.

Como indica CBCP News, el sacerdote dijo que la liturgia de la Iglesia señala que la Navidad no es solo un día, sino una temporada completa que dura desde la víspera de Navidad, el 24 de diciembre, hasta la fiesta del Bautismo del Señor (generalmente el domingo después de la Epifanía).

“La proclamación navideña del nacimiento del Salvador debe impregnar todos los momentos de nuestra existencia, convencidos de que el inmenso amor de Dios por cada uno de nosotros está siempre dispuesto a hacer lo necesario para llevarnos a la felicidad sin fin y para la vida eterna. Él está con nosotros siempre y nunca nos abandonará”, continuó el presbítero.

Finalmente, dijo que el católico debe hacer de esta Navidad “un encuentro nuevo y especial con Dios, si lo contemplamos y entramos en la verdadera Natividad de Cristo”.

CIUDAD DE MÉXICO, 31 Dic. 18 (ACI Prensa).- El Arzobispo de Morelia y Vicepresidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Mons. Carlos Garfias, expresó su deseo de que el año nuevo 2019 sea para los fieles “un tiempo de crecimiento como personas y de mejoramiento de la vida eclesial, familiar y social”.

En su mensaje de Año Nuevo, Mons. Garfias señaló que es “esperanzador” el que “Dios nos dé la bendición de iniciar un nuevo año civil, con todo lo que implica de evaluación del año que termina y de programación del año que iniciamos”.

“El que el tiempo se divida en partes y que podamos identificar etapas es una gran oportunidad para que podamos todos buscar la manera de ser lo mejor organizados y lo más ordenados posible en nuestra vida”, destacó.

El Vicepresidente de la CEM alentó a que en 2019 ordenemos “adecuadamente todos los compromisos” y cumplamos “de una manera responsable todo aquello que tenemos como parte de una vocación y una misión”.

Mons. Garfias pidió además que “cada quien según su responsabilidad y según su compromiso profesional responda y atienda todo aquello que le está pidiendo su calendario propio y el calendario que exige la Iglesia y la sociedad”.

REDACCIÓN CENTRAL, 31 Dic. 18 (ACI Prensa).- El año 2018 termina con muchas bendiciones para el equipo de ACI Prensa y queremos dar GRACIAS a Dios y a todos ustedes.

Ser parte de la familia EWTN nos ha permitido acompañar al Papa Francisco en todos sus viajes, así como llevar en vivo y en directo los eventos más importantes de la Iglesia desde el Vaticano y todos los lugares que este año visitó el Santo Padre.

Con su visita a Chile y Perú, la canonización de Monseñor Romero y Pablo VI, el Sínodo de los Obispos y el Encuentro Mundial de las Familias en Irlanda, entre otros, llegamos a más de cien millones de personas a través de nuestro sitio web y redes sociales.

Con la ayuda de Dios, hemos llegado a más de 1,6 millones de seguidores en Facebook, somos el medio católico en español con más seguidores en Twitter, y crecemos cada día más en Instagram y Youtube.

Enfrentamos el reto de difundir nuestras noticias, recursos y videos en múltiples formatos para un público cada vez más diverso, mientras nos esforzamos por ser la fuente de información católica más usada por medios de comunicación seculares en todo el mundo.

En el año 2019 nuestro sitio web www.aciprensa.com cumplirá 22 años (nacimos antes que Google). Este aniversario nos anima a renovar nuestra misión al servicio de la Iglesia y poner todos nuestros esfuerzos bajo el manto de Nuestra Madre.

Gracias por cada uno de sus mensajes de aliento, aportes, comentarios, críticas y sugerencias. Siempre están en nuestras oraciones y contamos con las suyas.

¡Feliz y bendecido 2019 para cada uno de ustedes!

MENSAJE EPISCOPAL
CON MOTIVO DEL AÑO NUEVO 2019

“Ten piedad de nosotros Señor, y bendícenos” (Salmo 66).

Muy queridos hermanos y hermanas, amigos y amigas, me comunico con ustedes para desearles un ¡feliz Año Nuevo 2019!

Recordemos que un año nuevo señala el tiempo que ha pasado desde que Cristo vino al mundo a partir la historia en dos: “Antes de Cristo” y “Después de Cristo”.

¿Qué significa para ti el Año Nuevo?, ¿Qué cosas quieres dejar atrás? Espero que tus propósitos para este nuevo año sean trascendentes, que no sean tan simples, al punto que puedas luego decir: “Ante del 2019” y “Después del 2019”. Todos podemos, si nos lo proponemos, tener un cambio grande.

¡Cuántos grandes acontecimientos viviremos! Estamos todavía a la espera de ver los resultados de las grandes promesas y esperanzas que ha despertado nuestro nuevo Presidente y su gobierno. Ya sabemos que él no es el Mesías, y también sabemos que él no podrá realizar solo todo lo que ha prometido, pues necesita, no solamente de los demás gobernantes, sino también de cada uno de los ciudadanos. Lo que él ha propuesto es algo positivo, pero todos tenemos que cooperar.

Quisiera subrayar de nuevo lo que el Presidente mencionó en su discurso inaugural: “Por el bien de todos, primero los pobres”. Esperemos que nosotros como cristianos tomemos ese compromiso también de poner por delante a los pobres, por el bien de nuestra comunidad.

Nos aguarda un gran compromiso de todos para con México. Aquí en Yucatán quizá estamos esperando que se vean las obras, por ejemplo, del “Tren Maya”; sin embargo como Iglesia, tendremos también grandes acontecimientos. Uno de éstos sucederá en septiembre, me refiero al “Congreso Eucarístico Nacional (CEN)” del cual todos seremos anfitriones.

Vivamos intensamente este año, para que tenga un gran significado a nivel nacional, también para nuestro Estado, para cada ciudad, población, y sobre todo para cada persona.

¿Qué nos proponemos, pues, para este Año Nuevo 2019? Que el Señor te conceda los buenos deseos y las buenas intenciones que te has planteado. ¡Que todos tengan un feliz Año Nuevo! ¡Dios los bendiga!

+ Gustavo Rodríguez Vega
Arzobispo de Yucatán

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MENSAJE EPISCOPAL
CON MOTIVO DEL AÑO NUEVO 2019

“Ten piedad de nosotros Señor, y bendícenos” (Salmo 66).

Muy queridos hermanos y hermanas, amigos y amigas, me comunico con ustedes para desearles un ¡feliz Año Nuevo 2019!

Recordemos que un año nuevo señala el tiempo que ha pasado desde que Cristo vino al mundo a partir la historia en dos: “Antes de Cristo” y “Después de Cristo”.

¿Qué significa para ti el Año Nuevo?, ¿Qué cosas quieres dejar atrás? Espero que tus propósitos para este nuevo año sean trascendentes, que no sean tan simples, al punto que puedas luego decir: “Ante del 2019” y “Después del 2019”. Todos podemos, si nos lo proponemos, tener un cambio grande.

¡Cuántos grandes acontecimientos viviremos! Estamos todavía a la espera de ver los resultados de las grandes promesas y esperanzas que ha despertado nuestro nuevo Presidente y su gobierno. Ya sabemos que él no es el Mesías, y también sabemos que él no podrá realizar solo todo lo que ha prometido, pues necesita, no solamente de los demás gobernantes, sino también de cada uno de los ciudadanos. Lo que él ha propuesto es algo positivo, pero todos tenemos que cooperar.

Quisiera subrayar de nuevo lo que el Presidente mencionó en su discurso inaugural: “Por el bien de todos, primero los pobres”. Esperemos que nosotros como cristianos tomemos ese compromiso también de poner por delante a los pobres, por el bien de nuestra comunidad.

Nos aguarda un gran compromiso de todos para con México. Aquí en Yucatán quizá estamos esperando que se vean las obras, por ejemplo, del “Tren Maya”; sin embargo como Iglesia, tendremos también grandes acontecimientos. Uno de éstos sucederá en septiembre, me refiero al “Congreso Eucarístico Nacional (CEN)” del cual todos seremos anfitriones.

Vivamos intensamente este año, para que tenga un gran significado a nivel nacional, también para nuestro Estado, para cada ciudad, población, y sobre todo para cada persona.

¿Qué nos proponemos, pues, para este Año Nuevo 2019? Que el Señor te conceda los buenos deseos y las buenas intenciones que te has planteado. ¡Que todos tengan un feliz Año Nuevo! ¡Dios los bendiga!

+ Gustavo Rodríguez Vega
Arzobispo de Yucatán

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REDACCIÓN CENTRAL, 31 Dic. 18 (ACI Prensa).- El Papa Francisco compartió este 31 de diciembre un breve pero especial mensaje en el último día del año 2018.

Demos gracias a Dios por el año que llega a su fin, reconociendo que todo el bien es don suyo.

— Papa Francisco (@Pontifex_es) 31 de diciembre de 2018

“Demos gracias a Dios por el año que llega a su fin, reconociendo que todo el bien es don suyo”, escribió el Santo Padre en su cuenta de Twitter @pontifex_es.

Asimismo, el Pontífice también presidió hoy las Vísperas de la Solemnidad de María Madre de Dios que la Iglesia celebra el 1 de enero.

En su homilía señaló que el amor de Dios es una fuerza sin precedentes que perdurará a lo largo de toda la historia y cuya plenitud es Jesús.

Francisco centró su reflexión en dos expresiones de la Carta de San Pablo a los Gálatas cuando recuerda que en la “plenitud de los tiempos”, el Hijo de Dios se hizo hombre en Navidad para “rescatar” a todos de la esclavitud.

“Es cierto que por el momento aquel Jesús es casi invisible e insignificante, pero en poco más de treinta años desatará una fuerza sin precedentes, que todavía permanece y perdurará a lo largo de toda la historia. Esta fuerza se llama Amor. El amor da plenitud a todo, incluso al tiempo; y Jesús es el ‘concentrado’ de todo el amor de Dios en un ser humano”, dijo el Papa.

REDACCIÓN CENTRAL, 31 Dic. 18 (ACI Prensa).- “Estén siempre alegres en el Señor; se lo repito: estén alegres”, anima San Pablo en su Carta a los Filipenses (4,4). Por ello, cercanos a celebrar el inicio del Año Nuevo, aquí 12 canciones en clave de fe y frases de santos para recibir con alegría este tiempo que viene de Dios.

1. "El año que viene" de Alfareros

“Señor, tú alegras mi mente de alegría espiritual. Cómo es glorioso tu cáliz que supera todos los placeres probados anteriormente”, San Agustín. 

2. "Quiero adorarte Señor" de Alto Mando es el Señor. 

“Dichoso quien no tiene más gozo y alegría que las palabras y obras del Señor”, San Francisco de Asís.  

3. "Catolicover kumbia kings" de Totus Tuus.

Yo te amo corazón amabilísimo, como a mi soberano Bien, mi dicha, mi alegría y el único digno del amor de todos los corazones”, Santa Margarita María de Alacoque.

4.  "Yo LE canto" Comunicadoras Eucarísticas del Padre Celestial

"Donde me llevan soy feliz... Vivir siempre muy alegres. Dios es alegría infinita", Santa Teresa de los Andes. 

5. "Hoy despierto" de Siervas

"Para mí la oración es un impulso del corazón, una sencilla mirada al cielo, un grito de agradecimiento y de amor en las penas como en las alegrías”, Santa Teresa de Lisieux.

6. "No puedo parar" de Jon Carlo

“El amor produce en el hombre la perfecta alegría. En efecto, sólo disfruta de veras el que vive en caridad”, Santo Tomás de Aquino. 

7.  "Católico soy" de Son by four 

“Estando siempre alegres, ni cuenta nos daremos qué pronto pasa el tiempo”, San Juan Bosco.

8. "Mira lo que hizo en mí" de Alfareros

“En el corazón de Cristo encuentra paz quien está angustiado por las penas de la existencia; encuentra alivio quien se ve afligido por el sufrimiento y la enfermedad; siente alegría quien se ve oprimido por la incertidumbre y la angustia, porque el corazón de Cristo es abismo de consuelo y de amor para quien recurre a Él con confianza”, San Juan Pablo II. 

9. "Ven y verás" de Elton Rey

“Si conociéramos el valor de la Santa Misa nos moriríamos de alegría”, San Juan María Vianney (Santo Cura de Ars). 

10.  "Este amor" de #LaSeñal

“El amor verdadero exige salir de sí mismo, entregarse. El auténtico amor trae consigo la alegría: una alegría que tiene sus raíces en forma de Cruz”, San Josemaría Escrivá de Balaguer. 

11. "Soldado de fe" de Militante Bierd Ft. Varios Ministerios.

“Es providencial y muy natural que la Iglesia levante su voz solemne y persuasiva y ofrezca a todos los hombres el consuelo de la doctrina y de esa cristiana convivencia que prepara los esplendores de la alegría eterna para la cual ha sido formado el hombre”, San Juan XXIII. 

12. "Reina de los mares" de Martín Valverde

“María debe ser la fuente de nuestra alegría; ella, que fue la maestra en el servicio gozoso a los demás. La alegría era su fuerza, ya que sólo la alegría de saber que tenía a Jesús en su seno podía hacerla ir a las montañas para hacer el trabajo de una sierva en casa de su prima Isabel", Santa Teresa de Calcuta. 

 

VATICANO, 31 Dic. 18 (ACI Prensa).- Luego de presidir las Vísperas por la Solemnidad de María Madre de Dios, el Papa Francisco hizo una visita al pesebre ubicado en la Plaza de San Pedro.

Antes de llegar al pesebre, el Santo Padre saludó a algunos peregrinos en la Plaza, entre los cuales estaba una joven embarazada, cuyo vientre bendijo.

El Pontífice rezó brevemente ante el pesebre, primero solo y luego acompañado de algunos obispos y cardenales con quienes dialogó unos momentos.

“¡Francisco, hermano, ya eres mexicano!”, se escuchó entre los peregrinos presentes en la Plaza donde un grupo de fieles de México entonaba el conocido canto “Cielito lindo”.

El pesebre de este año es una obra monumental que pesa alrededor de 700 toneladas y tiene una dimensión de 1.300 metros cuadrados.

Después del 13 de enero de 2019, domingo del Bautismo del Señor, los servicios técnicos de la Gobernación del Vaticano iniciarán el desmonte del pesebre y del árbol de Navidad.

REDACCIÓN CENTRAL, 31 Dic. 18 (ACI Prensa).- Hoy se acabará el 2018 y este cambio de año es una buena oportunidad para hacerse nuevos propósitos o resoluciones. Mons. José Gómez, Arzobispo de Los Ángeles (Estados Unidos), es uno de los que sugieren realizar esta práctica.

“Hacer resoluciones de Año Nuevo es un hábito profundamente cristiano. Refleja un hermoso deseo de crecer en amistad con Jesucristo y refleja nuestra conciencia de que no somos todavía el pueblo que Dios quiere que seamos”, indicó en una de sus columnas publicadas en ACI Prensa.

Por ello, presentamos las tres resoluciones sugeridas por Mons. Gómez para el año nuevo:

1.- Colocar a Jesús en el centro de nuestras vidas

El Prelado indicó que la mejor forma de acercarse a Jesús es leyendo el Evangelio diariamente. Cada día durante unos minutos lea un pasaje, puede ser de la lectura diaria de la Misa.

Después “pídanle a Jesús que abra su Palabra para ustedes. No se pregunten lo que el pasaje del Evangelio dice “en general”, o lo que podría significar para otras personas. Pregúntenle personalmente a Jesús: “Señor, ¿qué me estás diciendo a mí? ¿Qué quieres que yo haga? “¿Qué debo cambiar en mi vida si quiero seguirte más de cerca?”.

Mons. Gómez sugiere aplicar lo que el pasaje dijo a cada uno durante el día. “De este modo, empezamos a ver nuestras vidas como él las ve desde su perspectiva”.

2.- Mejorar la vida de los demás

La segunda resolución es tener la disposición y la intención diario para servir, “de mejorar la vida de alguien”. El Arzobispo de Los Ángeles indicó que el amor “empieza con aquellos que nos exigen más cosas, con los que representan un reto para nuestro egoísmo”. Con aquellos que están más cerca.

Por ello, sugiere tener más paciencia, ser más comprensivos, no juzgar inmediatamente sino dar el beneficio de la duda; aceptar a las personas tal cómo son. También dejar de criticar y hacer que las conversaciones sean positivas.

“Hemos de tratarnos unos a otros con ternura y amor. Algunas veces podemos cambiar todo el curso del día de las personas tan solo sonriéndoles, tan solo con escuchar lo que ellas tienen qué decir”, manifestó.

3.- Perdonar a los demás como Dios nos perdona a nosotros

Este propósito consiste en pensar en silencio en alguna persona con la que uno esté enfadado o que no nos agrade.

“En silencio, pensemos… en alguna persona con la que estemos molestos, con los que estemos enojados, en alguien que no nos guste. Pensemos en esa persona y… oremos por esta persona y volvámonos misericordiosos con esta persona”.

“No perdonamos lo suficiente. Esto daña a nuestras familias. Esto perjudica nuestras relaciones. La gente nos va a hacer daño y nos va a ofender todos los días. Pero permanecer enojados o resentidos no cura nada. Sólo hace que las cosas nos lastimen por más tiempo”, indicó el Arzobispo de Los Ángeles.

Lea la columna completa de los propósitos de año nuevo AQUÍ.

VATICANO, 31 Dic. 18 (ACI Prensa).- El Papa Francisco afirmó que el amor de Dios es una fuerza sin precedentes que perdurará a lo largo de toda la historia y cuya plenitud es Jesús.

Así lo dijo el Santo Padre en la homilía de las Vísperas por la Solemnidad de María Madre de Dios, que presidió este lunes 31 de diciembre en la Basílica de San Pedro, que concluyó con la Adoración del Santísimo Sacramento.

Francisco centró su reflexión en dos expresiones de la Carta de San Pablo a los Gálatas cuando recuerda que en la “plenitud de los tiempos”, el Hijo de Dios se hizo hombre en Navidad para “rescatar” a todos.

“Es cierto que por el momento aquel Jesús es casi invisible e insignificante, pero en poco más de treinta años desatará una fuerza sin precedentes, que todavía permanece y perdurará a lo largo de toda la historia. Esta fuerza se llama Amor. El amor da plenitud a todo, incluso al tiempo; y Jesús es el ‘concentrado’ de todo el amor de Dios en un ser humano”, dijo el Papa.

“San Pablo dice claramente por qué el Hijo de Dios nació en el tiempo, y cuál es la misión que el Padre le ha encomendado: nació ‘para rescatar’. Esta es la segunda palabra que nos llama la atención: rescatar, es decir, sacar de una condición de esclavitud y devolver a la libertad, a la dignidad y a la libertad propia de los hijos”, continuó.

El Pontífice explicó que “Dios Padre ha enviado al mundo a su Hijo unigénito para erradicar del corazón del hombre la esclavitud antigua del pecado y restituirle así su dignidad. En efecto, del corazón humano –como enseña Jesús en el Evangelio– salen todas las intenciones perversas, las maldades que corrompen la vida y las relaciones”.

Tras señalar que en Roma hay unas 10 mil personas que viven en una situación precaria, el Santo Padre dijo que “también Jesús nació en una condición análoga, pero no por casualidad o por accidente: quiso nacer de esa manera para manifestar el amor de Dios por los pequeños y los pobres, y lanzar así la semilla del Reino de Dios en el mundo. Reino de justicia, de amor y de paz, donde nadie es esclavo, sino todos hermanos, hijos del único Padre”.

Luego de resaltar que la Iglesia en Roma acompaña de cerca a los indigentes, el Papa destacó la “divina maternidad de la Virgen María” y animó “esa forma de maternidad de la Iglesia. Contemplando este misterio, reconocemos que Dios ha ‘nacido de mujer’ para que nosotros pudiésemos recibir la plenitud de nuestra humanidad, ‘la adopción filial’”.

“Por su anonadamiento hemos sido exaltados. De su pequeñez ha venido nuestra grandeza. De su fragilidad, nuestra fuerza. De su hacerse siervo, nuestra libertad. ¿Cómo llamar a todo esto, sino Amor? Amor del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, a quien esta tarde la santa madre Iglesia eleva en todo el mundo su himno de alabanza y de agradecimiento”, concluyó.



















Ayer me fui a Ávila con unos amigos y estuve todo el día fuera. Llegué a casa tarde, razón por la que os dejé sin post. Como es habitual en mí, me encantó la catedral. ¡Qué acumulación tan hispánica de belleza, qué emporio de sacralidad hecha arquitectura! Rezar paseando por esa catedral cuando ya no hay turistas, a la luz del crepúsculo entrando por las vidrieras, debe ser impresionante.
Lo pasamos muy bien paseando, visitando iglesias, comiendo una pizza por la noche, rezando en el coche. A las cuidadoras de los dos museos de los conventos de santa Teresa les hacía rabiar, preguntándoles: “¿Entonces, aquí fue donde vivió santa Clara?” o también “¿Hay algo de cierto en que la mitad de las obras atribuidas a santa Teresa, en realidad, son de santa Clara?”.
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Hoy voy a comer a mi última parroquia, con una gran y extensa familia, donde están desde los niños hasta el bisabuelo.
Para finalizar un vídeo que ya puse aquí hace tiempo. Hoy lo he encontrado por casualidad y me ha parecido tan genial como la primera vez.

REDACCIÓN CENTRAL, 31 Dic. 18 (ACI Prensa).- En su última homilía del año 2018 el Papa Francisco dedicó su reflexión al nacimiento del Niño Jesús de la Virgen María, la Madre de Dios cuya Solemnidad la Iglesia celebrará el 1 de enero.

A continuación el texto de la homilía pronunciada por el Santo Padre este 31 de diciembre en la Basílica de San Pedro:

Al final del año, la Palabra de Dios nos acompaña con estos dos versículos del apóstol Pablo (cf. Ga 4,4-5). Son expresiones concisas y densas: una síntesis del Nuevo Testamento, que da sentido a un momento “crítico”, como suele ser un cambio de año.

La primera expresión que nos llama la atención es «plenitud del tiempo». En estas últimas horas del año solar, en el que sentimos aún más la necesidad de algo que llene de significado el transcurrir del tiempo, dicha expresión tiene una resonancia especial. Algo o, mejor, alguien. Y este “alguien” ha venido, Dios lo ha enviado: es “su Hijo”, Jesús. Acabamos de celebrar su nacimiento: nació de una mujer, la Virgen María; nació bajo la ley, un niño judío, sujeto a la ley del Señor. Pero, ¿cómo es posible? ¿Cómo puede ser este el signo de la «plenitud del tiempo»?

Es cierto que por el momento aquel Jesús es casi invisible e insignificante, pero en poco más de treinta años desatará una fuerza sin precedentes, que todavía permanece y perdurará a lo largo de toda la historia. Esta fuerza se llama Amor. El amor da plenitud a todo, incluso al tiempo; y Jesús es el “concentrado” de todo el amor de Dios en un ser humano.

San Pablo dice claramente por qué el Hijo de Dios nació en el tiempo, y cuál es la misión que el Padre le ha encomendado: nació «para rescatar». Esta es la segunda palabra que nos llama la atención: rescatar, es decir, sacar de una condición de esclavitud y devolver a la libertad, a la dignidad y a la libertad propia de los hijos.

La esclavitud a la que se refiere el apóstol es la de la “ley”, entendida como un conjunto de preceptos a observar, una ley que ciertamente educa al hombre, que es pedagógica, pero que no lo libera de su condición de pecador, sino que, en cierto modo, lo “sujeta” a esta condición, impidiéndole alcanzar la libertad de hijo.

Dios Padre ha enviado al mundo a su Hijo unigénito para erradicar del corazón del hombre la esclavitud antigua del pecado y restituirle así su dignidad. En efecto, del corazón humano –como enseña Jesús en el Evangelio (cf. Mc 7,21-23)– salen todas las intenciones perversas, las maldades que corrompen la vida y las relaciones. Y aquí debemos detenernos, detenernos a reflexionar con dolor y arrepentimiento porque, también en este año que llega a su fin, muchos hombres y mujeres han vivido y viven en condiciones de esclavitud, indignas de personas humanas.

También en nuestra ciudad de Roma hay hermanos y hermanas que, por distintos motivos, se encuentran en esta situación. En particular, pienso en tantas personas sin hogar. Son más de diez mil. Su situación es especialmente dura en los meses de invierno. Todos son hijos e hijas de Dios, pero diferentes formas de esclavitud, a veces muy complejas, los han llevado a vivir al borde de la dignidad humana.

También Jesús nació en una condición análoga, pero no por casualidad o por accidente: quiso nacer de esa manera para manifestar el amor de Dios por los pequeños y los pobres, y lanzar así la semilla del Reino de Dios en el mundo. Reino de justicia, de amor y de paz, donde nadie es esclavo, sino todos hermanos, hijos del único Padre.

La Iglesia que está en Roma no quiere ser indiferente a las esclavitudes de nuestro tiempo, ni simplemente observarlas y socorrerlas, sino que quiere estar dentro de esa realidad, cercana a esas personas y a esas situaciones. Cercanía materna.

Al celebrar la divina maternidad de la Virgen María, quiero animar esa forma de maternidad de la Iglesia. Contemplando este misterio, reconocemos que Dios ha «nacido de mujer» para que nosotros pudiésemos recibir la plenitud de nuestra humanidad, «la adopción filial».

Por su anonadamiento hemos sido exaltados. De su pequeñez ha venido nuestra grandeza. De su fragilidad, nuestra fuerza. De su hacerse siervo, nuestra libertad. ¿Cómo llamar a todo esto, sino Amor? Amor del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, a quien esta tarde la santa madre Iglesia eleva en todo el mundo su himno de alabanza y de agradecimiento.

MADRID, 31 Dic. 18 (ACI Prensa).- El Arzobispo de Madrid, Cardenal Carlos Osoro, afirmó que Europa y la sociedad necesitan jóvenes que arriesguen la vida por Cristo, vivan la alegría de acompañarlo y salgan a todas las periferias para encontrar a todos dando testimonio del Señor.

Así lo indicó el Purpurado español en su mensaje el 30 de diciembre a los participantes del Encuentro Europeo de Jóvenes organizado por la Comunidad de Taizé.

“Como pastor de la Iglesia que camina en Madrid, en este tiempo de Navidad en que hacemos la peregrinación de confianza, quiero hacer una llamada a la alegría. Sí, a la alegría de acompañar a Jesús. Él se ha bajado a acompañarnos e ilumina nuestro camino”, dijo el Cardenal según informó la Arquidiócesis madrileña en su sitio web.

“No seamos hombres y mujeres tristes: nuestra alegría nace, como la de los pastores y los Magos de Oriente, de haber encontrado a Jesús y de experimentar que está entre nosotros”, continuó.

Tras alentar a tener un corazón grande para compartir todo, el Arzobispo resaltó que “Europa necesita jóvenes que arriesguen la vida por Cristo y en nombre de Cristo, con esa arma que destruye lo que nos separa, todo egoísmo y toda incapacidad para reconocer que el otro es mi hermano”.

“Al reunirnos en esta peregrinación, sabemos cuál es la principal contribución que podemos hacer a Europa. Somos la Iglesia que quiere ponerse a vivir el Evangelio y dar testimonio de Él, como sal y levadura del Reino de Dios, testigos del amor fraterno, de la solidaridad y del compartir”, indicó.

“Salgamos de nosotros mismos y caminemos por todas las periferias para encontrarnos con todos, pues somos imágenes de Dios, hijos de Dios y, por ello, hermanos”, animó.

El Cardenal Osoro refirió también que “peregrinar y caminar es un arte. Para hacerlo bien, hay que mirar el horizonte con los ojos de Jesús, caminar con los pies de Jesús hacia todos los caminos y dar la mano a todos los hombres”.

“Os invito a los jóvenes de Europa a hacerlo juntos con el corazón grande, la mirada atenta, las manos abiertas y los pies caminando para encontrarnos con los demás, de la misma manera que lo hace Jesús”, concluyó.



De Venezuela a Colombia y a los países del sur. Del triángulo de América Central, - Guatemala, Honduras, El Salvador - hacia el norte. Movimientos migratorios a causa de la falta de oportunidades, de la violencia, del hambre, de la ausencia de políticas que resguarden a los ciudadanos, de la corrupción. Movimientos migratorios que han dejado una marca en América Latina, en este 2018.

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