Cerca de 25 oficiales y suboficiales peregrinaron a Roma junto con sus esposas e hijos. Los efectivos se ubicaron temprano en el Aula Pablo VI para escuchar la primera catequesis del Papa luego del receso estival.
Finalizada la catequesis, el Papa se acercó a los presentes para saludarlos. La gente, muy animada e invadida de felicidad, mostró su afecto al Papa. “Le manifestaron su profundo amor al Dulce Cristo sobre la Tierra, como decía santa Catalina de Siena”, comentó más tarde el padre Celestre.
“Cuando Francisco se acercó le entregamos algunos obsequios y nos pusimos en semicírculo para sacarnos una foto con él. Después nos dio la mano a cada uno de nosotros”, comentó, aún emocionado, el capellán de la fuerza.
“La emoción fue extrema, cumplimos un sueño y salimos todos llenos de gozo, felicidad, con una inyección de mayor espiritualidad y adhesión a la fe que profesamos. Compartimos la bendición que Francisco hizo extensiva a toda la familia castrense”, concluyó el sacerdote.+
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