En un artículo titulado “Coronavirus y las 7 palabras de Cristo en la Cruz”, publicado en el National Catholic Register, el sacerdote afirma que “este Viernes Santo no es como ningún otro en la memoria de nadie, porque no nos reuniremos para destacar las solemnes horas de la pasión del Señor”.
Haciendo alusión a las restricciones que impiden que los fieles asistan a los templos en distintos sitios, el sacerdote lamenta que “no nos reuniremos en ningún lugar por ninguna razón. La pandemia del coronavirus nos ha dejado en casa con nuestras ciudades vacías y nuestras iglesias cerradas”.
“Solo puede haber un tema para las 7 palabras de este año. Jesús nos habla hoy como estamos. Jesús nos habla en este tiempo de pandemia global porque suyo es el tiempo". “En la Cruz Jesús habla a todos los tiempos, incluyendo este de pandemia global. Entonces en este Viernes Santo recibimos las 7 palabras en ese contexto”, agregó.
“¿Qué significan las palabras de la Cruz para nosotros hoy, ahora, en este tiempo de ansiedad, de miedo, de soledad, de pérdida, dolor y perplejidad, enfermedad y muerte? He elegido como tema de las palabras un pasaje de Mateo 26 que escuchamos el Domingo de Ramos y que está en el Evangelio del Miércoles de esta Semana Santa”, continuó el sacerdote.
En el pasaje Jesús manda a los discípulos a decirle al dueño de la posada que celebrará la Pascua “en tu casa”.
“La mayoría de los años simplemente habríamos pasado sin más sobre esta preparación de la Pascua, pero no este año porque estamos muchos confinados en casa. No podemos visitar la casa del Señor en Semana Santa”, pero el Señor “sí puede venir a la nuestra”.
El sacerdote recordó que en Semana Santa muchos se alistan para celebrar la Pascua, que suele ser un día festivo o feriado, pero eso “no es así este año”.
“Las calles de Jerusalén están vacías. No hay muchos peregrinos en la Vía Dolorosa. La Iglesia del Santo Sepulcro está cerrada. Las calles de Roma están vacías. Las grandes iglesias están cerradas. La enorme columnata de Bernini (que rodea la Plaza de San Pedro), construida para abrazar a todo el mundo de toda raza y nación, ahora abraza un gran vacío”, prosigue.
El P. de Souza reflexiona sobre un pasaje del libro de las Lamentaciones (1:1-4) en el que se dice sobre Sión: “¡Cómo yace solitaria la ciudad de tanta gente! Se ha vuelto como una viuda grande entre las naciones; la princesa entre las provincias, se ha convertido en tributaria. Amargamente llora en la noche, y las lágrimas corren por sus mejillas; no hay quien la consuele”.
Ante este panorama, el sacerdote recuerda que “nadie puede ir a las fiestas solemnes. Las entradas de las ciudades están desoladas. Los sacerdotes suspiran por estar solos en sus iglesias”.
Sin embargo, concluye, “estaremos en casa este Viernes Santo y cuando meditemos en las 7 palabras suplicaremos poder escuchar: ‘En tu casa celebraré la Pascua’. Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo”.
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