, 06 Dic. 21 (ACI Prensa).- Este lunes, en el vuelo que lo llevó de regreso a Roma, luego de su visita apostólica a Chipre y Grecia, el Papa Francisco concedió una rueda de prensa en la que respondió a preguntas sobre la inmigración, la renuncia de Mons. Michel Aupetit como Arzobispo de París, entre otras.
A continuación el texto completo de la conferencia de prensa:
Matteo Bruni (Director de la Sala de Prensa del Vaticano): Buenos días Santidad y gracias por habernos guiado en estos días intensos, también por habernos acompañado a tocar con las manos estas realidades y gracias por este espacio para poder hablar juntos. Gracias.
Papa Francisco: Buenos días y gracias. Tenía miedo de que esto no funcionara, por la demora, pero funciona. Muchas gracias y escucho sus preguntas.
Matteo Bruni: Gracias Santidad. La primera pregunta viene de Konstantinos Tsindas de la televisión chipriota.
Kostantinoss Tsindas: Santidad, gracias por la oportunidad de visitar Chipre y Grecia. Ha tenido fuertes declaraciones sobre el diálogo interreligioso con grandes expectativas. Dicen que pedir perdón es lo más difícil de hacer, pero usted lo hizo de manera espectacular en Atenas, pero ¿qué está planeando el Vaticano en términos prácticos para reunir a los católicos y ortodoxos cristianos? El Sínodo es tal vez una forma.
Si la sinodalidad es, después de todo, la sustancia del cristianismo, entonces puede resultar en la voz común de la Iglesia en el mundo. Como ya se ha probado, todos pueden ser afectados en un ambiente deshumanizado. La Iglesia, en términos humanos, está formada por clérigos y laicos. Para Dios todos somos su rebaño.
Usted ha llamado a todos los cristianos a celebrar, en 2025, el 1700 aniversario del primer Concilio Ecuménico de Nicea. ¿Cómo avanza este proceso?
Y finalmente, y me disculpo por esta pregunta larga, pero está en el espíritu de su viaje, recientemente la Unión Europea alentó a que en estas fechas se salude diciendo “¡Felices Fiestas!”, ¿por qué la gente no se da cuenta de que el cristianismo no es una ideología sino una experiencia de vida que alienta a los humanos a pasar de lo mortal a la eternidad? En ese sentido, yo existo porque mis hermanos humanos también existen. Es el nosotros y no el yo. Muchas gracias.
Papa Francisco: Gracias. Pedí perdón ante Crisóstomo, mi hermano Crisóstomo. Pedí perdón por todas las divisiones que se han dado, pero sobre todo por las que hemos provocado los católicos. También he pedido perdón por… mirando la guerra de la independencia, Crisóstomo señaló alguna cosa: una parte de los católicos tomó partido por los gobiernos europeos para que no se hiciera la independencia griega. En vez de eso, en las islas, los católicos de las islas, han sostenido la independencia y han dado la vida por la patria, pero en el centro, digámoslo así, en ese momento tomó partido por Europa, no sé con qué gobierno, si el italiano acaso, pero así era la cosa.
También pedí perdón por el escándalo de la división, al menos en aquello en lo que nosotros tenemos la culpa, ¿no? El espíritu de autosuficiencia.
Nos callamos la boca cuando escuchamos que debemos pedir perdón. A mí siempre me hace bien pensar que Dios nunca se cansa de perdonarnos, nunca. Somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón. Y cuando no pedimos perdón a Dios, difícilmente lo pediremos a los hermanos.
Es más difícil pedir perdón al hermano que a Dios, porque sabemos que allí Dios nos va a decir ‘anda, estás perdonado’, pero con los hermanos está la vergüenza y la humillación.
El mundo de hoy requiere la actitud de la humillación de pedir perdón: tantas cosas están sucediendo en el mundo, tantas vidas perdidas, tantas guerras, ¿cómo no pedir perdón?
He querido pedir perdón al menos por las divisiones, al menos, que hemos provocado; por las otras que las pidan los responsables. Por las nuestras pido perdón y también por los episodios de guerra, porque parte de los católicos tomaron partido por los gobiernos europeos y fueron a la guerra.
Y la última cosa que me vino al corazón es pedir perdón por el escándalo del drama de los migrantes, el escándalo de tantas vidas ahogadas en el mar.
Matteo Bruni: La segunda pregunta era sobre el aspecto sinodal, sobre la Iglesia que en términos humanos está formada por clérigos y laicos que conforman la grey.
Papa Francisco: Sí, somos una grey, es cierto. Hacer esta división de clero y laicos es una división funcional, de política, pero es una unidad, una sola grey. Y la dinámica entre las diferencias es la sinodalidad, es decir, escucharnos el uno al otro y caminar juntos, synodos, hacer camino juntos, esto sobre la sinodalidad. Algo que vuestras iglesias ortodoxas y también nuestras iglesias católicas han conservado esto.
La Iglesia latina se había olvidado del sínodo. Fue San Pablo VI quien restauró el camino sinodal hace 54 o 56 años y estamos haciendo un camino para tener la costumbre de la sinodalidad, de caminar juntos.
Matteo Bruni: Está la pregunta sobre la Navidad. Comentó que el cristianismo no es una ideología sino una experiencia de vida, se puede cancelar….
Papa Francisco: Se refiere al documento de la Unión Europea sobre la Navidad. Es un anacronismo esto, un anacronismo de la historia. Tantas dictaduras han buscado hacerlo: piensa en Napoleón, piensa en la dictadura nazi y la comunista. Es una moda de la laicidad diluida, agua destilada. Esta es una cosa que no funcionó durante la historia, pero esto me hace pensar en una cosa que, hablando de la Unión Europea, creo que es necesaria.
Creo que debe tomar en sus manos los ideales de los padres fundadores, que eran ideales de unidad, de grandeza. Estar atenta a no dar paso a las colonizaciones ideológicas. Esto podría llegar a dividir los países y afectar a la Unión Europea.
La Unión Europea debe respetar a cada país, como está estructurado dentro, y no querer uniformar. Yo creo que no lo hará, no es su intención, pero estar atento porque a veces vienen y van proyectos como este y no saben qué cosa hacer, se me viene a la mente, no.
Cada país tiene su propia peculiaridad, cada país está abierto a los otros. Unión Europea. Soberanía suya, soberanía de los hermanos en una unidad que respeta la singularidad de cada país y estar atentos a no ser vehículos de colonizaciones ideológicas. Por esto lo de la Navidad es un anacronismo.
Matteo Bruni: Gracias Santidad. La segunda pregunta, o la tercera, ya que tuvimos dos, viene de Iliana Magra, de Katimerení, un diario griego.
Iliana Magra (Katimerení): Buenos días. Santo Padre, durante su discurso en el palacio presidencial en Atenas, usted habló sobre el retiro de la democracia en el mundo y en particular en Europa… ¿Podría comentar un poco más sobre eso, precisando a qué países se estaba refiriendo?
Y una cosa más, ¿qué dice sobre aquellos líderes y votantes en Europa que dicen ser cristianos devotos, pero que al mismo tiempo promueven valores y políticas no democráticos? Gracias.
Papa Francisco: Sí, la democracia es un tesoro, un tesoro de civilidad que es custodiado, y no solo custodiado por una entidad superior, sino custodiado por los mismos países.
Custodiar la democracia de los otros, contra la democracia. Hoy veo tal vez dos peligros: el de los populismos que están por aquí y allá que comienzan a sacar las uñas. Pienso en un gran populismo del siglo pasado: el nazismo, que fue un populismo que defendiendo los valores naciones, así decía, ha logrado aniquilar la vida democrática, también con la muerte de la gente, convirtiéndose en una dictadura cruel.
Hoy, porque tú has preguntado por los gobiernos de derecha, ¿no?... toca estar atentos a que los gobiernos, no digo ni de derecha o izquierda, a que los gobiernos no vayan por el camino de los populismos, de los llamados populismos en política, que no tienen nada que ver con los popularismos, que son expresiones del pueblo libre, que se deja ver con la propia identidad, con su folclor, su valor, su arte y se mantiene. Entonces el populismo es una cosa.
De otra parte, se demuele la democracia, entra en un camino lentamente. Cuando se sacrifican los valores nacionales y se aniquilan hacia, digamos una fea palabra, pero no quiero decir esto, pero no encuentro otra, un “imperio”: una especie de gobierno supranacional y esto es una cosa que nos debe hacer pensar.
Ni caer en populismos en el que el pueblo se dice pueblo pero no es pueblo, sino la dictadura propia de nosotros y no de otros, piensa en el nazismo; ni caer en aniquilar la propia identidad en un gobierno internacional.
Sobre esto hay una novela escrita en 1903 –tú dirás qué anticuado es este Papa en literatura– escrito por Benson, un escritor inglés. Este señor Benson escribió la novela que se llama “The Lord of the earth” (El Señor de la tierra) o “The Lord of the world” (El Señor del mundo), tiene dos títulos, que sueña el futuro en un gobierno internacional, donde con todas las medidas económicas y las medidas políticas gobierna todos los otros países.
Cuando se da este gobierno, este tipo de gobierno, él lo explica, se pierde la libertad y se busca hacer una igualdad entre todos, pero esto sucede cuando hay una superpotencia que dicta los comportamientos culturales, económicos, sociales a los otros países.
Debilitamiento de la democracia, sí, con el peligro del populismo que no es el popularismo, que sí es bello, y el peligro de estos referentes a potencias internacionales, referentes económicos, culturales, lo que sea.
Esto es lo que me viene a la mente pero yo no soy político de ciencia, hablo con lo que me parece, ¿no?
Matteo Bruni: Gracias Santidad. La tercera pregunta viene de Manuel Schwarz, de la DPA, agencia de prensa alemana.
Manuel Schwarz (DPA): Primero que nada gracias por habernos permitido ir con usted en este viaje importante. La migración es un tema central no solo en el Mediterráneo, sino también en muchas partes de Europa, sobre todo en Europa del Este, con tantos alambres con púas, como usted ha dicho, y también con la crisis bielorrusa.
¿Qué cosa se espera de los países de esta zona, como por ejemplo Polonia y también Rusia, y qué cosa se espera de otros países importantes en Europa, como por ejemplo Alemania, donde habrá un nuevo gobierno luego de la canciller Ángela Merkel?
Papa Francisco: Las personas que impiden la inmigración o que cierren las fronteras, ahora está de modo hacer muros o poner alambre con púas, o alambres con concertinas –los españoles saben qué cosa significa eso–. Es usual usar estas cosas para impedir el acceso.
La primera cosa que diría si tuviese un gobernante frente a mí es ‘piensa en el tiempo en que tú fuiste migrante y no te dejaban entrar, cuando tú querías escapar de tu tierra. Ahora eres tú quien construye muros’. Esto hace bien porque, quien construye muros, pierde el sentido de la historia, de la propia historia, de cuando era esclavo de otro país. No todos tienen esta experiencia pero al menos una gran parte. Aquellos que construyen los muros tienen esta experiencia: de haber sido esclavos.
Usted podrá decirme ‘pero los gobiernos tienen el deber de gobernar y si se viene una ola así de migrantes no se puede gobernar’. Yo digo esto: cada gobierno debe decir claramente ‘yo puedo recibir tantos’ porque los gobernantes saben cuántos son capaces de recibir.
Es su derecho, esto digo, pero los migrantes deben ser acogidos, acompañados, promovidos e integrados. Si el gobierno no puede hacer esto debe entrar en diálogo con los otros y que se hagan cargo los otros, cada uno. Y en esto es importante la Unión Europea porque en esto la Unión Europea es capaz de hacer la armonía entre todos los gobiernos para la distribución de los migrantes.
Pero piensa en Chipre o Grecia, piensa en Lampedusa, piensa en Sicilia, con todos sus inmigrantes, no hay una armonía entre todos los países de la Unión Europea para enviarlos a estos aquí, a estos allá. Falta esta armonía general y luego la última palabra que dije, integrados.
Acogidos, acompañados, promovidos e integrados. ¿Integrados por qué? Porque si tú no integras al migrante, este migrante tendrá una ciudadanía de gueto. El ejemplo no sé si lo he dicho alguna vez, el ejemplo que me toca más, es la tragedia de Zaventem. Los muchachos responsables de la tragedia en el aeropuerto (en marzo de 2016) eran belgas, peo hijos de migrantes en guetos, no integrados.
Si tú a un migrante no lo integras con la educación, con el trabajo, te arriesgas a tener alguien que haga estas cosas. No es fácil acoger a los migrantes, no es fácil resolver el problema de los migrantes, pero si no resolvemos el problema de los migrantes nos arriesgamos a hacer naufragar la civilidad hoy, en Europa como están las cosas.
No solo naufragar en el Mediterráneo, sino la civilidad nuestra. Por esto los representantes de los gobiernos deben ponerse de acuerdo.
Para mí un modelo de acogida e integración ha sido Suecia, que ha acogido a todos los migrantes latinoamericanos de las dictaduras militares: chilenos, argentinos, brasileños, uruguayos. Los ha acogido y los ha integrado.
Hoy he estado en un colegio en Atenas, y miraba y le dije al traductor, ‘mira, aquí hay -usé una palabra doméstica– una macedonia de culturas, están todos mezclados, y él me ha respondido ‘este es el futuro de Grecia’.
Integración y crecer. Es importante. No es que yo lo recibo porque… y luego otro drama y quisiera subrayarlo, se da cuando el migrante antes de venir cae en las manos de los traficantes, le da todo el dinero que tiene y estos lo llevan a las barcazas.
Cuando son devueltos, los toman otra vez estos traficantes. En el dicasterio para los migrantes hay filmaciones sobre las cosas que suceden en estos lugares a donde van los migrantes que están de regreso.
Así como no se puede acogerlos y abandonarlos, sino que debemos acompañarlos, promoverlos e integrarlos, si yo mando de regreso a un migrante debo acompañarlo, promoverlo e integrarlo en su país, no dejarlo en la costa de Libia. Esto es una crueldad.
Si quieren más sobre esto, pidan al Dicasterio de la migración que tiene estas cintas, como una cinta de Open Arms, que es un poco romántico pero que permite ver la realidad de lo que sucede allí, es una cosa que genera dolor. Estamos arriesgando la civilidad.
Matteo Bruni: Ahora una pregunta de una periodista de lengua francesa, la doctora Chambraud de Le Monde.
Cécile Chambraud (Le Monde): Santo Padre, el jueves cuando llegamos a Nicosia nos enteramos que usted había aceptado la renuncia del Arzobispo de París, Mons. Aupetit, ¿puede decirnos por qué?, ¿y por qué con tanta prisa?
Segunda pregunta, tras el informe de una comisión independiente sobre los abusos sexuales la Conferencia Episcopal de Francia ha reconocido que la Iglesia tenía una responsabilidad institucional por lo que han sufrido miles de víctimas, también hablaron de la dimensión sistémica de esta violencia ¿qué opina usted de estas declaraciones de los obispos franceses? ¿Qué significado pueden tener para la Iglesia universal? Y, última pregunta, ¿recibirá usted a los miembros de esta comisión independiente?
Papa Francisco: Comienzo con la segunda (pregunta) y luego volvemos a la primera.
Cuando se hacen estos estudios debemos poner atención con la interpretación, para que se hagan por períodos de tiempo. Cuando se hace después de un tiempo así de largo, existe el riesgo de confundir la forma en que se siente un problema en una época setenta años antes que en otra.
Quisiera decir esto solamente como principio. Una situación histórica debe interpretarse con la hermenéutica de la época, no con la nuestra. Por ejemplo, la esclavitud: decimos “una brutalidad”, los abusos de hace cien años o hace setenta años, es una brutalidad. Pero la forma de cómo la vivían ellos no es la misma que hoy, había otra hermenéutica.
Por ejemplo, el caso de los abusos en la Iglesia, el encubrir, la forma en que se utiliza -lamentablemente- en las familias o en la gente, en la gran mayoría de la gente, en los barrios, de buscar encubrir, que nosotros decimos: ‘No, no va esto’ el encubrir. Pero, siempre va a interpretar una época con la hermenéutica, no con la nuestra.
Por ejemplo, el estudio de Indianápolis, famoso, se vino abajo por la falta de una interpretación correcta, eran algunas cosas verdaderas, se mezclaron las épocas.
Sobre el informe, no lo he leído, ni he escuchado los comentarios de los obispos franceses, así que no sé cómo responder de verdad. Los obispos franceses vendrán este mes y les pediré que me lo expliquen.
La primera pregunta, sobre el caso (de Mons.) Aupetit: me pregunto ¿qué hizo Aupetit que fuera tan grave como para tener que dimitir? ¿Qué hizo? Que alguno me responda.
Periodista: No lo sé.
Papa Francisco: Si no conocemos la acusación, no podemos condenar. ¿Cuál era la acusación? ¿Quién la sabe? Es feo ¿eh?
Periodista: Problema de gobierno u otra cosa, no sabemos.
Papa Francisco: Antes de contestar, yo diré: hagan la investigación, hagan la investigación. Porque existe el peligro de decir: fue condenado, ¿pero quién lo condenó? La opinión pública, las habladurías. ¿Pero qué hizo? No lo sabemos. Si ustedes saben por qué, díganlo, por el contrario, yo no puedo responder.
Ustedes sabrán por qué, porque fue una falta de él, una falta contra al sexto mandamiento, no total, sino pequeñas deficiencias, de mensajes que dio a su secretaria, esa es la acusación. Esto es un pecado. Pero no es uno de los más graves ¿eh?, porque los pecados de la carne no son los más graves. Los pecados más grandes son aquellos que tienen más ‘angelicalidad’, la soberbia, el odio, estos son más graves. Aupetit es pecador, como soy yo, no sé si usted se siente… Como fue Pedro, el obispo sobre el que Jesucristo fundó la Iglesia. ¿Cómo puede ser que la comunidad de ese tiempo había aceptado a un obispo pecador? Y eso era un pecado con mucha ‘angelicalidad’ como es el negar a Cristo ¿no?. Era una Iglesia normal, estaba acostumbrada a sentirse pecadora todo el tiempo, una Iglesia humilde. Se ve que nuestra Iglesia no está acostumbrada a tener un obispo pecador. Pretendemos decir que mi obispo es un santo. No. Esto es caperucita roja. Todos somos pecadores. Cuando las habladurías crecen, crecen, aquel hombre no podrá gobernar, porque le quita la fama, no por su pecado, que es pecado, como el de Pedro, como el mío, como el tuyo, es pecado. Pero por las habladurías de las personas responsables de contar el asunto. A un hombre que le han quitado la así públicamente, no puede gobernar, y esto es una injusticia y por eso acepté la renuncia de Aupetit, no en el altar de la verdad, sino en el altar de la hipocresía.
Matteo Bruni: Gracias Santidad. Quizá tenemos tiempo todavía para una última pregunta.
Papa Francisco: Hacemos ayuno. (Risas).
Vera Scherbakova (TASS) (Agencia de noticias rusa): Muchas gracias Santo Padre por su actitud, que es un patrimonio de nuestra agencia. Yo quisiera preguntarle que Usted en este viaje ha visto a los jefes de las Iglesias Ortodoxas, ha dicho palabras hermosas sobre la comunión y la unidad ¿Cuál será el próximo encuentro con el Patriarca Kirill? ¿Cuáles son los proyectos comunes con la Iglesia rusa? ¿Y cuáles dificultades encuentra en este camino?
Papa Francisco: Gracias. Bonitas preguntas.
Existe en el horizonte no muy lejano una reunión con el Patriarca Kirill. Creo que la próxima semana Hilarión vendrá a verme para acordar una posible reunión porque el Patriarca tiene que viajar, no sé a dónde, creo que a Finlandia, pero no estoy seguro.
Yo siempre estoy dispuesto a ir a Moscú. Para hablar con un hermano, no hay protocolos. Un hermano es un hermano antes de todos los protocolos; y yo con un hermano ortodoxo, se llame Kirill, se llame Crisóstomo, se llame Jerónimo, son hermanos, somos hermanos y nos decimos cosas a la cara, ¿no? No bailamos el minué, no, nos decimos las cosas a la cara, pero como hermanos. Es bonito ver a los hermanos pelearse, es bonito, porque pertenecen a la Madre Iglesia; pero están divididos, algunos por la herencia que los ha dividido, pero nosotros debemos ir juntos, trabajar y caminar por la unidad.
Agradezco a Jerónimo, a Crisóstomo, a todos los patriarcas que tienen este deseo de caminar juntos en la unidad. La unidad, el gran teólogo ortodoxo Zizioulas, una vez bromeando dijo que “encontraremos la unidad en el Eschaton”. Es una expresión, pero no significa que debamos quedarnos quietos, esperando que los teólogos se pongan de acuerdo, esta es una frase, una forma de decir. Aquello que dicen que Atenágoras dijo a Pablo VI “pongamos a todos los teólogos en una isla y nosotros vayamos a otra parte”, es una broma, pero, los teólogos que continúen estudiando, esto nos hace bien y nos lleva a entender bien.
Pero mientras tanto, avancemos juntos, recemos juntos, haciendo caridad juntos. Por ejemplo, en Suecia que tiene la Cáritas luterana - católica juntos. Trabajar juntos y rezar juntos. Esto lo podemos hacer, el resto corresponde a los teólogos, la unidad comienza hoy por este camino.
Matteo Bruni: Gracias por el tiempo que ha querido dedicar a nuestras preguntas. Algún periodista quería regalarle una copia del Acrópolis de Atenas, del Partenón, porque les apenó que no pudo tocarlo con la mano.
Papa Francisco: Sí, existía el peligro de que me fuera sin verlo y ayer por la tarde dije: no, yo quiero verlo, y me llevaron allí y lo ví de lejos, iluminado, al menos lo vi, no lo toqué, pero agradezco por esta cortesía.