En su meditación sobre el Evangelio de este domingo en el que el Señor le dice a Pedro que él es la roca sobre la que construirá la Iglesia, el Santo Padre resaltó que “también con nosotros hoy, Jesús quiere continuar construyendo la Iglesia, esta casa con fundamentos sólidos pero donde no faltan las grietas”, que además tiene “una continua necesidad de ser reformada, reparada”.
“Nosotros ciertamente no nos sentimos rocas, sino solo pequeñas piedras. Sin embargo, ninguna piedra pequeña es inútil. En las manos de Jesús la más pequeña piedra se hace preciosa, porque Él la toma, la mira con ternura, la trabaja con su Espíritu, y la coloca en el lugar justo, que Él siempre ha pensado y donde puede ser más útil a toda la construcción”.
Francisco subrayó que “cada uno de nosotros es una pequeña piedra, pero en las manos de Jesús se orienta a la construcción de la Iglesia”.
“Y todos nosotros, siendo pequeños, somos ‘piedras vivas’ porque cuando Jesús toma en sus manos la piedra, la hace suya, la hace viva, la llena de su amor, y así tenemos un lugar y una misión en la Iglesia: ella, la Iglesia, es comunidad de vida, hecha de muchísimas piedras, todas distintas, que forman un único edificio en el signo de la fraternidad y de la comunión”.
El Papa dijo también que “el Evangelio de este domingo (Mt 16,13-20) nos recuerda un pasaje clave en el camino de Jesús con sus discípulos: el momento en el que Él quiere verificar hasta qué punto tienen fe en Él”.
El Santo Padre resalta la respuesta de Pedro, que surge de su corazón: “Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios viviente”. “Simón Pedro pronuncia con sus labios palabras más grandes que él, palabras que no provienen de sus capacidades naturales”.
De la respuesta del primer Papa, prosigue Francisco, “Jesús comprende que, gracias a la fe donada por el Padre, hay un fundamento sólido sobre el cual puede construir su comunidad, su Iglesia. Por eso dice a Simón: ‘Tú Simón eres Pedro –es decir piedra, roca– y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia’”.
El Evangelio de hoy también “nos recuerda que Jesús ha querido para su Iglesia también un centro visible de comunión en Pedro, aunque Él no es una gran piedra, sino una piedra pequeña, pero que tomada por Jesús se convierte en piedra de comunión, y es en él que se ha sucedido una misma responsabilidad primacial, que hasta los orígenes, se ha identificado en los obispos de Roma, la ciudad en la que Pedro y Pablo han dado testimonio hasta la sangre”.
Para concluir, el Papa hizo votos para que “María, Reina de los Apóstoles, Madre de la Iglesia” sostenga a todos y “nos acompañe con su intercesión, para que realicemos plenamente esa unidad y esa comunión por la que Cristo y los Apóstoles han rezado y han dado la vida”.
También te puede interesar:
Papa Francisco: María es Reina y Madre cercana que no nos pierde nunca de vista https://t.co/kwQGkLiHdL
— ACI Prensa (@aciprensa) 26 de agosto de 2017
Publicar un comentario