“Expreso mi cercanía al pueblo chino en este momento difícil, por el desastre del barco en el río Yangtsé. Rezo por las víctimas, por sus familiares y por todos aquellos que están trabajando en los equipos de socorro. Sobre todos y sus seres queridos invoco bendiciones abundantes de paz y de alegría del Señor Jesús”, manifestó el Papa.
La catástrofe del barco “Estrella del Oriente” se produjo este martes y las labores de salvamento se desarrollan bajo un gran operativo que incluye a 4.600 rescatistas y 200 buzos. A 40 horas del suceso, tan sólo se habían recuperado 40 cadáveres y fueron encontrados con vida 14 supervivientes.
El barco de 76 metros de longitud está hundido a una profundidad de más de diez metros. A bordo del barco viajaban 405 turistas, cinco guías y 46 tripulantes. Los turistas, en su mayoría personas mayores, estaban haciendo una excursión de 11 días.
Aún se desconocen las causas del hecho, pero el capitán y el ingeniero jefe sobrevivieron al naufragio y están bajo custodia policial. Los dos atribuyeron el accidente a un tornado que hizo escorar el barco, que se hundió, según declararon, “en uno o dos minutos”.
La censura a la que el gobierno comunista somete a la población se ha vuelto a poner en evidencia con esta tragedia. El desastre dio lugar a un creciente número de comentarios críticos en Internet que fueron eliminados por el régimen. Además, los medios de comunicación chinos no pueden enviar a sus propios reporteros al lugar del siniestro, sino que tienen que reproducir las noticias de la agencia oficial del estado Xinhua.
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