La carta enviada al purpurado parisino lleva la firma del arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz y presidente de la CEA, monseñor José María Arancedo, y obispo de Chascomús y secretario general del organismo, monseñor Carlos Humberto Malfa.
“Los obispos argentinos hemos expresado que la historia nos enseña que la intolerancia viene de la mano con la más cruel de las violencias, y lo primero que se pierde es la paz, tan necesaria para la convivencia humana”, señalaron en la misiva.
“Las naciones que no aceptan ni valoran la pluralidad religiosa se aíslan de la comunidad internacional y se cierran a la cultura del encuentro. Lo que es más grave, para llevar a cabo su crueldad, invocan el nombre de Dios, que es Padre de todos los hombres. Nunca la fe en Dios puede justificar la violencia, la discriminación y la muerte”, subrayaron citando un documento episcopal de agosto de 2014.
El Episcopado manifestó que se une “a la oración confiada en el Dios de la Vida, especialmente por aquellos que han muerto, sus familiares y amigos e imploramos al Señor que derrame sobre el pueblo francés el consuelo y la paz que vienen de Dios”.+
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