octubre 2020
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REDACCIÓN CENTRAL, 01 Nov. 20 (ACI Prensa).- El 1 de noviembre la Iglesia Católica celebra la Solemnidad de Todos los Santos, tanto los conocidos como los anónimos. Es la celebración de todos aquellos que comparten el triunfo y la gloria de Cristo en virtud a su esfuerzo por seguir de cerca al Maestro. La Iglesia celebra este día vestida de blanco, al verse confirmada como madre que convoca a sus hijos a la salvación; mientras que los hijos se ven fortalecidos por el ejemplo de quienes se adelantaron en la fe y la caridad.

San Juan Pablo II, en la homilía de la misa dedicada a la Solemnidad de Todos los Santos, en noviembre de 1980, decía: “Hoy nosotros estamos inmersos con el espíritu entre esta muchedumbre innumerable de santos, de salvados, los cuales, a partir del justo Abel, hasta el que quizá está muriendo en este momento en alguna parte del mundo, nos rodean, nos animan y cantan todos juntos un poderoso himno de gloria”. Y es que esta Solemnidad es día propicio para compartir el júbilo por la obra salvífica de Dios a lo largo de los siglos. Obra que no se detiene jamás y que se renueva, a cada instante, en cada ser humano que responde a la gracia de Dios, viviendo el llamado a la plenitud en el amor.

La Solemnidad de Todos los Santos tiene sus orígenes en el siglo IV, cuando el número de mártires de la Iglesia llegó a ser tal que era imposible destinar un día del año para recordar a cada mártir. Entonces, la Iglesia optó por hacer una celebración conjunta para honrar a todos los que habían alcanzado el cielo, en un solo día, una vez al año.

Cuando el 13 de mayo de 610, el Papa Bonifacio IV dedicó el Panteón romano al culto cristiano, consagró el nuevo templo a la Bienaventurada Madre de Dios y a todos los mártires. A partir de entonces, la celebración de Todos los Santos quedó fijada en esa fecha, y así permanecería por muchos años hasta que el Papa Gregorio IV, en el siglo VII, trasladó la celebración al 1 de noviembre. Es muy probable que la decisión del Papa Gregorio haya sido contrarrestar la fiesta pagana del “Samhain” o año nuevo celta, que se celebra la noche del 31 de octubre.

Hoy, la Solemnidad de Todos los Santos compite, en distintos ámbitos de la cultura, contra la “noche de Brujas” (Halloween) y su espíritu comercial y profano. Por eso, es necesario que no perdamos de vista aquello a lo que estamos llamados como cristianos: vivir la santidad y realizar todo bien que provenga de Dios.

En el año 2013, el Papa Francisco hizo una hermosa exhortación a la multitud que lo acompañaba en la celebración de esta Solemnidad: “Dios te dice: no tengas miedo de la santidad, no tengas miedo de apuntar alto, de dejarte amar y purificar por Dios, no tengas miedo de dejarte guiar por el Espíritu Santo. Dejémonos contagiar por la santidad de Dios”.

No olvidemos nunca que ¡estamos llamados a ser santos! Y que debemos recordar y agradecer la vida de esos hombres y mujeres que lo dieron todo por amor.

¡Feliz día de Todos los Santos!

Más información en: https://www.aciprensa.com/recursos/que-se-celebra-en-la-fiesta-de-todos-los-santos-1700/

, 31 Oct. 20 (ACI Prensa).- Shafique Masih es un católico que fue acusado injustamente de blasfemia y luego absuelto; sin embargo, desde que fue liberado vive oculto junto a su familia en una casa de acogida de la Iglesia Católica en Pakistán, por temor a posibles abusos por parte de extremistas islámicos.

Shafique Masih fue acusado de #blasfemia durante las protestas de 1998 en #Faisalabad #Pakistán. Fue juzgado en 2001 y absuelto. Ahora sigue en la clandestinidad con su familia, en una casa de acogida construida por la Comisión Nacional de Justicia y Paz.https://t.co/ENc7BwfMLP pic.twitter.com/284ImfsTmk

— ACN International (@acn_int_es) October 29, 2020

Según la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), Shafique Masih es un católico padre de tres hijos y cuatro hijas que vive desde 2001, fecha en que fue liberado de prisión, en una casa de acogida construida por la Comisión Nacional de Justicia y Paz (CNJP) de los obispos católicos, un organismo que brinda asistencia jurídica a las víctimas de la ley antiblasfemia y que recibe apoyo de ACN desde 2011.

Masih fue uno de los dos cristianos que fueron acusados de insultar al islam en Faisalabad, provincia de Punjab, en mayo de 1998, en medio de una serie de protestas provocadas por la condena a muerte de un cristiano bajo la ley antiblasfemia.

El padre de familia relató que en esa época “tenía un taller de soldadura en un pueblo cerca de Faisalabad”. Allí, “compartía el contador eléctrico con otras dos personas, entre ellas, Majeed, un musulmán que tenía una tienda con un tandoor [horno de barro] y vendía chapattis [pan local]”.

La convivencia con el musulmán no era armoniosa, pues “Majeed llevaba tres meses sin pagar la cuenta argumentando que yo utilizaba más electricidad. Tuvimos acaloradas discusiones sobre la factura de la electricidad unas cuantas veces”, dijo.

El problema se agudizó cuando Masih “estaba a punto de recibir un encargo de 300.000 rupias [1.810 dólares] para hacer unas 25 persianas metálicas para un mercado”, pues “Majeed, envidioso por el proyecto propuesto, me acusó de participar en las protestas contra la ley antiblasfemia en Faisalabad y de hablar despectivamente del profeta Mahoma”.

Poco después, el 31 de mayo de 1998, cuando Masih se encontraba trabajando en el taller, “unos hombres se reunieron frente a la tienda” y se pusieron a conversar. Esta conducta inesperada generó sospechas y preocupó a las personas cercanas a Masih.

“Mis empleados me advirtieron que estaban hablando de las acusaciones en mi contra. Mis allegados me sugirieron que cerrara la tienda y que me fuera a casa para evitar problemas”, dijo.

Ese mismo día, “a las cuatro y media de la tarde, las mezquitas de los alrededores instaron a todos a apagar las radios y televisores para escuchar un anuncio importante”, en el que proclamaron que “una persona ha insultado al santo profeta”, dijo. Esa noche, “una turba, armada con antorchas encendidas y palos”, se reunió “frente a mi casa y amenazó con prenderle fuego”, agregó.

En medio del hostil asalto, “Majeed me llamó, salí y la turba me arrastró hasta el cruce principal donde cientos de personas procedentes de las aldeas de los alrededores comenzaban a reunirse. No tenía escapatoria”, dijo.

Gracias a unos conocidos que temían por su vida, Masih fue encerrado en una escuela en las afueras del pueblo. “Al poco tiempo, oímos disparos mientras intentaban forzar la puerta de la escuela”, dijo.

Felizmente, “el dueño de una fábrica llamó a la policía, que llegó a la escuela a la media hora”. Los oficiales “me llevaron a la cárcel central de Faisalabad esa misma noche”, con el objetivo de “evitar un ataque a la comisaría”, señaló.

Masih contó que estuvo tres años en prisión y dijo que lo que vivió fue “un infierno”, pues en repetidas ocasiones “mis compañeros de prisión intentaron asesinarme en mi celda. A veces, dejaban deliberadamente abierta mi cerradura para que cualquiera pudiera atacarme”.

Si bien Masih fue “condenado en dos casos con sentencias de cinco y siete años respectivamente”, en el año 2001 fue liberado de la prisión. “Doy gracias a Dios por mi libertad”, dijo. Luego “fui acogido por un sacerdote que me atendió como a un hijo y se ocupó de todas las necesidades de mi familia, especialmente en fiestas como la Navidad y la Pascua”.

En el año 2003 “nos trasladaron a esta casa de acogida de dos habitaciones de un barrio residencial”, que si bien les brindaban un lugar seguro donde dormir, tenía muchas carencias. “No teníamos electricidad ni había tiendas alrededor. Los mosquitos nos invadían todas las noches”, explicó.

Actualmente, Masih se gana la vida trabajando como soldador en un taller alquilado. “Cuatro de mis hijos han nacido aquí. Los más pequeños, gemelos, de 12 años de edad, me ayudan en el taller de soldadura porque tengo cataratas en el ojo izquierdo”.

Lamentablemente la pandemia hizo que el negocio sea escaso. A este problema se suma que la casa donde viven “se está desmoronando”. “La pared del patio trasero se derrumbó con las lluvias monzónicas del año pasado, nuestro terreno está inundado con agua de drenaje y tuve que pedir un préstamo para reconstruir el retrete”, explicó.

Pese a todo, Masih expresó su gratitud con la CNJP, que le proporcionó “un abogado, este refugio y el equipo de soldadura”. Durante estas casi dos décadas su familia ha podido mantenerse a salvo y vivir en comunidad junto a otros católicos.

“Mi hija mayor, de 20 años, se casó el año pasado. Asistimos regularmente a la iglesia católica que hay a la vuelta de la esquina. Yo toco el armonio para el coro y me reúno con mis amigos en una tienda de reparación de instrumentos musicales”, dijo.

Pese a vivir alejado de su anterior comunidad desde hace casi 20 años, Masih continúa viendo a sus familiares pero de forma clandestina, por temor a los extremistas islámicos. “A veces visito a mis hermanos en el pueblo de Bagywal, pero solo por la noche”, dijo.

Este problema ya no solo lo afecta a él, sino también a sus hijos, que ven limitadas sus oportunidades de crecimiento y desarrollo. “Ahora, ya solo temo por el porvenir de mis hijos porque todos ellos han abandonado la escuela”, señaló.

“Aquí se abusa de la ley antiblasfemia para atacar a inocentes. Si te quedas callado empiezan a sospechar, pero si intentas responder a sus acusaciones tergiversan tus declaraciones. Esto debe terminar”, concluyó.

REDACCIÓN CENTRAL, 31 Oct. 20 (ACI Prensa).- "Una flor sobre su tumba se marchita, una lágrima sobre su recuerdo se evapora. Una oración por su alma, la recibe Dios", decía San Agustín. Cada 2 de noviembre la Iglesia recuerda con mucho cariño a los fieles difuntos y por ello te recomendamos estas oraciones por las almas de tus familiares que ya partieron a la Casa del Padre.

Por un niño

Señor, tú que conoces nuestra profunda tristeza por la muerte del (de la) niño(a) N., concede a quienes acatamos con dolor tu voluntad de llevártelo(a), el consuelo de creer que vive eternamente contigo en la gloria. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Por un joven

Concede, Señor, la felicidad de la gloria eterna a tu siervo(a) N. a quien has llamado de este mundo cuando el vigor de la juventud embellecía su vida corporal; muestra para con él (ella) tu misericordia y acógelo(a) entre tus santos en el canto eterno de tu alabanza. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Por los padres y abuelos

¡Oh Dios! Nos mandaste honrar padre y madre. Por tu misericordia, ten piedad de mi padre (madre) y no recuerdes sus pecados. Que yo pueda verlo (la) de nuevo en el gozo de eterno fulgor. Te lo pido por Cristo nuestro Señor. Amén.

En caso de accidente o suicidio

Escucha, Señor, las súplicas de tu pueblo unidas a las lágrimas de dolor que sentimos por la muerte inesperada de nuestro(a) hermano(a) N., y haz que alcance tu misericordia y goce para siempre de la luz de aquella patria en que no hay más sufrimiento ni muerte. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oración en el cementerio el día de los fieles difuntos

La costumbre de visitar los cementerios el día de difuntos es una buena oportunidad para orar por ellos y afirmar nuestra fe en la resurrección. Proponemos para esta ocasión la siguiente celebración.

A/. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. T/. Amén.

A/. Bendigamos al Señor que, por la resurrección de su Hijo, nos ha hecho nacer a una esperanza viva. T/. Bendito seas por siempre, Señor.

A/. Hermanos: Todos tenemos familiares y amigos que han muerto. Hoy los recordamos a ellos y a todos los que han fallecido y los encomendamos a la misericordia de Dios. En este cementerio nos unimos para afirmar nuestra fe en Cristo que ha vencido la muerte y nuestra esperanza de que él vencerá también nuestra muerte y nos reunirá con nuestros seres queridos en su reino de gloria. Que esta celebración nos anime a ser fieles al Señor y a seguir los buenos ejemplos que nuestros familiares nos dejaron en su vida. Comencemos reconociendo nuestros pecados ante el Señor (momentos de silencio).

Tú que resucitaste a Lázaro del sepulcro, SEÑOR, TEN PIEDAD. Tú que has vencido la muerte y has resucitado, CRISTO, TEN PIEDAD. Tú que nos has prometido una vida eterna contigo, SEÑOR, TEN PIEDAD.

A/. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. T/: Amén.

L/. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (6, 3-4. 8-9).

“Hermanos: Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo, fuimos incorporados a su muerte. Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte para que, así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva... Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él”. Palabra de Dios. T/. Te alabamos, Señor.

A/. Hermanos: Invoquemos con fe a Dios Padre todopoderoso que resucitó de entre los muertos a su Hijo Jesucristo para la salvación de todos.

Para que afiance al pueblo cristiano en la fe, la 28 esperanza y el amor, roguemos al Señor. Todos: TE LO PEDIMOS, SEÑOR. Para que libere al mundo entero de todas sus injusticias, violencias y signos de muerte, roguemos al Señor. Para que acoja e ilumine con la claridad de su rostro a todos los que han muerto en la esperanza de la resurrección, roguemos al Señor. Para que reciba en su reino a N. y N. (se pueden decir nombres) y a todos los difuntos de nuestras familias, roguemos al Señor. Para que nuestra visita y nuestras ofrendas de flores, velas y comida sean signos de nuestra fe en la vida más allá de la muerte, roguemos al Señor. Para que la fe en Cristo mueva nuestros corazones para dar frutos de solidaridad y de justicia, roguemos al Señor.

A/. Oremos, hermanos, como Jesús mismo nos enseñó.

T/. Padre nuestro... Dios te salve María... Gloria al Padre...

A/. El Dios de todo consuelo, que con amor inefable creó al hombre y en la resurrección de su Hijo ha dado a los creyentes la esperanza de resucitar, derrame sobre nosotros su bendición. T/. Amén.

A/. Él nos conceda el perdón de nuestras culpas a los que vivimos en este mundo y otorgue a los que han muerto el lugar de la luz y de la paz. T/. Amén.

A/. Y a todos nos conceda vivir eternamente felices con Cristo, al que proclamamos resucitado de entre los muertos. T/. Amén.

A/. Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre. T/. Amén.

A/. Dales, Señor, el descanso eterno T/. Y brille para ellos la luz perpetua.

A/. Que las almas de todos los fieles difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz. T/. Amén.

 (Cfr. www.almudi.org)

 

Todos estamos llamados a ser santos

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó y se acercaron sus discípulos; y Él se pudo a hablar enseñándolos: Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la Tierra. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan, y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo” (Mateo 5,1-12).

I. Alegrémonos todos en el Señor, al celebrar este día de fiesta en honor de todos los santos: de esta solemnidad se alegran los ángeles y alaban al Hijo de Dios.

La fiesta de hoy recuerda y propone a la meditación común algunos componentes fundamentales de nuestra fe cristiana señalaba el Papa Juan Pablo II. En el centro de la liturgia están sobre todo los grandes temas de la Comunión de los Santos, del destino universal de la salvación, de la fuente de toda santidad que es Dios mismo, de la esperanza cierta en la futura e indestructible unión con el Señor, de la relación existente entre salvación y sufrimiento y de una bienaventuranza que ya desde ahora caracteriza a aquellos que se hallan en las condiciones descritas por Jesús. Pero la clave de la fiesta que hoy celebramos «es la alegría, como hemos rezado en la antífona de entrada: Alegrémonos todos en el Señor al celebrar este día de fiesta en honor de todos los Santos; y se trata de una alegría genuina, límpida, corroborante, como la de quien se encuentra en una gran familia donde sabe que hunde sus propias raíces...». Esta gran familia es la de los santos: los del Cielo y los de la tierra.

La Iglesia, nuestra Madre, nos invita hoy a pensar en aquellos que, como nosotros, pasaron por este mundo con dificultades y tentaciones parecidas a las nuestras, y vencieron. Es esa muchedumbre inmensa que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua, según nos recuerda la Primera lectura de la Misa. Todos están marcados en la frente y vestidos con vestiduras blancas, lavadas en la sangre del Cordero. La marca y los vestidos son símbolos del Bautismo, que imprime en el hombre, para siempre, el carácter de la pertenencia a Cristo, y la gracia renovada y acrecentada por los sacramentos y las buenas obras.

Muchos Santos de toda edad y condición han sido reconocidos como tales por la Iglesia, y cada año los recordamos en algún día preciso y los tomamos como intercesores para tantas ayudas como necesitamos. Pero hoy festejamos, y pedimos su ayuda, a esa multitud incontable que alcanzó el Cielo después de pasar por este mundo sembrando amor y alegría, sin apenas darse cuenta de ello; recordamos a aquellos que, mientras estuvieron entre nosotros, hicieron, quizá, un trabajo similar al nuestro: oficinistas, labriegos, catedráticos, comerciantes, secretarias...; también tuvieron dificultades parecidas a las nuestras y debieron recomenzar muchas veces, como nosotros procuramos hacer, y la Iglesia no hace una mención nominal de ellos en el Santoral. A la luz de la fe, forman «un grandioso panorama: el de tantos y tantos fieles laicos a menudo inadvertidos o incluso incomprendidos; desconocidos por los grandes de la tierra, pero mirados con amor por el Padre, hombres y mujeres que, precisamente en la vida y actividad de cada jornada, son los obreros incansables que trabajan en la viña del Señor; son los humildes y grandes artífices por la potencia de la gracia, ciertamente del crecimiento del Reino de Dios en la historia». Son, en definitiva, aquellos que supieron «con la ayuda de Dios conservar y perfeccionar en su vida la santificación que recibieron» en el Bautismo.

Todos hemos sido llamados a la plenitud del Amor, a luchar contra las propias pasiones y tendencias desordenadas, a recomenzar siempre que sea preciso, porque «la santidad no depende del estado soltero, casado, viudo, sacerdote, sino de la personal correspondencia a la gracia, que a todos se nos concede». La Iglesia nos recuerda que el trabajador que toma cada mañana su herramienta o su pluma, o la madre de familia dedicada a los quehaceres del hogar, en el sitio que Dios les ha designado, deben santificarse cumpliendo fielmente sus deberes.

Es consolador pensar que en el Cielo, contemplando el rostro de Dios, hay personas con las que tratamos hace algún tiempo aquí abajo, y con las que seguimos unidos por una profunda amistad y cariño. Muchas ayudas nos prestan desde el Cielo, y nos acordamos de ellas con alegría y acudimos a su intercesión.

Hacemos hoy nuestra aquella petición de Santa Teresa, que también ella misma escuchará, en esta Solemnidad: «¡­Oh ánimas bienaventuradas, que tan bien os supisteis aprovechar, y comprar heredad tan deleitosa...! Ayudadnos, pues estáis tan cerca de la fuente; coged agua para los que acá perecemos de sed».

II. En la Solemnidad de hoy, el Señor nos concede la alegría de celebrar la gloria de la Jerusalén celestial, nuestra madre, donde una multitud de hermanos nuestros le alaban eternamente. Hacia ella, como peregrinos, nos encaminamos alegres, guiados por la fe y animados por la gloria de los Santos; en ellos, miembros gloriosos de su Iglesia, encontramos ejemplo y ayuda para nuestra debilidad.

Nosotros somos todavía la Iglesia peregrina que se dirige al Cielo; y, mientras caminamos, hemos de reunir ese tesoro de buenas obras con el que un día nos presentaremos ante nuestro Dios. Hemos oído la invitación del Señor: Si alguno quiere venir en pos de Mí... Todos hemos sido llamados a la plenitud de la vida en Cristo. Nos llama el Señor en una ocupación profesional, para que allí le encontremos, realizando aquella tarea con perfección humana y, a la vez, con sentido sobrenatural: ofreciéndola a Dios, ejercitando la caridad con las personas que tratamos, viviendo la mortificación en su realización, buscando ya aquí en la tierra el rostro de Dios, que un día veremos cara a cara. Esta contemplación trato de amistad con nuestro Padre Dios podemos y debemos adquirirla a través de las cosas de todos los días, que se repiten muchas veces, con aparente monotonía, pues «para amar a Dios y servirle, no es necesario hacer cosas raras. A todos los hombres sin excepción, Cristo les pide que sean perfectos como su Padre celestial es perfecto (Mt 5, 48). Para la gran mayoría de los hombres, ser santo supone santificar el propio trabajo, santificarse en su trabajo, y santificar a los demás con el trabajo, y encontrar así a Dios en el camino de sus vidas».

¿Qué otra cosa hicieron esas madres de familia, esos intelectuales o aquellos obreros..., para estar en el Cielo? Porque a él queremos ir nosotros; es lo único que, de modo absoluto, nos importa. Esta santa decisión tiene mucha importancia para los demás. Si, con la gracia de Dios y la ayuda de tantos, alcanzamos el Cielo, no iremos solos: arrastraremos a muchos con nosotros.

Quienes han llegado ya, procuraron santificar las realidades pequeñas de todos los días; y si alguna vez no fueron fieles, se arrepintieron y recomenzaron el camino de nuevo. Eso hemos de hacer nosotros: ganarnos el Cielo cada día con lo que tenemos entre manos, entre las personas que Dios ha querido poner a nuestro lado.

III. Muchos de los que ahora contemplan la faz de Dios quizá no tuvieron ocasión, a su paso por la tierra, de realizar grandes hazañas, pero cumplieron lo mejor posible sus deberes diarios, sus pequeños deberes diarios. Tuvieron quizá errores y faltas de paciencia, de pereza, de soberbia, tal vez pecados graves. Pero amaron la Confesión, y se arrepintieron, y recomenzaron. Amaron mucho y tuvieron una vida con frutos, porque supieron sacrificarse por Cristo. Nunca se creyeron santos; todo lo contrario: siempre pensaron que iban a necesitar en gran medida de la misericordia divina. Todos conocieron, en mayor o menor grado, la enfermedad, la tribulación, las horas bajas en las que todo les costaba; sufrieron fracasos y éxitos. Quizá lloraron, pero conocieron y llevaron a la práctica las palabras del Señor, que hoy también nos trae la Liturgia de la Misa: Venid a Mí, todos los que estáis trabajados y cargados, y Yo os aliviaré. Se apoyaron en el Señor, fueron muchas veces a verle y a estar con Él junto al Sagrario; no dejaron de tener cada día un encuentro con Él.

Los bienaventurados que alcanzaron ya el Cielo son muy diferentes entre sí, pero tuvieron en esta vida terrena un común distintivo: vivieron la caridad con quienes les rodeaban. El Señor dejó dicho: en esto conocerán todos que sois mis discípulos, si os amáis unos a otros. Ésta es la característica de los Santos, de aquellos que están ya en la presencia de Dios.

Nosotros nos encontramos caminando hacia el Cielo y muy necesitados de la misericordia del Señor, que es grande y nos mantiene día a día. Hemos de pensar muchas veces en él y en las gracias que tenemos, especialmente en los momentos de tentación o de desánimo.

Allí nos espera una multitud incontable de amigos. Ellos «pueden prestarnos ayuda, no sólo porque la luz del ejemplo brilla sobre nosotros y hace más fácil a veces que veamos lo que tenemos que hacer, sino también porque nos socorren con sus oraciones, que son fuertes y sabias, mientras las nuestras son tan débiles y ciegas. Cuando os asoméis en una noche de noviembre y veáis el firmamento constelado de estrellas, pensad en los innumerables santos del Cielo, que están dispuestos a ayudarnos...». Nos llenará de esperanza en los momentos difíciles. En el Cielo nos espera la Virgen para darnos la mano y llevarnos a la presencia de su Hijo, y de tantos seres queridos como allí nos aguardan.

Textos basados en ideas de Hablar con Dios de F. Fernández Carvajal.

 (Cfr. www.almudi.org)

 

          

                (Ap 7,2-4.9-14) "Apareció en la visión una muchedumbre inmensa"

                (1 Jn 3,1-3) "Veremos a Dios tal cual es"

                (Mt 5,1-12) "Vuestra recompensa será grande en el cielo"

 

Homilía a cargo de D. Justo Luis Rodríguez Sánchez de Alva

Nos alegramos hoy con toda la Iglesia en una fiesta entrañable y consoladora porque “una muchedumbre inmensa que nadie podría contar” y que en su mayoría llevó una vida parecida a la nuestra, disfruta ya de la visión de Dios por toda una eternidad. Una multitud cuyos nombres no conocemos, que pasó inadvertida a quienes les trataron y, en ocasiones, incomprendidos o despreciados y maltratados, pero conocidos y amados por Dios.

Es esta una Solemnidad alentadora porque muchos de esos santos tendrían un carácter similar al nuestro, parecido temperamento, idéntica inclinación a la pereza, la sensualidad, el amor propio, y experimentaron los mismos sinsabores y penas, y, sin embargo, han superado con la ayuda de Dios esas dificultades. Es posible que más de un centenar de ellos y ellas pudiera decirnos: no te desanimes, también yo he pasado por esas pruebas. Sí, también tú puedes llevar una vida cristiana plena, una vida santa.

Esta Solemnidad que comenzó a celebrarse en toda la Iglesia a partir del s. IX, nos recuerda la llamada universal a la santidad. Podemos y debemos ser santos. “El Señor Jesús, predicó a todos y cada uno de sus discípulos, cualquiera que fuese su condición, la santidad de vida, de la que Él es iniciador y consumador: Sed, pues, vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto (Mt 5, 48)” (C. Vaticano II, L.G., 40).

Hay quienes cuando oyen hablar que Dios les quiere santos, piensan que eso no es para ellos, que no tienen madera de santo. La santidad es una llamada de Dios a cada uno que, en esencia, consiste en amarle con todas nuestras fuerzas, sinceramente, en amar a quienes nos rodean con igual intensidad, y amar la fatiga de cada día, nuestro trabajo. Parece lógico que si la llamada procediera del Comité Olímpico para participar en las próximas Olimpiadas, más de uno pudiera excusarse diciendo que él no reúne las condiciones para el deporte de alta competición. Si la llamada viniera de un partido político para que militemos activamente en sus filas, de una cadena de televisión, de una emisora de radio o de una empresa editorial o periodística, podríamos también declinar esa llamada diciendo que no reunimos las condiciones para la política, la comunicación, las letras. Pero para amar todos tenemos condiciones. Todos podemos amar a Dios que es nuestro Padre y hacer caso de sus indicaciones.

En el Evangelio de hoy, el Señor va enumerando las características de la santidad que permiten la entrada en la gran fiesta del cielo: los pobres de espíritu, esto es, los que no adoran el becerro de oro; los limpios de corazón; los sufridos; los que trabajan por la paz; los que van contra corriente, perseguidos por causa de la justicia... “Son santos los que luchan hasta el final de su vida: los que siempre se saben levantar después de cada tropiezo, de cada día, para proseguir valientemente el camino con humildad, con amor, con esperanza” (S. Josemaría Escrivá).

Encaminemos nuestros pasos por la senda de la santidad guiados por la fe y estimulados por el ejemplo de una multitud tan numerosa y variada con la certeza de que no nos faltará tampoco la ayuda de Santa María, Reina de Todos los Santos.

VATICANO, 31 Oct. 20 (ACI Prensa).- El Papa Francisco aceptó este 31 de octubre la renuncia de Mons. José Alejandro Castaño Arbeláez al gobierno pastoral de la Diócesis de Cartago (Colombia).

Mons. Castaño Arbeláez cumplió el 1 de abril de 2020 75 años, edad en la que los obispos deben presentar su renuncia al Santo Padre.

En un comunicado, la Conferencia Episcopal de Colombia señaló que el Papa “ha nombrado a  monseñor Jose Roberto Ospina León-Gómez, obispo de Buga, como administrador apostólico de Cartago”.

Mons. Castaño Arbeláez gobernó pastoralmente la Diócesis de Cartago desde el 21 de noviembre de 2010, tras ser nombrado por el hoy Papa Emérito Benedicto XVI.

El Prelado colombiano nació en La Ceja, en el departamento colombiano de Antioquia, y tomó el hábito de la Orden de Agustinos Recoletos en 1962. Fue ordenado sacerdote en 1971.

Antes de ser Obispo de Cartago fue Obispo Auxiliar de Medellín.

CIUDAD DE MÉXICO, 31 Oct. 20 (ACI Prensa).- La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) alentó a los fieles a que en la celebración de los fieles difuntos el 2 de noviembre, conocido en México también como Día de Muertos, “oren de manera particular por quienes han fallecido a causa del COVID-19”.

En un comunicado difundido el 30 de octubre, los obispos mexicanos señalaron que “desde que tuvimos noticias de la extensión de la pandemia en la geografía mundial y su arribo a nuestro país, hemos visto situaciones de sufrimiento e infinidad de muertes a causa del COVID-19”.

De acuerdo al Gobierno de México, hasta el 30 de octubre se confirmaron en el país 918.811 casos de COVID-19 y 106.420 muertes.

La CEM dijo luego que “al aproximarse la fecha en que la liturgia de la Iglesia conmemora la celebración de los fieles difuntos el 2 de noviembre, como cristianos queremos reunirnos en la mesa sagrada, para encontrarnos y estar en la presencia del Señor que anima y sostiene nuestra esperanza, confiando que nuestra oración es escuchada por el Padre del Cielo a través de su Hijo Jesús, deseamos que en todas las diócesis de México en ese día, oren de manera particular por quienes han fallecido a causa del COVID-19”.

Los obispos alentaron a pedir a Dios “el consuelo de la fe para los familiares y amigos cercanos que lloran la muerte de sus seres queridos, a fin de que todos experimentemos  la cercanía misericordiosa de Dios”.

“Confiando en la protección e intersección de la Morenita del Tepeyac, la Virgen de Guadalupe, pedimos por el eterno descanso de nuestros hermanos difuntos, para que el Señor por su eterna misericordia les permita contemplar el brillo de su luz perpetua”, expresaron.

, 31 Oct. 20 (ACI Prensa).- Los Caballeros de Colón publicaron en su sitio web la oración oficial para pedir a Dios la canonización de su fundador, el P. Michael McGivney, beatificado este 31 de octubre.

El P. McGivney fundó en 1882 a los Caballeros de Colón en New Haven, Connecticut. Inicialmente, la organización tenía la intención de ayudar a las viudas y sus familias. Sin embargo, se convirtió en una orden fraterna católica mundial, con más de dos millones de miembros que llevan a cabo obras de caridad y evangelización en todo el mundo. Los Caballeros también ofrecen pólizas de seguro de vida a sus miembros.

La ceremonia de beatificación se realizó en la Catedral de San José en Hartford, en su estado natal de Connecticut, (Estados Unidos).

La Misa fue presidida por el Cardenal Joseph William Cardinal Tobin, Arzobispo de Newark y representante del Papa Francisco para la ceremonia de beatificación.

En la carta apostólica con la que nombró Beato al fundador de los Caballeros de Colón, el Papa Francisco indicó que la memoria litúrgica del P. McGivney se celebrará cada año el 13 de agosto, y destacó que el fervor del sacerdote estadounidense “por la proclamación del Evangelio y generosa preocupación por las necesidades de sus hermanos y hermanas le hacen un testigo sobresaliente de la solidaridad cristiana y la ayuda fraternal”.

A continuación les compartimos el texto completo de la oración para la canonización del Beato Michael McGivney:

Dios nuestro Señor, protector del pobre
y defensor de la viuda y el huérfano,
Tú llamaste a tu sacerdote, el Padre
Michael J. McGivney a ser un apóstol de la
vida familiar Cristiana y a dirigir a los
jóvenes al generoso servicio de su prójimo.
Haz que por medio del ejemplo de su vida
y virtud, podamos seguir a tu Hijo
Jesucristo más estrechamente, cumpliendo
tu mandamiento de amor y haciendo crecer
su Cuerpo que es la Iglesia. Que la
inspiración de tu siervo nos lleve a una
mayor confianza en tu amor para que
podamos continuar su obra de cuidar al
necesitado y olvidado. Humildemente te
pedimos que glorifiques a tu venerable
siervo, el Padre Michael J. McGivney en la
tierra de acuerdo a los designios de tu Santa
Voluntad. Por su intercesión, concédeme el
favor que te suplico (haga aquí su
petición). Por Cristo nuestro Señor. Amén

Los Caballeros de Colón piden que se “informe sobre los favores concedidos a: The Father McGivney Guild. 1 Columbus Plaza. New Haven, CT 06510-3326 USA. www.fathermcgivney.org”.

MADRID, 31 Oct. 20 (ACI Prensa).- Entre las numerosas iniciativas para recuperar el verdadero sentido de la Solemnidad de Todos los Santos y de la Conmemoración de todos los Fieles Difuntos, la Fundación EUK Mamie – HM Televisión ofrece un vídeo con la “Oración por las almas del Purgatorio”.

El objetivo es enseñar a los fieles “que cada una de nuestras palabras, acciones y omisiones tienen resonancias eternas” y que “nadie entra en el Cielo sin antes haberse perfectamente purificado”.

Además se desea difundir la costumbre de rezar por los difuntos y recitar esta oración “que un día podemos necesitar que la recen por nosotros”.

ORACIÓN A LAS BENDITAS ÁNIMAS DEL PURGATORIO:

“Esposas muy queridas del Señor,
que encerradas en la cárcel del purgatorio sufrís indecibles penas,
careciendo de la presencia de Dios hasta que los purifiquéis,
como el oro en el crisol, de las reliquias que os dejaron las culpas.
Con cuanta razón, desde aquellas voraces llamas,
clamáis a vuestros amigos pidiendo misericordia.
Yo me compadezco de vuestro dolor y quisiera tener caudal suficiente
para satisfacer por vosotras a la Justicia Divina.
Pero siendo más pobre que vosotras mismas,
apelo a la piedad de los justos,
a los ruegos de los bienaventurados,
al tesoro inagotable de la Iglesia,
a la intercesión de María Santísima
y al precio infinito de la Sangre de Jesucristo.
Concédeles Señor, a esas pobres almas, el deseado consuelo y descanso,
pero confío también, almas agradecidas,
que tendré en vosotras poderosas medianeras
que me alcancen del Señor gracia con que deteste mis culpas,
adelante en virtud, sojuzgue mis pasiones
y llegue a la eterna bienaventuranza por toda la eternidad.
Amén”.

, 31 Oct. 20 (ACI Prensa).- Al proclamar Beato al P. Michael McGivney, fundador de los Caballeros de Colón, el Papa Francisco anunció también la fecha en la que la Iglesia Católica celebrará su memoria litúrgica.

De acuerdo a la carta apostólica leída durante la ceremonia de beatificación, la memoria litúrgica del P. McGivney se celebrará el 13 de agosto de cada año “en aquellos lugares establecidos por la norma de la ley”.

En ese mismo documento, el Santo Padre destacó el fervor del fundador de los Caballeros de Colón "por la proclamación del Evangelio y generosa preocupación por las necesidades de sus hermanos y hermanas”, que “le hacen un testigo sobresaliente de la solidaridad cristiana y la ayuda fraternal”.

La ceremonia se realizó en la Catedral de San José en Hartford, Connecticut, (Estados Unidos), y fue presidida por el Cardenal Joseph William Cardinal Tobin, Arzobispo de Newark y representante del Papa Francisco para la ceremonia.

El milagro que permitió su beatificación fue la completa sanación de un niño con Síndrome de Down que padecía una enfermedad terminal. El Papa Francisco aprobó el milagro el 27 de mayo de este año.

El P. McGivney es el cuarto hombre nacido en los Estados Unidos en ser beatificado, junto a los beatos Stanley Rother, James Miller y Solanus Casey.

El P. McGivney fundó en 1882 a los Caballeros de Colón en New Haven, Connecticut. Inicialmente, la organización tenía la intención de ayudar a las viudas y sus familias. Sin embargo, se convirtió en una orden fraterna católica mundial, con más de dos millones de miembros que llevan a cabo obras de caridad y evangelización en todo el mundo. Los Caballeros también ofrecen pólizas de seguro de vida a sus miembros.

En 2018, los 16 mil consejos de los Caballeros de todo el mundo donaron más de 185 millones de dólares a organizaciones benéficas y dieron más de 76 millones de horas de servicio práctico en 2018, por un valor de más de 1.9 mil millones de dólares según una valoración del trabajo voluntario de Independent Sector. Su trabajo voluntario incluyó apoyo para las Olimpiadas Especiales, campañas de abrigo y campañas de alimentos para familias necesitadas.

Entre 2017 y 2018, los Caballeros recaudaron y entregaron 2 millones de dólares para la ciudad iraquí de Karamles. Asimismo, han ayudado a los sobrevivientes cristianos del genocidio cometido por el Estados Islámico (ISIS) en la ciudad a reasentarse en sus hogares y construir su futuro.

A principios de este año, en una audiencia concedida al caballero supremo Carl Anderson, el Papa Francisco elogió el “testimonio fiel particular de la santidad y dignidad de la vida humana, evidente tanto a nivel local como nacional”.

CONNECTICUT, 31 Oct. 20 (ACI Prensa).- En una Misa celebrada este 31 de octubre en la Catedral de San José en Hartford, en su estado natal de Connecticut, (Estados Unidos), el P. Michael McGivney, fundador de la Orden de los Caballeros de Colón, fue proclamado beato.

La Eucaristía fue presidida por el Cardenal Joseph William Cardinal Tobin, Arzobispo de Newark y representante del Papa Francisco para la ceremonia de beatificación.

La memoria litúrgica del P. McGivney se celebrará cada año el 13 de agosto.

En la carta apostólica con la que lo proclamó Beato, el Papa Francisco destacó que el fervor del fundador de los Caballeros de Colón "por la proclamación del Evangelio y generosa preocupación por las necesidades de sus hermanos y hermanas le hacen un testigo sobresaliente de la solidaridad cristiana y la ayuda fraternal".

El milagro que permitió su beatificación fue la completa sanación de un niño con Síndrome de Down que padecía una enfermedad terminal. El Papa Francisco aprobó el milagro el 27 de mayo de este año.

El P. McGivney es el cuarto hombre nacido en los Estados Unidos en ser beatificado, junto a los beatos Stanley Rother, James Miller y Solanus Casey.

El P. McGivney fundó en 1882 a los Caballeros de Colón en New Haven, Connecticut. Inicialmente, la organización tenía la intención de ayudar a las viudas y sus familias. Sin embargo, se convirtió en una orden fraterna católica mundial, con más de dos millones de miembros que llevan a cabo obras de caridad y evangelización en todo el mundo. Los Caballeros también ofrecen pólizas de seguro de vida a sus miembros.

En 2018, los 16 mil consejos de los Caballeros de todo el mundo donaron más de 185 millones de dólares a organizaciones benéficas y dieron más de 76 millones de horas de servicio práctico en 2018, por un valor de más de 1.9 mil millones de dólares según una valoración del trabajo voluntario de Independent Sector. Su trabajo voluntario incluyó apoyo para las Olimpiadas Especiales, campañas de abrigo y campañas de alimentos para familias necesitadas.

Entre 2017 y 2018, los Caballeros recaudaron y entregaron 2 millones de dólares para la ciudad iraquí de Karamles. Asimismo, han ayudado a los sobrevivientes cristianos del genocidio cometido por el Estados Islámico (ISIS) en la ciudad a reasentarse en sus hogares y construir su futuro.

A principios de este año, en una audiencia concedida al caballero supremo Carl Anderson, el Papa Francisco elogió el “testimonio fiel particular de la santidad y dignidad de la vida humana, evidente tanto a nivel local como nacional”.

 

Aunque no tengo mucha esperanza, sí que tengo un 0,0001% de esperanza de que algo consiga con lo que voy a decir. Al enterarme de que Chile entraba en una fase de redacción de una nueva constitución, se me ocurrió: ¿por qué no toman en cuenta, parcial o íntegramente, lo que propongo en mi libro La decadencia de las columnas jónicas?

En fin, si me está leyendo alguien que conoce a alguien que, a su vez, conoce a otro que puede influir en esto, que sepa que tengo una constitución recién sacada del horno: crujiente, olorosa, todavía calentita. Está nueva del todo, sin estrenar. Y está lista, para entregar la llave y entrar a vivir. Aquí está el link para descargar el libro:

https://drive.google.com/open?id=1Et2o_YOCz-M9H-Ww-CwTabOhJ29AdVOS

Si alguien me pregunta: “¿Le haría ilusión que una nación tuviera su constitución?”. La respuesta es sí. Algo de ilusión me haría. Padre Fortea, padre de la constitución chilena. Redundante, pero no suena mal.

VATICANO, 31 Oct. 20 (ACI Prensa).- El Arzobispo de Milán, Mons. Mario Delpini, ha dado positivo por coronavirus después de someterse en la tarde del viernes 30 de octubre a la prueba para detectar la infección de Covid 19.

Según informó la Archidiócesis de Milán por medio de un comunicado de prensa, el Arzobispo no presenta síntomas, aunque ha iniciado un período de cuarentena, como indican los protocolos.

Asimismo, se han iniciado los procedimientos para localizar y monitorear a todas las personas que han estado en contacto con el Arzobispo en los últimos días.

El Arzobispo no podrá presidir las ceremonias litúrgicas de la solemnidad de Todos los Santos y de la fiesta de los Difuntos y será sustituido por sus vicarios.  Además, se ha suspendido toda la agenda del Arzobispo.

El positivo de Mons. Delpini coincide con la hospitalización del Cardenal Gualtiero Bassetti, Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, después de dar positivo por coronavirus.

VATICANO, 31 Oct. 20 (ACI Prensa).- El Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, Cardenal Gualtiero Bassetti, ingresó en la mañana de este sábado 31 de octubre en el Hospital de Santa María de la Misericordia de Perugia para seguir su evolución médica después de dar positivo por Covid 19 en los días pasados.

Según declaró en un comunicado de prensa el Secretario General de la Conferencia Episcopal Italiana, Mons. Stefano Russo, la Iglesia en Italia continúa “cercana a la Cardenal Presidente. Lo acompañamos con la oración y el afecto del Pueblo de Dios convencidos de que el Señor no le hará faltar su consuelo y su apoyo en esta prueba”.

En un mensaje difundido el sábado 30 de octubre, el Cardenal Basseti afirmó vivir “este momento con fe y esperanza, confiándome a la misericordia del Padre. Agradezco a todos los que están cerca con mensajes de solidaridad y con la oración”.

“Ofrezco esta prueba por todos los enfermos, por los que sufren, por las personas que han vivido un luto, los médicos, los trabajadores sanitarios que auxilian con dedicación y cuidado, a los representantes de las instituciones comprometidas en poner un muro a este virus”, afirmó en Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana en su mensaje.

El Cardenal ofreció también “un pensamiento particular a los hermanos Obispos, a los sacerdotes, a los religiosos y religiosas, a los laicos que no han dejado nunca de testimoniar el bello y creativo rostro de nuestra Iglesia”.

Aseguró que “es un momento de dolor para muchos. Juntos estamos atrapados en una lucha que parece aplastar nuestras seguridades. En estos meses he tenido la oportunidad de compartir el cansancio de un tiempo inédito que está afectando a toda la humanidad. Y, a pesar de ello, continúa a operar la belleza del Misterio que se hace don”.

“Incluso cuando todo parece haberse acabado, hay un destello de luz que continúa indicando el camino. Hay una voz que interpela y se propone como camino para evitar la soledad y la desesperación. Estamos viviendo un camino desconocido para algunas generaciones: es el momento de sentirse hermanos reconocidos en el Dios de la vida”, concluyó su mensaje el Cardenal Basseti.  

VATICANO, 31 Oct. 20 (ACI Prensa).- La Diócesis de Niza ha decidido no dejarse vencer por el terror islamista y mantendrá las celebraciones litúrgicas previstas para la solemnidad de Todos los Santos.

El Obispo de Niza, Mons. André Marceau, hizo un llamado a la unidad frente a la barbarie del terrorismo islamista que ha causado la muerte a tres personas y varios heridos después de que un terrorista acuchillara a varias personas el pasado 29 de octubre en la Basílica de Notre Dame de Niza, Francia.

En mensaje de video de cuatro minutos publicado en la página de Facebook de la Diócesis, el Obispo subraya que “no nos debemos dividir”, y llamó a la comunidad católica a no desfallecer y a mantenerse firmes en su fe.

Para ello, el Obispo anunció que no se anularán las Misas previstas el 1 de noviembre por la solemnidad de Todos los Santos ni tampoco se cerrarán las iglesias.

Mons. Mons. André Marceau reclamó también a la comunidad islámica de Nizza, durante una entrevista a France Bleu Azur, que sean “abiertos, claro. Que vuestros discursos condenen tales actos y que las expresiones de vuestra fe no sean una predicación a la revolución o a ideas condenables. En ocasiones se puede crear confusión si los discursos no son claros”, advirtió.

En esa misma entrevista, el Obispos había rechazado la posibilidad de cerrar las iglesias de la Diócesis como medida preventiva, porque “la iglesia debe seguir siendo un lugar de acogida”.

Además, pidió a los fieles que no se dejen llevar por sentimientos de venganza, por “discursos que puedan ser todavía más fuente de violencia. Si a la violencia se responde con violencia, entonces habremos fracasado”.

En el sitio de internet de la Diócesis de Niza, se convoca a los fieles locales a participar en la Misa de la solemnidad de Todos los Santos el domingo 1 de noviembre en la Basílica de Notre Dame de Niza, que estará precedida por un rito penitencial de reparación durante el cual se recordará a las víctimas del atentado.

Debido a las medidas destinadas a evitar la propagación del coronavirus, el aforo en la Basílica será muy limitado, por lo que se invita también a participar en otros templos de la Diócesis o desde los medios de comunicación.

Traducido y adaptado por Miguel Pérez. Publicado originalmente en ACI Stampa

HOMILÍA
XXXI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS
Ciclo A
Apoc 7, 2-4. 9-14; 1 Jn 3, 1-3; Mt 5, 1-12.

“Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos” (Mt 5, 12).

In láak’e’ex ka t’aane’ex ich maaya kin tsikike’ex yéetel ki’imak óolal. Bejla’e’ k’íinbensik u k’íimak olal tuláakal kili’cho’ob. U xóokil jach taj ya’abo’ te Iglesia’, yéetel tuláakal le kili’icho’ob betabo’ob te’ ichil u ja’abilo’ob 20 siglos dso’ok ku máana’. Chen bale yáan ya’abach kili’icho’ob ma’ béetab tumen Iglesia, leti’o’be tuláakal le kíimeno’ob dso’ok u jóok’olob te’ purgatorio, yéetel kin tùuklik yáan jun túul a láak’ob ichilo’obi’.

Muy queridos hermanos y hermanas, les saludo con el afecto de siempre y les deseo todo bien en el Señor, en este domingo trigésimo primero del Tiempo Ordinario, y por ser día primero de noviembre, tenemos hoy la solemnidad de Todos los Santos.

El libro del Apocalipsis del apóstol san Juan, es el último libro de la Biblia, y en él se describen todas las cosas que le fueron reveladas de parte del Señor, mientras se encontraba desterrado en la isla de Patmos. Con sus revelaciones, el apóstol quiso animar a las comunidades cristianas que eran perseguidas, para que supieran que su sufrimiento tendría un fin, y que los malvados que los perseguían a muerte padecerían el castigo de Dios, mientras que ellos pasarían a gozar eternamente en el cielo.

En este pasaje se describe que, en el castigo final, se detiene a los ángeles que traían ese castigo, para que antes se alcanzara a poner en la frente de los que se iban a salvar una marca. Juan dice que pudo contar a los marcados y “eran ciento cuarenta y cuatro mil, procedentes de todas las tribus de Israel” (Apoc 7, 4). Ya sabemos que muchas cosas no las podemos interpretar al pie de la letra, y que en Israel los números tenían un símbolo. Este número en concreto se obtiene multiplicando doce por doce, que nos da ciento cuarenta y cuatro, porque las tribus de Israel eran doce; y mil significa en la Escritura una gran cantidad, y no un número exacto. Así que se trata de todos los redimidos del Antiguo Testamento, que son una enorme cantidad. Es la salvación del pueblo de Israel.

Posteriormente dice que vio “una muchedumbre tan grande, que nadie podía contarla. Eran individuos de todas las naciones y razas, de todos los pueblos y lenguas” (Apoc 7, 9). Ahora se trata de todos los redimidos del Nuevo Testamento. Estar de pie delante del Cordero y portar vestiduras blancas significa su santidad. Cuando dice que llevaban palmas en las manos se refiere en particular a los mártires de la Iglesia. Y por si hubiera alguna duda, de quiénes eran todos los hombres y mujeres de aquella multitud, a Juan le explican que “Son los que han pasado por la gran persecución y han lavado y blanqueado su túnica con la sangre del Cordero” (Apoc 7, 14).

La Iglesia siempre ha sido perseguida, hasta la actualidad, y muchos siguen muriendo mártires hasta el día de hoy. Pero como dice san Ambrosio, todos somos perseguidos, pues si no tenemos perseguidores externos que atenten contra nuestro cuerpo, todos tenemos perseguidores internos que atentan contra nuestra alma, y esto lo vivimos en cada tentación. Hay dos formas fundamentales en las que un cristiano sufre martirio: Cuando se atenta contra su cuerpo, o cuando el enemigo trata de seducirnos y atraernos al pecado.

Con el Salmo 23 (que en algunas biblias aparece como 24), hemos cantado: “Esta es la clase de hombres que te buscan, Señor”, pues hoy celebramos a toda esa clase de hombres y mujeres que vivieron en este mundo buscando al Señor. El salmo también nos da una pista de cómo son estos hombres, por si alguien no lo supiera, respondiendo a dos preguntas que son: “¿Quién subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién podrá entrar en su recinto santo?” Viniendo enseguida la respuesta: “El de corazón limpio y manos puras y que no jura en falso”.

La segunda lectura que está tomada de la Primera Carta del apóstol san Juan, nos hace vernos a nosotros mismos como privilegiados por ser hijos de Dios, y por la revelación que aún está pendiente. Esto significa pues que, la revelación está pendiente, porque aquí en el mundo no se nos puede dar, ya que esto supone haber dejado este mundo y estar frente a Dios, lo cual ahora es algo indescriptible. Dice el apóstol: “Aún no se ha manifestado cómo seremos al fin. Y ya sabemos que, cuando él se manifieste, vamos a ser semejantes a él, porque lo veremos tal cual es” (1 Jn 3, 2). Nuestros hermanos, los santos, a los que hoy estamos celebrando, ya están contemplando a Dios tal cual es.

El santo evangelio de hoy, según san Mateo, nos presenta el pasaje de las Bienaventuranzas. Es la Buena Noticia que Cristo nos vino a traer. Moisés en su momento subió a la montaña santa él sólo, en medio de signos que aterraban al pueblo, para bajar luego con las tablas de la ley, tablas que eran de piedra, lo cual significa el peso de los mandamientos.

Jesús en cambio, sube al monte acompañado de una muchedumbre y nadie tiene miedo, sino que todos gozan escuchando la buena nueva de Jesús. Las Bienaventuranzas son la ley de Jesús, que nos presentan la promesa de la dicha que se anuncia para todos los que hoy viven en fidelidad al Señor.

No se trata de un discurso de amenazas sino de reconocimiento y de esperanza para todos aquellos que están haciendo las cosas bien, y tienen motivo para alegarse por el premio que les aguarda: Los pobres de espíritu, los que lloran, los sufridos, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los limpios de corazón, los que trabajan por la paz, los perseguidos por causa de la justicia y todos los que por causa de Cristo sufren injurias, persecución o difamación.

Para todos, el mensaje es el mismo: “Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos” (Mt 5, 12). Esa alegría viene de estar en paz con la propia conciencia, y cuando se es creyente, viene de experimentar el amor de Dios, viene de la fe y de la esperanza.

La vida de cada santo es la de una alegría que no ofrece el mundo con sus riquezas y placeres, sino que viene del encuentro con Dios. El ejemplo más preclaro de esta alegría de los santos en la tierra es la Mujer más santa de la historia, que es la santísima Virgen María, quien dijo y nos enseñó a decir: “Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador” (Lc 1, 47b).

La Iglesia se divide en tres grupos: La “Iglesia Militante”, la “Iglesia Purgante” y la “Iglesia Triunfante”. La Iglesia Militante somos todos los bautizados que vivimos en este mundo caminando en la fe y la esperanza, entre luces y sombras yendo al encuentro del Señor. Somos los santos de la tierra, pues, aunque todos seamos pecadores, Cristo es nuestra cabeza, vive en nosotros el Espíritu Santo, y todos estamos llamados a la santidad. Es así que cada uno va logrando un cierto grado de santidad, juzgado sólo por Dios. Además, nos nutrimos con la Palabra de Dios, con los sacramentos y la oración, que son instrumentos de santificación.

La Iglesia Purgante son todos los hermanos que se están purificando en el Purgatorio, los que no vivieron para ser condenados, pero que tampoco tienen méritos para pasar directamente al cielo. Por ellos tenemos que pedir diariamente, y en todas las misas oramos por las benditas almas del Purgatorio. El día dos de noviembre está dedicado a ellos. Recordemos que la indulgencia plenaria la podemos aplicar para sacar un alma del Purgatorio.

La Iglesia Triunfante la conforman todos los santos del cielo, esos son los que hoy celebramos, todos los que la Iglesia ha canonizado durante estos veinte siglos, mas todos los que han salido del Purgatorio en ese mismo tiempo: Verdaderamente una muchedumbre que nadie puede contar.

Ojalá que el día de ayer nadie haya celebrado el Halloween, porque esa celebración nos aleja de nuestra cultura, pero sobre todo nos aleja de nuestra fe.

Que tengan todos una feliz semana. ¡Sea alabado Jesucristo!

+ Gustavo Rodríguez Vega
Arzobispo de Yucatán

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REDACCIÓN CENTRAL, 31 Oct. 20 (ACI Prensa).- El 31 de octubre la Iglesia Católica recuerda a San Quintín mártir, nacido en la Antigua Roma, aunque el año y el lugar exactos se desconocen. Quintinus o Quintín fue el hijo de un senador romano que se convirtió al cristianismo. La tradición señala que fue bautizado por el Papa San Marcelino y que acompañó a San Luciano de Beauvais en su predicación por la Galia (región que comprendía la actual Francia y parte de Bélgica).

La tradición añade que Quintín realizó curaciones milagrosas y era capaz de expulsar demonios. Por su testimonio suscitó la conversión de muchos paganos y despertó las sospechas de las autoridades civiles. Fue denunciado y llevado ante el gobernador Riciovaro, acusado de ser cristiano. El gobernador preguntó por qué anunciaba la fe en un crucificado, algo considerado deshonroso. Quintín respondió que consideraba lo que hacía como un honor, incluso más grande que ser hijo de un senador.

Riciovaro consideró sus palabras como una afrenta y lo mandó a encadenar y azotar. Quintín fue entonces enviado a un calabozo, aunque por la noche logró escapar. Libre de nuevo, volvió a la predicación. Al ser descubierto, fue apresado nuevamente y llevado a Augusta Veromanduorum (actualmente Saint-Quentin, ciudad francesa). Allí permaneció en un calabozo hasta ser ejecutado. Fue decapitado y sus restos arrojados al río Somme (año 287), aunque pudieron ser rescatados por un grupo de cristianos. Hoy son conservados en la basílica de la ciudad que lleva su nombre.

Curiosamente, el nombre de este Santo permanece en la cultura popular. A mediados del siglo XVI, las coronas francesa y española se enfrentaron precisamente en San Quintín, localidad francesa situada en la región de Picardía. La victoria la obtuvieron los españoles, pero fue tal la violencia y crudeza de la batalla de San Quintín que daría lugar a la frase: “se armó la de San Quintín”.

San José, 30 Oct. 20 (ACI Prensa).- El presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, Mons. José Manuel Garita Herrera, rechazó y desmintió las recientes declaraciones de la diputada María Vita Monge, quien afirmó que el Prelado estaba a favor de la aprobación de su proyecto de ley sobre Estado laico.

El Proyecto de Ley 21.380 presentado por Vita Monge busca reformar los artículos 75 y 194 de la Constitución Política de Costa Rica, que proclaman la religión del Estado. Sin embargo, diversas denominaciones y líderes religiosos han advertido que la iniciativa podría poner en peligro la libertad religiosa.

“Como presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, rechazo y desmiento las declaraciones y afirmaciones de la diputada del Partido Unidad Social Cristiana, María Vita Monge, dadas en el plenario legislativo este jueves 29 de octubre de 2020”, señaló Mons. Garita en un comunicado publicado el viernes 30 de octubre.

El Prelado, que también dirige la Diócesis de Ciudad Quesada, indicó que la legisladora utilizó sus declaraciones dadas a medios el miércoles 28 de octubre, antes de ingresar al diálogo multisectorial convocado por el Gobierno en el Estadio Nacional.

“Estas declaraciones las difunde el medio ameliarueda.com. La diputada miente y, al mismo tiempo, tergiversa mis declaraciones, utilizando la difusión de estas declaraciones en el medio indicado”, dijo.

Mons. Garita aclaró: “En ningún momento afirmé que estábamos a favor del proyecto de Ley 21.380 como lo dice la diputada. Sobre el proyecto dije claramente ‘tenemos que estudiarlo’. Nunca afirmé mi aprobación al proyecto que promueve la diputada Monge, como ella lo dice en el plenario”.

“Afirmé efectivamente que ‘la Iglesia está de acuerdo en un Estado Laico’ e hice énfasis en la diferencia con respecto a un Estado ‘laicista’, con el cual hay una diferencia conceptual y práctica fundamental, desde la perspectiva y doctrina de la Iglesia Católica”, resaltó.

En la entrevista grabada en video por el medio ameliarueda.com, Mons. Garita señala que “el problema es que hay una diferencia conceptual en lo que comúnmente se entiende por Estado Laico en algunos sectores políticos”.

“Extendí aún más declaraciones en esta línea, pero el medio de comunicación solo transmite parte de la declaración brindada”, lamentó el Obispo.

El presidente del Episcopado costarricense recuerda que “la Iglesia concibe un Estado que sea Laico, en un contexto en el que la Iglesia y el Estado estén separados claramente por sus funciones y fines, pero en mutua colaboración en la búsqueda del bien común”. “Por supuesto un Estado que sea respetuoso de la libertad religiosa, de la libertad de culto y del estatus jurídico de cada Iglesia o religión”, resaltó.

En otro punto de su comunicado, el Obispo también rechazó “las dudas que manifiesta la diputada Monge sobre la aclaración que realizó este miércoles 28 de octubre la Nunciatura Apostólica de Costa Rica, cuando desmintió a la legisladora, quien había afirmado que el Papa Francisco solicitó el inicio de la discusión del proyecto de Estado Laico”.

“Doy fe de que la declaración que realizó la Nunciatura al desmentir a la diputada Monge es cierta y auténtica”, aclaró el Obispo de Ciudad Quesada.

Como señaló Mons. Garita, la Nunciatura Apostólica en Costa Rica emitió un comunicado el 28 de octubre señalando, en letras mayúsculas, que el “Vaticano no pide al Congreso iniciar debate de Estado laico para conceder audiencia con Papa Francisco”.

Según el diario oficial de los obispos costarricenes, “no es la primera vez que la diputada María Vita Monge desinforma para promover su proyecto de Estado Laico”, ya que “en ocasiones anteriores ha llegado a decir que la Iglesia recibió en 2018 unos 3500 millones de colones del Estado” (579 mil dólares).

“En su momento, Eco Católico dejó en evidencia a la diputada cuando le solicitó detalles de la información”, señaló el medio.

También se recordó que los obispos costarricenses ya informaron que, desde el 2015 en adelante, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto dejó de girar dinero a la Iglesia Católica.

, 30 Oct. 20 (ACI Prensa).- Una niña internada en un hospital de Brasil a la espera de un trasplante de corazón, cumplió el sueño de recibir su Primera Comunión en la capilla del nosocomio.

Gabriela Romanoski de Andrade de 10 años, que vivía con su familia en Ponta Grossa, municipio ubicado en la capital del estado de Paraná, al sur de Brasil, fue ingresada en el hospital desde el 5 de octubre a causa de una miocardiopatía, enfermedad que provoca alteraciones en el músculo cardíaco e impide que el corazón funcione correctamente, parcial o totalmente.

Actualmente, la pequeña Gabriela permanece hospitalizada en el Hospital Pequeño Príncipe, ubicado en la ciudad de Curitiba, Paraná, pues está a la espera de un trasplante de corazón que aún no tiene fecha programada para realizarse.

La Misa en la que la pequeña Gabriela recibió la Primera Comunión se celebró el 25 de octubre, presidida por el Arzobispo de Curitiba, Mons. José Antonio Peruzzo. La niña también recibió el sacramento de la Confirmación, teniendo como padrino al Prelado.

Gabriela Romanoski en el Hospital Pequeño Príncipe. Crédito: Camila Hampf Mendes.

Toda la ceremonia fue una sorpresa preparada por el personal de salud del hospital. En las fotos del evento se observa que el ambiente hospitalario fue decorado con elementos apropiados para la celebración, que además contó con música en vivo.

Misa en el Hospital Pequeño Príncipe. Crédito: Camila Hampf Mendes.

Para la doctora Camila Camargo, este ejemplo demuestra que las áreas hospitalarias no necesariamente son sinónimo de experiencias negativas.

“Cuando la gente piensa en la UCI [Unidad de Cuidados Intensivos], piensa en el peor momento de la vida, que es la muerte. Creo que la UCI no es solo eso”, dijo la médico a medios de comunicación locales.

Camargo señaló que propiciar momentos especiales para los pacientes es parte de la vocación del personal de salud y tienen un impacto positivo en el tratamiento de la enfermedad.

“Podemos brindar, de la mejor manera posible, dentro de lo que podemos ofrecer, la mejor situación para el niño y para los padres. Hacer esto no es más que nuestra propia obligación, que es dar no solo salud, sino también amor”, concluyó.

Traducido y adaptado por Cynthia Pérez. Publicado originalmente en ACI Digital.

, 30 Oct. 20 (ACI Prensa).- La Delegación Episcopal para las Causas de los Santos de Argentina alienta a vivir la celebración de Todos los Santos, el 1° de noviembre, como un tiempo para renovar la vocación cristiana. 

Ese día se celebra también la 24º Jornada de Oración por la santificación del pueblo argentino y la glorificación de sus Siervos de Dios, fecha que invita a “renovar nuestra común vocación” y “a reanimarnos y desear responder a la vocación a la santidad”.

Esa actitud, alienta la delegación episcopal, debe ser “con la mirada puesta en estos hombres y mujeres de nuestra patria, testigos de la fe, que están en camino de ser reconocidos como santos y santas de la Iglesia”.

“Ellos son los faros que iluminan o deben iluminar nuestro propio proceso”, agrega.

“La santidad supone vivir en la sencillez de lo cotidiano de la fe, la esperanza y la caridad. Ahí está todo. En definitiva, los santos serán los que ‘han manifestado su fe con obras, su amor con fatigas y su esperanza en nuestro Señor Jesucristo con una firme constancia’ (1Tes. 1,3)”, citó.

Asimismo la delegación recuerda que la Constitución Lumen Gentium del Concilio Vaticano II explica que “todos los fieles cristianos, en las condiciones, ocupaciones o circunstancias de su vida, y a través de todo eso, se santificarán más cada día si lo aceptan todo con fe de la mano del Padre celestial y colaboran con la voluntad divina, haciendo manifiesta a todos, incluso en su dedicación a las tareas temporales, la caridad con que Dios amó al mundo”.

En el subsidio de preparación para la jornada, se realiza un repaso por el magisterio de los tres últimos Pontífices de la Iglesia y se comparten oraciones para orar en comunidad.

Más información en www.causadelossantosenargentina.org

, 30 Oct. 20 (ACI Prensa).- El Caballero Supremo de los Caballeros de Colón, Carl Anderson, reflexionó sobre cómo el ejemplo del P. Michael McGivney, sacerdote que fundó esta organización en 1882 y que será beatificado este sábado 31 de octubre en Estados Unidos, puede ayudar a superar la soledad que muchos experimentan actualmente.

En un artículo publicado hoy en USA Today, Anderson explicó que los católicos “y la gente de fe puede encontrar inspiración en las acciones del P. McGivney en sus casi 38 años de vida en la tierra, ya que vivió en un tiempo de pérdidas terribles, prueba y en el que muchas familias perdían sus fuentes de ingreso y se sumían en la pobreza”.

“Las comunidades también se enfrentaban a la adicción, especialmente al alcoholismo. Los jóvenes buscan un sentido. La sociedad caía presa de la intolerancia y el odio racial y religioso”, agregó.

Ante esta realidad, el sacerdote buscó unir a las personas y puso a la fraternidad como una de sus claves.

“Él se dio cuenta de que cuando las personas se unen vuelven su atención fuera de sí mismas y se centran en el servicio a otros. Se fortalecen uno al otro y, al hacerlo, fortalecen la sociedad”, dijo Anderson.

Esta perspectiva permitió que el P. McGivney llevara a muchas personas hacia su parroquia y lo llevó a fundar a los Caballeros de Colón, para “darles a los hombres católicos un propósito más alto: proteger sus familias, preservar la fe y buscar buenos trabajos en sus comunidades. Hoy son más de dos millones los caballeros que cumplen esta misión en Estados Unidos y el resto del mundo”.

Ante la situación actual con la pandemia del coronavirus y una encuesta que muestra que más del 60% de estadounidenses se sienten solos, Carl Anderson recuerda la propuesta del P. McGivney de la fraternidad, “en su sentido más amplio y profundo”, como lo ha destacado recientemente el Papa Francisco en su encíclica Fratelli tutti.

Anderson resaltó que en esta perspectiva, la “gente se puede reunir alrededor de una causa común de muchas maneras. Los vecinos lo pueden hacer para afrontar los temas en su comunidad, los amigos pueden unir fuerzas para ayudar a corregir un problema social, la gente puede poner aparte las diferencias políticas y personales para cuidar de los pobres, los viudos, los huérfanos, los sufrientes, los marginados, los oprimidos. No faltan oportunidades”.

El Caballero Supremo de los Caballeros de Colón destacó que el futuro beato “nos muestra un camino hacia adelante. Este fin de semana, la Iglesia Católica reafirmará con fuerza que su vida es digna de alabanza y su ejemplo vale la pena ser emulado. Millones de católicos ya lo miran pidiendo guía e inspiración”.

“Imaginen si más millones, de todas las formas de vida, hicieran suya la misión del Padre McGivney. Mientras más sean, más probable será que Estados Unidos supere los desafíos que afrontamos”, concluyó.

, 30 Oct. 20 (ACI Prensa).- El 17 de noviembre comenzará el Diplomado en Derecho Penal Canónico impartido por la Facultad de Derecho Canónico de la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA).

La propuesta es una instancia de actualización y perfeccionamiento del estudio y la práctica que requiere el proceso penal canónico destinado a canonistas, abogados y operadores de tribunales eclesiásticos.

La diplomatura dura un año. Se realizará en modo virtual y presencial a través de exposiciones de expertos y talleres de casos prácticos.

Entre los docentes que imparten el diplomado en Derecho Penal Canónico se encuentran Mons. Jordi Bertomeu y Mons. José Luis Mollaghan, de la Congregación para la Doctrina de la Fe; además de expertos pertenecientes a la Pontificia Universidad Católica Argentina, Pontificia Universidad Gregoriana, Pontificia Universidad Mexicana y el Instituto Juan Pablo II de Madrid, entre otras.

Algunos temas que abordará la diplomatura son las pericias en los procesos penales, la psicología del testimonio, los delitos relacionados con el sacramento de la confesión y el fuero interno, valoración de la prueba, entre otros.

El acto inaugural se realizará de forma virtual, y será presidido por la ministra de Justicia de la Nación, Marcela Losardo; junto a autoridades de la casa de estudio.

Más información AQUÍ o al correo electrónico canonico@uca.edu.ar

, 30 Oct. 20 (ACI Prensa).- El Tribunal Superior de Sindh, Karachi (Pakistán), legitimó la conversión al islam y el matrimonio forzado de Arzoo Fatima Raja, niña católica de 13 años secuestrada recientemente por un musulmán, y ordenó que no se efectúen arrestos.

El 13 de octubre, Ali Azhar, un musulmán de 44 años secuestró a la niña católica Arzoo cuando esta se dirigía a la tienda, dijo el 21 de octubre a la agencia vaticana Fides Nasir Raza, activista de derechos humanos que ayuda a la familia católica de Arzoo.

Según informó Fides el 29 de octubre, el secuestrador vivía en una casa aledaña a la vivienda de la familia Raja. Ese mismo día la niña fue convertida al islam y obligada a contraer matrimonio con Azhar. Actualmente, lleva dos semanas viviendo con su raptor.

Según señala Asia News, tras ser denunciados por la familia de la niña, los secuestradores se dirigieron al Tribunal Superior local. Posteriormente, el Tribunal los respaldó y concluyó que Arzoo aceptó libremente el islam y se casó voluntariamente con su secuestrador.

El 27 de octubre, se emitió la orden judicial que afirma que la niña era inicialmente católica, pero que “con el tiempo, habría entendido que el islam es una religión universal y pedido a sus padres y otros miembros de la familia que abrazaran el islam, pero estos se negaron categóricamente”, señaló Fides.

También, en el documento judicial “se aconseja a la policía que no realice ningún arresto en relación con la denuncia registrada en virtud del artículo 364-A del Código Penal de Pakistán [sobre el secuestro de una persona menor de 14 años]. De hecho, la policía debe brindar protección a la niña recién casada”, agregó.

Durante la audiencia, la madre de Arzoo, Rita Masih, se desbordó en lágrimas por la resolución del Tribunal, suplicó ver a su hija y luego sufrió un desmayo.

“Déjenme ver a mi hija, está ahí dentro, pero ellos [los secuestradores, la policía y el Tribunal] no me dejan ver a mi pequeña hija inocente. Arzoo, cariño, ven con tu mamá y dame un fuerte abrazo, mi querida hija. Tu hermana se enfermó por lo que te pasó; tu hermano ya no come; creen que vas a volver a casa”, dijo Rita.

“Mi hija sólo tiene 13 años, es inocente. Ellos [los secuestradores] siguen mintiendo y no me dejan ver a mi niña. ¡Quiero a mi hija de vuelta! ¡Por favor, por favor, ayúdenme!”, exclamó y luego se desmayó.

Pese a la súplica, la Corte, la policía y los secuestradores no le permitieron reunirse con su hija. En un video proporcionado por Asia News, se observa que en otra habitación, Arzoo llora y extiende sus brazos en dirección a su madre en un intento de abrazarla, pero la policía la mantiene alejada.

Frente al caso, la Comisión Nacional de Justicia y Paz (NCPJ) señaló en una declaración que “la familia de Arzoo ha mostrado su certificado de nacimiento, que prueba que tiene 13 años y que su matrimonio con Azhar viola la Ley de Sindh sobre Restricción del Matrimonio de Niños (Sindh Child Marriage Restraint Act)”.

Además, en el documento, el Obispo de Islamabad-Rawalpindi, presidente de la Conferencia Episcopal de Pakistán y presidente de NCPJ, Mons. Joseph Arshad, y el director de NCPJ, el P. Emmanuel Yousaf, pidieron al Gobierno que “intervenga en este caso, que ha ofendido a toda la comunidad cristiana de Pakistán”.

Por su parte, el Arzobispo de Karachi, Cardenal Joseph Coutts, pidió justicia por el caso de Arzoo y exigió medidas severas para evitar que estos ataques sigan ocurriendo. “Pedimos a las autoridades del gobierno de Sindh, a los agentes de policía y al poder judicial que se haga justicia con un juicio justo”.

“Esperamos que se adopten medidas severas para detener la creciente ola de secuestros y conversiones forzadas y matrimonios forzados de niñas que pertenecen a minorías religiosas en Pakistán. Por el momento, los ciudadanos de las minorías no se consideran seguros y con igualdad de derechos”, agregó.

En los últimos días, manifestantes en todo el país se congregaron y alzaron la voz para denunciar la violencia contra las minorías, los matrimonios forzados y para protestar por la injusticia cometida contra Arzoo Raja.

El 28 de octubre, el Vicario General de la Arquidiócesis de Karachi y responsable de la Comisión Diocesana de Justicia y Paz, el P. Saleh Diego, lideró una protesta en la entrada de la Catedral de San Patricio, en la que participaron más de 300 personas entre cristianos, hindúes y musulmanes, señaló Fides.

“Pedimos justicia para la menor Arzoo Raja, que solo tiene 13 años. La orden judicial que de hecho legitima el secuestro ha entristecido enormemente a la comunidad cristiana de Pakistán; según la orden, la niña tendrá que vivir con su secuestrador y la policía les garantizará protección”, dijo el P. Diego.

“La niña secuestrada ya lleva dos semanas con su secuestrador y el tribunal ha fallado a favor del secuestrador, es terrible. Haremos todo lo posible para hacerle justicia”, agregó.

Muchos activistas de derechos humanos también condenaron la decisión del Tribunal Superior por el caso de Arzoo y exigieron a las autoridades tomar acciones pronto para detener estos abusos.

“El juez ni siquiera pidió su certificado de nacimiento [de Arzoo] para demostrar su [minoría] de edad y no le permitieron reunirse con sus padres. Se trata de una orden injusta, en el que no se da prioridad a los documentos presentados por los padres que acrediten la edad correcta de la niña”, dijo Christian Ghazala Shafiq, activista por los derechos humanos a Fides.

“Condenamos enérgicamente los actos que se llevan a cabo en nombre de la religión. Ninguna religión permite que nadie sea obligado a convertirse y casarse con el secuestrador. Esto es secuestro y violación. Según la Ley de matrimonio infantil de la provincia de Sindh, no se puede permitir que nadie se case con menos de 18 años, las autoridades deben arrestar y castigar a los culpables”, dijo Shema Kirmani, musulmana y activista de derechos humanos, a Fides.

La Comisión de Justicia y Paz de Pakistán señaló a Asia News que también existen “muchos otros incidentes de este tipo que no se denuncian” y que las conversiones forzadas se han convertido en el mayor instrumento de persecución contra los cristianos e hindúes.

“Con demasiada facilidad y frecuencia las conversiones forzadas se disfrazan de conversiones voluntarias, lo que hace que las niñas sean muy vulnerables. Es responsabilidad del Estado legislar para proteger a sus ciudadanos, especialmente a las niñas menores de edad”, dijo Mons. Arshad.

“Lo horrible de las conversiones forzosas es que no se consideran un crimen, y mucho menos un problema que debería preocupar a la mayoría [musulmana] del país. No podemos permitir que se lleven a nuestras hijas y niñas, que las conviertan y las casen por la fuerza”, dijo el P. Yousaf.

“En 2016 se introdujo una ley contra las conversiones forzadas en la Asamblea Provincial de Sindh, pero todavía se está debatiendo. El gobierno debe trabajar para garantizar los derechos de las minorías religiosas en Pakistán, como establece nuestra Constitución”, concluyó.

 

, 30 Oct. 20 (ACI Prensa).- Simone Barreto Silva, una madre brasileña de 44 años, fue una de las tres víctimas del ataque en la Basílica de Notre-Dame en Niza (Francia), ocurrido ayer jueves 29 de octubre.

Según informes, Simone fue atacada dentro de la iglesia, de donde salió herida y corrió para refugiarse en un café cercano. Sin embargo, falleció debido a las puñaladas recibidas. Según el canal de noticias BFMTV, un testigo la escuchó decir al morir: "Dile a mis hijos que los amo".

Nacida en Lobato, en el barrio de Salvador (Brasil). Se trasladó a Francia siendo una adolescente. Nacionalizada francesa, se licenció en gastronomía y trabajó como cuidadora de ancianos.

En declaraciones a RFI, familiares y amigos recordaron que Simone era una mujer de alegría y “mucha fe”.

Según Rita de Cássia Barreto, prima de Simone, “esta fatalidad ocurrió cuando ella hacía lo que más le gustaba: rezar, pedir a Dios por todos. Pidiendo salud, protección y paz ”. “La paz es lo que necesitamos ahora mismo. ¡Y esa era Simone! Antes de ir a trabajar, ella siempre pasaba por la iglesia para dar gracias por el día y por todas las gracias otorgadas ”, dijo.

Rita de Cássia indicó que la familia “está devastada”. “Es muy difícil para ti recibir la noticia de que una persona fue asesinada dentro de una iglesia, haciendo lo que más le gustaba. No entendemos eso. Lo sentimos mucho, también por estar lejos de nuestros familiares que están en Brasil ”.

“No se puede imaginar el dolor que está experimentando la familia, sobre todo porque hay tres niños que están sin su madre; es muy difícil ”, agregó.

Tras confirmar la nacionalidad brasileña de Simone Barreto, el Gobierno brasileño emitió una nota para expresar “su más sentido pésame a los familiares y amigos de la ciudadana asesinada en Niza, así como a los de las demás víctimas, y extiende su solidaridad al pueblo y gobierno francés”.

"En este momento, el Gobierno brasileño expresa en particular su solidaridad con los cristianos y personas de otras denominaciones que sufren persecución y violencia a causa de su creencia", agregó.

Finalmente, informó que, “a través del Consulado General en París, brinda asistencia consular a la familia de la ciudadana brasileña víctima del atentado terrorista”.

Traducido y adaptado por Liliana Montes. Publicado originalmente en ACI Digital.

Washington DC, 30 Oct. 20 (ACI Prensa).- El Arzobispo de los Ángeles, Mons. José Gomez, escribió una columna de opinión en la que recordó a los católicos que su misión es más grande que la política y por ello va más allá de la elección presidencial de noviembre.

En su columna “Our mission is bigger than politics”, el también presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) aseguró que “más allá de esta elección, nuestra misión como Iglesia y nuestro deber como católicos sigue siendo más grande que la política”.

“Estamos aquí para servir a Dios y dar testimonio de la resurrección de Jesucristo y la venida de su Reino. Lo hacemos primero viviendo fielmente como Jesús nos enseña a vivir, incluso cuando sus mandamientos y prioridades para nuestras vidas no son populares o se oponen a nuestra cultura y sociedad”, dijo el Prelado.

Mons. Gomez resaltó lo “inquietante” que es ver la “indiferencia hacia la religión en la vida pública estadounidense y la marginación de los creyentes religiosos”, a pesar de que “Estados Unidos se construyó sobre la base de las verdades religiosas básicas sobre la persona humana”.

“Nuestros fundadores insistieron en que la democracia no se puede mantener sin la religión y las virtudes y valores que aporta la religión, especialmente las virtudes de la disciplina personal y los valores de la familia y la comunidad”, explicó.

También pidió recordar que “los compromisos fundacionales de este país con la igualdad y los derechos humanos no tienen ningún fundamento aparte de la creencia en un Creador que otorga a hombres y mujeres derechos inalienables”.

Mons. Gomez explicó que la sociedad actual, que nos dice que “nuestra única obligación es perseguir nuestros propios deseos”, representa una “visión egoísta de la persona humana, que conduce a la indiferencia hacia las necesidades de los demás”.   

“No somos individuos aislados. Tenemos una necesidad básica de ser amados y cuidados y tenemos una necesidad básica de amar y cuidar a los demás. Estamos hechos para pertenecer y estar en relaciones, con otras personas, con el mundo en el que vivimos y con nuestro Creador”, recordó el Prelado.

En ese sentido dijo que “nuestro Creador nos ha revelado que es un Padre, que nos hizo a su imagen y semejanza, que nos dio no solo nuestros cuerpos, sino también nuestras almas”. “Y nuestro Creador nos hace a cada uno de nosotros por una razón. Él tiene un plan, un destino amoroso para cada una de nuestras vidas”.

El Arzobispo de los Ángeles dijo que los católicos están viviendo un tiempo en el que deben luchar por “fortalecer nuestras parroquias, escuelas, familias y comunidades”, y que “necesitamos orar juntos, leer la Biblia juntos, encontrar nuevas formas de reunirnos y apoyarnos mutuamente para vivir nuestra fe”.

“Necesitamos ver nuestras vidas y nuestro mundo a la luz de la ‘historia’ cristiana, a la luz de los Evangelios y el Nuevo Testamento, a la luz del plan de amor continuo de Dios en la historia. Lo más importante de todo es que debemos ser deliberados y vigilantes para transmitir esta historia, nuestra forma de vida católica, a las generaciones más jóvenes”, explicó.

Finalmente, dijo que, “como católicos, necesitamos dar testimonio de lo que realmente significa la vida humana”. 

“Lo hacemos sirviendo a nuestros vecinos con sacrificio y amor, cuidando a los ancianos y vulnerables, ayudando a las madres y sus hijos, ayudando a las parejas casadas y a las familias a crecer y prosperar”,

“Este proyecto es mucho más grande que la política. Pero para eso estamos aquí. Y si vivimos nuestra fe con corazones generosos y agradecidos, podemos renovar el alma de nuestra nación”, concluyó Mons. Gomez.
 

MADRID, 30 Oct. 20 (ACI Prensa).- El P. Javier Luzón, sacerdote y ex exorcista de la Archidiócesis de Madrid (España), explicó en una entrevista que la celebración de Halloween es “el cumpleaños de Satanás” y también el inicio del año satánico que celebraban los druidas varios siglos antes de Cristo.

En esta entrevista que el P. Luzón concedió en el año 2018, explicó que “en una sociedad en la que no se habla del demonio para nada, decir que Halloween es una práctica relacionada con el ocultismo o el satanismo puede parecer una exageración. Pero no es así. Lo que hay es un gran desconocimiento sobre lo que hay detrás de esta celebración aparentemente inofensiva”.

Además del carácter comercial que tiene esta fiesta, que “mueve mucho dinero”, el sacerdote también asegura que hay un “interés ideológico” entorno a ella.

“Nos están metiendo esta fiesta por todas partes. El chico al que su familia le dice que no se disfrace de muerto y le anima a vestirse de algo positivo, le toman por alguien extraño”, asegura. 

Por eso el sacerdote de la Archidiócesis de Madrid recordó que el famoso exorcista, P. Gabriele Amorth, solía decir que no se puede jugar con fuego, porque él sí se había encontrado con niños y adolescentes con problemas por abrir puertas con ocasión de Halloween. 

Además precisó que Halloween se trata de “una celebración en la que se invoca al dios de la muerte porque ese día”, según la tradición de los druidas, “se abre las puertas del averno para que los espíritus puedan perturbar a las personas”.

“Los druidas iban casa por casa para que hicieran una ofrenda, como mujeres vírgenes, niños u otros sacrificios… La familia que accedía, era respetada. Pero si no lo hacía, quedaba marcada la casa, como un maleficio, para que los espíritus pudieran atacar el hogar”. 

Esta tradición fue exportada a Estados Unidos “con la colonización americana por parte de los irlandeses, donde siempre se ha mantenido la cultura celta”. 

De hecho el P. Luzón precisó que Irlanda fue de los pocos países al que los hijos de San Benito no llegaron a exorcizarlo, como sí hicieron con el resto de Europa. 

“Después de que los pueblos bárbaros fueran con sus brujerías, los benedictinos fueron por toda Europa liberándolos de las maldiciones y del mundo oscuro que es tan peligroso”, aseguró.

Esta tradición que llegó a Estados Unidos es, según el P. Luzón, “ya no es el culto al dios de la muerte sino directamente el cumpleaños de Satanás”. 

“Hay quienes han sido líderes de sectas satánicas, que han salido de ellas, y cuentan lo que hacen como sacrificios, también de seres humanos. O dejan embarazadas a mujeres para sacrificar a sus hijos, en esta noche que es la más importante del satanismo. Sigue habiendo grupos druidas y grupos satánicos que roban sagradas formas consagradas para realizar los ritos de esta noche”.

Por eso subraya que esta fiesta “no es una cosa inocua ni inocente, como nos la presentan sino que tiene la misma simbología de los muertos: calaveras, dragones, monstruos… Y significa lo que hacían esos [druidas] que era vestirse de esos seres que iban a atacar durante esa noche para pasar inadvertidos y que no le hicieran daño. Es una teosofía que se inculca en los niños el miedo, el terror o la muerte mal enfocada… No es un tema nada inocuo sino que puede ser grave y que puede tener repercusiones”. 

Sin embargo, precisa que “esto quiere decir que porque un niño se vista de estas cosas, luego le va pasar algo. No necesariamente, pero puede y de hecho hay chavales que comienzan con terrores nocturnos, visiones extrañas, alteraciones del sueño y cuando se ora por ellos pidiendo la sanción se manifiesta que el origen es el haber participado en estas celebraciones”.

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