El de los padres de Santa Teresa de Lisieux, de quien el Papa Francisco es devoto, será el primer matrimonio en ser canonizado en la misma ceremonia en la historia de la Iglesia.
Louis Martin nació en Burdeos (Francia) el 22 de agosto de 1823 y falleció en Arnières-sur-Iton (Francia) el 29 de julio de 1894. Maria Zelie Guérin nació en San Saint-Denis-Sarthon (Francia) el 23 de diciembre de 1831 y falleció en Alençon (Francia) el 28 de agosto de 1877.
En el Consistorio de hoy también se aprobó la canonización de los beatos Vincenzo Grossi, sacerdote diocesano fundador del Instituto de las Hijas del Oratorio, y María de la Inmaculada Concepción, religiosa y Superiora General de la Congregación de las Hermanas de la Compañía de la Cruz.
La canonización de los padres de Santa Teresita de Lisieux y de los otros beatos tendrá lugar en pleno Sínodo Ordinario de la Familia, que se celebrará del 5 al 25 de octubre.
Precisamente, el Sínodo lleva como tema principal “La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y el mundo contemporáneo”.
De hecho, en la Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos que se celebró en Roma del 5 al 19 de octubre de 2014 sobre el tema “Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización”, estuvieron presentes las reliquias de Santa Teresita del Niño Jesús y las de sus padres, para que inspirasen los trabajos de reflexión.
Un matrimonio santo
Louis y Zelie fueron beatificados el 19 de octubre de 2008 por el entonces Papa Benedicto XVI. Santa Teresita de Lisieux es la Patrona de las misiones y fue proclamada doctora de la Iglesia por el Papa San Juan Pablo II en 1997.
Casados en 1858, Louis y Zelie tuvieron nueve niños, de los cuales cuatro murieron en la infancia y cinco siguieron la vida religiosa.
El milagro que les hará santos
El milagro por el que serán elevados a los altares los padres de Santa Teresa de Lisieux tiene como protagonista a Carmen, una niña que nació en Valencia (España) en 2008.
Durante el embarazo, la madre de Carmen tuvo numerosos problemas. Después de muchos cuidados, la niña nació a los seis meses de gestación y con graves complicaciones.
Las primeras palabras de la partera fueron “hay que esperar lo peor”. La bebé tenía una hemorragia ventricular de grado 4 (sangrado severo en el cerebro). “Comenzó con una hemorragia cerebral pero se complicó con los pulmones, el corazón”, recuerdan los padres.
Carmen no respondía a los tratamientos médicos, por lo que temían su muerte. Sin embargo, como la pequeña nació en la Fiesta de Santa Teresa de Ávila, el padre decidió pedirle a Santa Teresa que intercediera por ella.
Acudió a uno de los conventos que las Carmelitas Descalzas tienen cerca de la ciudad y a través de un intercomunicador las contó la situación y pidió que rezasen por Carmen. El domingo siguiente regresó con su mujer a Misa y volvieron a pedir el rezo de las religiosas, quienes, días más tarde y ante el empeoramiento del estado de salud de la niña, sugirieron pedir la intercesión de Lois y Zelie, padres de Santa Teresita.
Las Carmelitas pensaron que quizás se obrase el milagro, como sucedió con el niño de Milán (Italia) que se curó milagrosamente y gracias al cual fueron beatificados.
Finalmente, Carmen se sanó de manera milagrosa y los diferentes médicos confesaron que se trata de “algo extraordinario”.
La hermana “rebelde”, también próxima beata
La causa de beatificación de Leonia Martin, la tercera hija de Louis y Zelia y hermana de Santa Teresita del Niño Jesús, comenzó a estudiarse recientemente, según anunció el Obispo de Bayeux-Lisieux (Francia), Mons. Jean-Claude Boulanger.
Religiosa de la Orden de la Visitación, Leonia fue una niña frágil, insegura, e introvertida, que dio más de un dolor de cabeza a sus padres y que también luchó por vivir su vocación a la vida religiosa.
Actualmente la causa se halla en su proceso histórico –la recogida de todos los textos relacionados con su vida–, y antes de iniciarse oficialmente, el Obispo de Bayeus-Lisieux debe recibir el nihil obstat, la aprobación oficial de la Iglesia Católica desde el punto de vista moral y doctrinal que otorga la Congregación para las Causas de los Santos.
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