El Santo Padre recordó que “la Iglesia en estos días entra en la gran meditación de la Pasión del Señor”.
Recordó que “el Cristo sufriente está presente en el pobre, en el excluido, en el enfermo y en el hambriento que lleva consigo el misterio de la Cruz. Se beneficiarán en gran medida de vivir plenamente este tiempo de la Pasión para acudir a la fuente de vuestra misión”.
El Pontífice invitó a los voluntarios y miembros de FIDESCO a que “cuando estén en plena misión, con vuestra relación personal con el Señor y con vuestra vida de fe, conserven intactos el asombro, la fascinación, el entusiasmo de vivir el Evangelio de la fraternidad. Lo necesitamos en los momentos más difíciles de soledad, desánimo, desilusión”.
Destacó que la acción solidaria de FIDESCO “se orienta, en efecto, hacia el desarrollo integral de las personas, hacia la atención no solo de sus necesidades materiales, sino también de su integración social, de su crecimiento intelectual, cultural y espiritual, dando a cada uno su propia dignidad”.
El Papa los animó “a perseverar en este camino, permaneciendo enraizados en la doctrina social de la Iglesia”.
“Hoy es más importante que nunca que los fieles de Cristo sean testigos de la ternura y la compasión”, defendió.
“Escuchar el grito de los pobres que resuena en nuestro interior, dejarse provocar por el sufrimiento de los demás y decidirse a salir a tocar sus heridas –que son las heridas de Cristo– no solo nos hace participar en la construcción de un mundo más bello, más fraterno, más evangélico, sino que fortalece a la Iglesia en su misión de acelerar la instauración del Reino de Dios”.
Por último, el Papa Francisco no quiso dejar de destacar “el crecimiento personal que puede aportar un compromiso, aunque sea temporal, en vuestra asociación, tanto en el plano humano como en el de la fe”.
“Quién se compromete con vuestras misiones”, aseguró, “encuentra no solo la oportunidad de abrirse al mundo y a las culturas, sino también el medio de responder a la misericordia de Dios: ‘Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso’”.
“También encuentra un camino espiritual en respuesta al don gratuito de Dios. Una vez más, la oportunidad que ofrecéis, especialmente a los más jóvenes, de crecer en fe y humanidad es digna de reconocimiento”, concluyó el Pontífice.
FIDESCO es una organización católica con sede en París, Francia, cuya misión se centra en la solidaridad internacional. Sus voluntarios ponen sus competencias profesionales al servicio del desarrollo de los proyectos de las Iglesias locales de los países en que realizan la misión.
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