Como es costumbre, el Santo Padre saludó a los jóvenes, enfermos y recién casados. Recordó que “en particular el mes de junio está de manera especial dedicado al Sagrado Corazón de Jesús. Confiemos a todas las familias necesitadas a su amor divino”.
“El mes de junio está dedicado a la devoción al Santísimo Corazón de Jesús. Esto nos enseña, queridos jóvenes, la belleza de amar y de sentirse amados; que sea su apoyo, queridos enfermos, en la prueba y en el sufrimiento; y les sostenga a ustedes, queridos esposos recién casados, en su camino conyugal”.
Y a los de lengua portuguesa les invitó a aprender “del Señor que se ha hecho alimento, para que cada uno pueda estar todavía más disponible para con los otros, sirviendo a todos los necesitados, especialmente a las familias más pobres”.
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