
Francisco visitó una parroquia romana y se encontró con un grupo de inmigrantes
Roma (Italia) (AICA): El papa Francisco realizó este domingo una visita en la parroquia romana de San Miguel Arcángel, al noreste de la ciudad, en el barrio Pietra Lata, a cuya feligresía alentó a “leer cada día un párrafo del evangelio” y a “dejarnos curar las heridas que tenemos en el alma”. Al dirigirse a un grupo de feligreses que frecuentan los cursos prematrimoniales les recordó que se puede pelear entre marido y mujer, pero no es posible acabar el día sin antes haber hecho paz, al menos con un pequeño gesto. Antes de llegar y fuera de programa, el pontífice visitó un asentamiento precario, en el que viven refugiados e inmigrantes, muchos de ellos sudamericanos.
“Hay que acostumbrarse a llevar un evangelio, a leer la palabra de Jesús y acostumbrarse a entender qué es lo que el Señor me dice a mí”, dijo el Papa en la homilía.
E invitó a "dejarse curar por Jesús, porque todos nosotros tenemos heridas espirituales, pecados, enemistades” como las personas a las que no saludamos, indicó. Y todo esto tiene que ser curado. Añadió que el diablo por una estupidez hace un mundo y después las enemistades se prolongan durante años. Y que Jesús puede curar porque expulsa al diablo.
El Papa alentó a “leer cada día un párrafo del evangelio” y a “dejarnos curar las heridas que tenemos en el alma”.
Antes de llegar hubo un fuera de programa: el Santo Padre visitó un asentamiento precario, en el que viven refugiados e inmigrantes, muchos de ellos sudamericanos.
Allí rezó en español el Padrenuestro y conversó, despertando gran entusiasmo.
El Papa tuvo durante la visita, incluso un encuentro con los scouts de la parroquia, que días antes se encargaron de adornarla con banderines blancos y amarillos. El Santo Padre los animó, de manera divertida, a ir a misa todos los domingos para encontrar a Jesús. Además quiso confesar a cinco feligreses, saludó a los enfermos y a las familias con niños apenas bautizados, y a los niños del catecismo.
Entre otras cosas, al dirigirse a un grupo de feligreses que frecuentan los cursos prematrimoniales les recordó que se puede pelear entre marido y mujer, pero no es posible acabar el día sin antes haber hecho paz, al menos con un pequeño gesto.+

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