Como se recuerda, el 22 de mayo el coordinador local del viaje del Papa Francisco a Bosnia-Herzegovina, Mons. Ivo Tomasevic, señaló que el programa no incluirá una visita a Medjugorje, la localidad en donde se habría aparecido la Virgen María.
Sobre este punto y en conferencia de prensa esta mañana, el P. Lombardi indicó que “creo que no se debe esperar que el Papa acuda; no espero referencias a Medjugorje. El Papa es libre de hablar lo que quiera y cuando quiera, pero yo no espero que diga nada”.
Asimismo, recordó que la comisión investigadora “ha terminado su trabajo y ha entregado su contribución a la Congregación para la Doctrina de la Fe, que continúa desarrollando su estudio”.
“Después debería llegar a la plenaria de la Congregación”, pero a día de hoy “no hay ninguna previsión de tiempos específicos para conocer la conclusión”, manifestó.
El vocero vaticano destacó que la visita a Sarajevo será “muy significativa” puesto que “es, por su historia, el lugar donde hablar de guerra, de paz y de reconciliación pero también de diálogo ecuménico y religioso”.
De unos 3,8 millones de habitantes, el 40 por ciento es musulmán, el 31 por ciento serbio ortodoxo, el 15 por ciento croata católico. El resto está formado por otras etnias y religiones, incluida la judía.
Esta realidad se refleja en la composición del gobierno de Bosnia-Herzegovina. El P. Lombardi recordó que el país está dirigido por tres presidentes, un bosnio islámico, un serbio y un croata que “reproduce una composición demográfica, étnica y religiosa compleja” que permite vivir al país en “una convivencia pacífica y armoniosa”.
Sin embargo, esta convivencia está siendo amenazada por la “difícil situación económica que atraviesa” y los “fuertes conflictos sociales” que se derivan de la misma.
Por ello, aseguró que el Santo Padre llevará “un mensaje de paz, de reconciliación y de reconstrucción para el futuro común del país”.
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