Mons. Reig Pla afirmaba en la carta que “avanzada la llamada transición política, y con una Constitución española llena de ambigüedades, las fuerzas laicistas unidas a las fuerzas políticas partidarias de la relativización cultural, moral y religiosa de nuestro pueblo, han conseguido, –con la aprobación de leyes que permiten destruir la vida por nacer, tanto en el seno materno como en los laboratorios, y ahora con la aprobación de la Ley de la eutanasia–, convertir a España en un ‘campo de exterminio’”.
Sin embargo, estas palabras no gustaron nada a los miembros del Partido Socialista (PSOE), partido en el gobierno y responsable de la Ley de eutanasia.
Por medio de un comunicado de la delegación del PSOE en Alcalá de Henares, los socialistas exigieron al Obispo que “rectifique y pida perdón por sus inaceptables declaraciones, y le rogamos que deje de proferir sus ya demasiado habituales exabruptos verbales”.
El PSOE, en dicho comunicado, expresa “el absoluto rechazo que nos provocan las lamentables declaraciones del obispo Reig Pla, que lejos de avanzar y profundizar en la concordia que predica la fe cristiana, parece una vez más empeñado en polemizar, polarizar y dividir a nuestra sociedad, que vive en una democracia plena en la que las leyes son propuestas, debatidas y aprobadas en las Cortes Generales, en representación de la soberanía nacional”.
Asimismo, el Partido Socialista ataca a Mons. Reign Pla por “cuestionar la norma fundamental que nos rige (la Constitución), las libertades que tanto nos han costado en este país y tratar de equiparar el exterminio nazi con las leyes de una democracia plena y respetada en el mundo como la nuestra”.
Respuesta del Obispo
Ante la réplica del PSOE, la Diócesis de Alcalá de Henares ha publicado una nueva carta en la que, frente al tono falto de educación del comunicado socialista, se recuerda que el Obispo “se refiere a todas las personas con ‘respeto y aprecio’”, y señala que “sus afirmaciones van referidas a las leyes y actuaciones que las promueven y que considera inadecuadas”.
Sobre la referencia a España como “campo de exterminio” se aclara que “va circunscrita a los espacios donde se produce la muerte de inocentes (en el seno de la madre, en los laboratorios, en las llamadas ‘clínicas del aborto’ y en los centros de salud ahora también con la eutanasia”.
Se advierte que “respetar la Constitución Española no significa ‘sacralizarla’. Esta es una obra humana perfectible”.
Se señala que se vive en sociedad “para protegernos, cuidarnos y desarrollar al máximo el bien común que afecta a la totalidad de cada persona y a todas las personas”.
En ese contexto, “al Estado, evidentemente, le corresponde el cuidado y protección de las personas a través de los centros de la salud. Ejercer lo contrario desvirtúa el acto médico (curar, cuidar, asistir, etcétera) e implica desertar de manera ilegítima de su misión protectora”.
En la carta original del Obispo, Mons. Reig Pla afirmaba que “esta es la hora en la que vuelven los ‘bárbaros’ que, embriagados de poder, no saben sostener la casa común, el hogar familiar que ha significado y significa España”.
Esa frase causó también gran indignación entre los socialistas. Ante ello, desde la Diócesis se aclara que con esa expresión “lo que se pretende es indicar en lenguaje figurado la realidad de quienes, no respetando los bienes indisponibles de la humanidad (el derecho a la vida, el no ser sometido a la esclavitud o a la tortura, etcétera) promueven la destrucción de los bienes fundamentales de la persona humana”.
“No podemos olvidar que el Concilio Vaticano II, calificó los atentados contra la vida y, especialmente el aborto, de crimen abominable”, se insiste.
Se hace hincapié también que “son muchos los años que el Obispo de la Diócesis soporta con paciencia acusaciones infundadas que no pueden encontrar fundamento en ninguno de sus escritos, homilías, etcétera: ‘que es homófobo’; ‘que sueña en ver a todos los gais en el infierno’; ‘que no respeta a las mujeres’; ‘que cuando celebra a los mártires es un acto franquista’, etcétera”.
“Son falsedades repetidas hasta la saciedad sin ninguna base. Es más, aprovechándose de estas mentiras, sin contrastar con el interesado, se produjo un acta de reprobación en el Ayuntamiento de Alcalá de Henares”, se lamenta.
“El Obispo no manda a nadie al infierno. Es más, nos confía a todos a la misericordia de Dios. Si utiliza la palabra ‘infierno’ es porque este es el lenguaje de quienes describen situaciones de destrucción en algunos ambientes. Quien escucha a estas personas, sabe de primera mano los sufrimientos ocultos y la hipocresía que existe en estas cuestiones”, se señala en el comunicado”.
El comunicado de la Diócesis finaliza afirmando que “la palabra de la Iglesia pasa siempre por la reconciliación y el perdón. Nos encaminamos hacia la Pascua de Resurrección que significa el triunfo de la vida sobre la muerte. Ojalá juntos, sin rechazar a nadie, podamos lograr hacer de Alcalá de Henares el ‘pueblo de la vida’”.
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