Han intervenido Domingo Sugranyes Bickel, Presidente de la Fundación, Michael Konrad, Secretario del Jurado del Premio, mons. Giuseppe Antonio Scotti, miembro del Jurado y Massimo Gattamelata, Secretario general de la Fundación Centesimus Annus.
La Fundación Centesimus Annus Pro Pontifice, como recordó su presidente, fue creada por San Juan Pablo II en 1993; está guiada por un consejo formado por nueve laicos e informa al Presidente del APSA (Administración Patrimonio Apostólico de la Santa Sede), actualmente el cardenal Domenico Calcagno, bajo la supervisión de la Secretaría de Estado.
Su principal finalidad es promover la difusión de la Doctrina Social de la Iglesia y por ello invita a formar parte de la misma a los empresarios y profesionales que se reconocen en los principios de dicha Doctrina y en el magisterio papal y quieren contribuir a la creación de una nueva cultura económica y social.
Sugranyes Bickel subrayó que en los dos últimos años la Centesimus Annus Pro Pontifice ha trabajado siguiendo las líneas indicadas por el Papa Francisco en el discurso que les dirigió en 2013, cuando afirmó que era esencial ''devolver a la palabra solidaridad -vista con malos ojos en el mundo de la economía, como si fuera una palabrota- toda la dignidad social que se merece''.
Por su parte Mons. Scotti reiteró la importancia de denunciar, siguiendo el ejemplo del Papa Francisco, la ''cultura desvíada'' que descarta a las personas.
''Son muchos -dijo- los que creen que la economía pueda asumir el papel de productor absoluto de objetivos y de valores a los que someter cualquier ámbito y rincón de la dimensión humana, justificándolo con el hecho de que vivimos en la época de la post-ideología y de la post-política”.
Efecticamente “sería un aspecto para analizar, pero también se podría analizar la cultura actual a partir de la Palabra de Dios y, teniendo en cuenta que el premio que asigna la Fundación va a los autores que con sus obras quieren brindar una forma de aprender de nuevo a mirar con sabiduría tanto al presente como al uso del dinero, me parece apropiado recordar cuanto afirma el Qoelet: ‘El que ama el dinero no se sacia jamás, y al que ama la opulencia no le bastan sus ganancias.También esto es vanidad’''.
A continuación se dieron a conocer los nombres de los galardonados en esta segunda edición: Pierre de Lauzun, por su obra ''Finance: un regard chrétien. De la banque mediévale a la mondialisation financière'', en la que desarrolla una profunda reflexión, a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia, sobre la moralidad de los que actúan en los mercados financieros, invitando a tomar en consideración un objetivo distinto del ligado al beneficio y resaltando que no hay ninguna operación financiera que pueda separarse de la realidad social y de las exigencias morales.
En la sección especial dedicada a los jóvenes investigadores de Doctrina Social de la Iglesias el vencedor ha sido Alexander Stumvoll, nacido en 1983, por su tesis ''A Living Tradition. The Holy See, Catholic Social Doctrine and Global Politics 1965-2000'' presentada en 2012 en el Instituto Europeo de Florencia (Italia).
El estudio examina la Doctrina Social de la Iglesia en las relaciones internacionales partiendo de cuatro grandes problemáticas que inician con un hecho concreto. Analizando la guerra de Vietnam afronta el compromiso de la Santa Sede por la paz, con la crisis polaca anterior a 1989 estudia la política de la Santa Sede en relación con el comunismo; las Conferencias de El Cairo (1994) y de Pekín (1995) son el punto de partida para abordar la posición de la Santa Sede en cuestiones bioéticas y, en fin, por cuanto se refiere a la campaña contra la deuda del Tercer Mundo en ocasión del Jubileo del 2000, analiza la crítica de la Santa Sede contra el capitalismo salvaje.
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