El Catecismo en lengua guaraya tiene como fin “ayudar a la evangelización de las comunidades indígenas sobre todo de las más alejadas y donde hay mucha gente que aún no habla castellano”, explicó a ACI Prensa, Marcial Riveros del Área de Evangelización de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB).
Esta iniciativa responde “al llamado del Papa Francisco de salir a las periferias, de salir a las comunidades lejanas para llevar la Buena Noticia”, agregó Riveros.
El trabajo comenzó en julio, tras la convocatoria de Mons. Antonio Raimann, Obispo del Vicariato Apostólico de Ñuflo de Chávez. De esta forma, en la Parroquia Ascensión de Guarayos se encontraron los lingüistas: María Leny Uranungar, Benedicta Armoye, Celso Armoye y Miguel Guayarabey; junto a Marcial Riveros y Jenaro Mercado de la CEB y el P. Walter Neuwirth, precursor de la idea.
El equipo trazó las líneas de trabajo y recogió todo el material existente, siguiendo las orientaciones del Directorio General para la Catequesis para las Iglesias Locales, en la tarea de adaptar, contextualizar e inculturar el mensaje evangélico a las diferentes edades y situaciones.
De esta forma, el material seguirá la estructura del Catecismo de la Iglesia Católica en sus cuatro partes: La fe que profesamos, La celebración de los que celebramos, La vida en Jesucristo y La oración cristiana.
Un sueño de 30 años
La idea de contar con un Catecismo de la Iglesia Católica en lengua Guaraya comenzó con el impulso del P. Walter Neuwirth. El único material que tenían algunas familias guarayas era de 1939, del P. Bertoldo Buhl.
El P. Neuwirth junto a Benedicta Armoye comenzaron en 1987 a seleccionar y trabajar las primeras oraciones. La lingüista terminó la transcripción y la traducción a mano, a inicios de 1990. A esto sumaron ilustraciones para acompañar el material.
Sin embargo, ese mismo año se llevó a cabo la normalización del alfabeto guarayo, por lo que Benedicta comenzó todo el proceso de nuevo terminando tres años más tarde.
Por distintos motivos, el Catecismo no se pudo imprimir y en 2003 se retomó el trabajo con más personas.
En 2011 se hizo entrega del último material digitalizado. Debido a otros motivos, entre ellos la necesidad de la licencia eclesiástica, el catecismo no se pudo imprimir pero, hoy toma un nuevo impulso en pos de la evangelización de los pueblos nativos.
El Vicariato Apostólico Ñuflo de Chávez, se ubica al noreste de Bolivia y tiene una población estimada de 160 mil personas. Viven de la agricultura, ganadería y madera.
Este último recurso ha permitido el desarrollo de la música un legado de la Compañía de Jesús, primeros evangelizadores que llegaron a las tierras, y que hoy permite el desarrollo e interpretación de instrumentos por parte de niños y jóvenes.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 23 de agosto de 2017
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