“Hoy en Italia se celebra la Jornada de la Memoria y del Recuerdo de las Víctimas Inocentes de la Mafia. La mafia está presente en varias partes del mundo y aprovechando la pandemia se está enriqueciendo con la corrupción”, dijo el Pontífice desde la Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano.
Además, recordó que “San Juan Pablo II denunció su cultura de muerte, y Benedicto XVI, la condenó como camino de muerte. Estas estructuras de pecado, estructuras mafiosas, contrarias al Evangelio de Cristo, cambian la fe por la idolatría. Hoy hacemos memoria de todas las víctimas y renovamos nuestro compromiso contra las mafias”.
Este año el evento a nivel nacional se celebrará en la ciudad de Palermo, en Sicilia, con la asistencia de familiares de víctimas inocentes y representantes de instituciones públicas y privadas, escolares, religiosas, asociativas y sindicales, unidos todos por el compromiso por la justicia.
En una carta enviada el pasado 15 de agosto de 2020, Solemnidad de la Asunción de la Virgen María, al P. Stefano Cecchin, OFM, Presidente de la Pontificia Academia Mariana Internacional, el Santo Padre pidió “liberar la figura de la Virgen María de la influencia de las organizaciones criminales”.
En aquella misiva, el Pontífice citó la manipulación de la espiritualidad mariana las “reverencias” de las imágenes marianas ante las casas de los jefes mafiosos durante las procesiones.
En septiembre de 2018, en un discurso ante seminaristas, sacerdotes y religiosos en la Catedral de Palermo, el Santo Padre pidió a la Iglesia en Sicilia que custodie las muestras de piedad y religiosidad popular, y que las proteja de los intentos de la mafia de instrumentalizarla para sus intereses ilícitos.
“Os pido que vigiléis atentamente para que la religiosidad popular no sea instrumentalizada por la presencia mafiosa porque, entonces, en vez de ser medio de afectuosa adoración, se convierte en vehículo de corrupta ostentación”, dijo el Santo Padre.
Durante aquella visita apostólica a Sicilia, el Papa, durante la Misa celebrada en el Foro Itálico de Palermo el 15 de septiembre, advirtió que “no se puede creer en Dios y ser mafioso”.
“Quien es mafioso no vive como cristiano, porque blasfema con la vida el nombre de Dios-amor”, dijo entonces.
Además, en un discurso dirigido a los miembros de la Comisión Parlamentaria Antimafia del Parlamento italiano el 21 de septiembre de 2017, el Santo Padre advirtió que “la mafia sustrae el bien común, arrebatando la esperanza y la dignidad de las personas”.
“Ante ese reto, se vuelve decisivo oponerse de cualquier forma al grave problema de la corrupción que, en el desprecio de los intereses generales, representa el terreno fértil en el cual las mafias echan raíces y se desarrollan”.
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