“Con gran pesar recibí la noticia del tiroteo de anoche en Kenosha. Si bien muchos de los detalles de este tiroteo son desconocidos para nosotros, el público en general, no es difícil imaginar el dolor, el miedo y la ira que sintieron todos los presentes. Oro por la curación de Jacob Blake y por el consuelo de su familia y seres queridos”, dijo Mons. Listecki en un comunicado del lunes 24 de agosto.
El día domingo un video del incidente, que se hizo viral, muestra cómo un oficial de policía disparó siete veces a Blake por la espalda a una distancia reducida, mientras subía a su camioneta. Previo a los disparos se observa a Blake alejándose de dos policías y dirigiéndose a la puerta de su auto, mientras los oficiales le gritan y siguen con las armas en la mano.
Según un comunicado de prensa emitido el 24 de agosto por la oficina del Fiscal General de Wisconsin, Josh Kaul, el hecho ocurrió cuando los oficiales de policía respondieron al reporte de un incidente doméstico.
Blake se encuentra actualmente en estado crítico en un hospital de Milwaukee.
Según los vecinos, Blake estaba tratando de romper un altercado verbal entre dos mujeres antes de que la policía le disparara, y los testigos dijeron que estaba desarmado, informó Kenosha News.
El comunicado de la oficina del fiscal general informó que la División de Investigación Criminal (DCI) está liderando la investigación y cuenta con la asistencia de la Patrulla Estatal de Wisconsin y la Oficina del Sheriff del Condado de Kenosha.
“Todas las fuerzas del orden involucradas están cooperando plenamente con DCI durante esta investigación. Los agentes implicados han sido puestos en licencia administrativa”, añade.
Este caso ha vuelto a despertar masivas protestas contra la violencia policial en Estados Unidos desde el caso de George Floyd, otro afroamericano agredido por un grupo de policías en mayo de este año y que lamentablemente perdió la vida.
En la segunda noche de disturbios por lo ocurrido a Blake, grupos de manifestantes incendiaron varios edificios, destruyendo parte de un distrito comercial en Kenosha. También fueron bloqueadas varias carreteras. Se reportó a un oficial de policía herido.
Por tal motivo, el Condado de Kenosha declaró estado de emergencia y toque de queda desde el 24 de agosto y se pidió a la población evitar estar en las calles por motivos de seguridad.
Mons. Listecki también expresó en su comunicado que reza “por la paz en Kenosha, ya que la situación sigue siendo inestable tras este tiroteo”.
“La Iglesia se erige como un faro de esperanza. Los pecados de violencia, injusticia, racismo y odio deben ser purgados de nuestras comunidades con actos de misericordia, con la protección y cuidado de la dignidad de toda persona humana, con respeto por el bien común y con una búsqueda inquebrantable de la igualdad y la paz. Juntos, oremos a Dios por paz, justicia, misericordia y protección para cada ser humano”, concluyó el Arzobispo de Milwaukee.
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