En varias ocasiones, el Santo Padre ha hecho referencia a la importancia de preservar el sacramento del Matrimonio.
El 14 de febrero pasado, durante un encuentro con unos 20 mil novios de distintas partes del mundo, dio una serie de consejos para celebrar bien el matrimonio católico. “Hagan de modo que sea una verdadera fiesta, porque ¡el Casamiento es una fiesta, una fiesta cristiana, no una fiesta mundana!”, expresó el Papa.
Ese día, el Pontífice también recordó que el matrimonio es “un trabajo de todos los días y podría decir un trabajo artesanal, un trabajo de orfebrería, porque el marido tiene la tarea de hacer más mujer a su mujer y la mujer tiene la tarea de hacer más hombre a su marido. Crecer también en humanidad, como hombre y como mujer. Pero esto se hace entre ustedes. Esto se llama crecer juntos”.
Posteriormente, el 25 de abril, Francisco enfatizó la santidad e indisolubilidad del matrimonio cristiano cuando recibió a un grupo de obispos africanos.
“El matrimonio cristiano es una alianza de amor para toda la vida entre un hombre y una mujer que implica sacrificios reales para alejarse de las nociones ilusorias de la libertad sexual y fomentar la fidelidad conyugal”. Además, expresó su aprecio por los programas de preparación para el matrimonio que dan a los jóvenes ''una nueva esperanza para su futuro como esposos y esposas, padres y madres''.
Asimismo, el 2 de junio, en la Misa matutina en la Casa Santa Marta, el Papa llamó a los matrimonios cristianos a amarse como Cristo ama a su Iglesia, con fidelidad, perseverancia y fecundidad.
Antes de Francisco, San Juan Pablo II había celebrado varios matrimonios en público con motivo del primer encuentro mundial de familias, organizado en la Santa Sede en octubre de 1994.
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