Mons. Lugones: “La Cuaresma es un volver a Dios con nuestras cargas y las de los otros”



Mons. Lugones: “La Cuaresma es un volver a Dios con nuestras cargas y las de los otros”









Lomas de Zamora (Buenos Aires) (AICA): El obispo de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Lugones SJ, destacó que “la Cuaresma como tiempo de conversión es un volvernos a Dios” y aseguró que “volver a Dios con nuestras cargas y las de los otros, volver en nuestro camino, requiere pararse y comenzar a desandar el camino”. “A veces volverse del camino ayuda a descansar, a encontrarnos con otros, a preguntar, a pedir ayuda. Otro modo será un volvernos de nuestras actitudes duras en la familia, la falta de respeto, de escucha, de diálogo, de comprensión, de cariño y afecto, faltas de perdón, de cercanía”, precisó.



El obispo de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Lugones SJ, destacó que “la Cuaresma como tiempo de conversión es un volvernos a Dios” y aseguró que “volver a Dios con nuestras cargas y las de los otros, volver en nuestro camino, requiere pararse y comenzar a desandar el camino”.

“A veces volverse del camino ayuda a descansar, a encontrarnos con otros, a preguntar, a pedir ayuda. Otro modo será un volvernos de nuestras actitudes duras en la familia, la falta de respeto, de escucha, de diálogo, de comprensión, de cariño y afecto, faltas de perdón, de cercanía”, precisó.




“Desandar el camino de nuestro egoísmo, comodidad, distancias, tibieza, sequedad. Volver a Dios con la confianza de que Él nos puede sacar de la inercia, de la falta de creatividad para el bien, de estar ya instalados, de sentirnos más que otros, de haber ganado un lugar, de aferrarme a mis esquemas o mis ‘logros’. Jesús puede regalarnos de vuelta su gracia pues es: el camino, la verdad y la vida”, agregó.




El obispo precisó también lo que significa volver a Dios tanto para consagrados como para sacerdotes.




“Para volver a Dios la Cuaresma nos presenta la oportunidad de desandar el camino, pues como dice el poeta: ‘el mucho camino empaña el horizonte’. Es un camino hacia la pasión, nuestro horizonte está en la cruz, desde allí nos mira el Señor, si buscamos su mirada, si nos volvemos a su mirar con todo el corazón, es posible que su gracia nos alcance, como su mirada, con toda la ternura de Dios”, señaló.




A quienes dicen “no me animo a volver”, “no me encuentro en este volver”, “cómo hago”, “es difícil el retorno”, “no puedo ver a Dios”, monseñor Lugones les recordó que “junto a la cruz está la Madre, ella mira de una manera distinta, a sus hijos, y a los acontecimientos del mundo. Ella finamente nos irá haciendo volver, y de a poco podremos encontrarnos con los ojos del Hijo, y hasta escucharlo: ‘Vengan a mi todos los que andan agobiados, yo los aliviaré’”.




“La Cuaresma tiene una meta, la Pascua del resucitado: si nos dejamos mirar, si nos volvemos con todo el corazón, nos abrirá él mismo su costado para contemplar, un poco más de su gran amor, de su cercanía, de su bondad y de su gloria”, concluyó.+



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