Este homenaje se celebra cada 5 de agosto en la Basílica romana, donde esta mañana el Arcipreste del templo, Cardenal Santos Abril y Castelló, celebró una Misa para recordar su dedicación a María y la importancia de la Madre de Dios en la religión católica.
El “milagro de la nieve” se remonta al 5 de agosto del año 358, durante el reinado del Papa Liberio, en el que el Pontífice, un patricio romano de nombre Juan y la esposa de este último, soñaron que la Virgen María le pedía construir una iglesia en el lugar donde encontrarían nieve fresca al día siguiente.
El sueño se produjo en la madrugada del 5 de agosto, pleno verano romano y cuando las probabilidades de nieve son remotas en la ciudad de Roma. La nevada tuvo lugar milagrosamente en la Colina del Esquilino, y en su perímetro se erigió una década después el primer templo dedicado a la Virgen María en Occidente. Luego, el Papa Sixto III construyó en el año 431 la iglesia tal como ahora se encuentra.
Este año, después de la celebración de las Vísperas, se conmemoró el milagro ante la fachada de la basílica mariana con un espectáculo de luces multicolores diseñado por el arquitecto Cesare Esposito y con máquinas dispara-nieve que vestirán de pétalos blancos la plaza.
El Papa Francisco visitó la Basílica a primera hora de la mañana del primer día de su pontificado, el 14 de marzo de 2013, para encomendar su ministerio a la Madre de Dios ante el icono de María Salus Populi Romani, Protectora del Pueblo Romano.
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