Valerie Twanmoh, actual directora del Esperanza Center, recuerda que una de las primeras cosas que la hermana Corcoran le preguntó era si sabía español.
Desde que se conocieron hasta pocos días antes de morir, la hermana Mary Neil le enseñó castellano en el Esperanza Center. “Fue una mujer sorprendente. No conozco a alguien que haya querido tanto a la gente ni que haya amado tanto la vida”, comentó.
Jermin Laviera, una venezolana que conoció a la religiosa hace 30 años el mismo día de su boda, recuerda haber llegado vestida de novia a las oficinas de apostolado hispano para aprender inglés.
La religiosa, recuerda Laviera, bromeó con ella y le dijo que “estaba demasiado bella como para estar en ese lugar”.
“La hermana Mary era una persona que estaba allí para todos”, comentó Laviera que ahora también sirve en el Esperanza Center que depende de Catholic Charities de Baltimore.
Henry Velásquez es hondureño y tiene ahora 34 años. Cuando hace un tiempo llegó a Estados Unidos como un joven inmigrante, no sabía que la religiosa lo ayudaría a cambiar su vida.
Junto a otros hispanos como él, aprendió inglés con la hermana Mary Neil. “Ella era una persona muy dulce, desde el primer momento en que la conocí. Se podía confiar completamente en ella y te dabas cuenta que realmente le preocupaba que estuvieras bien”.
“Vea el impacto que tuvo en mí y luego imagine en cuántas miles de vidas ella influyó durante su vida”, agregó Velásquez que asiste a la parroquia Sagrado Corazón de Jesús en Highlandtown.
La religiosa ingresó a las Sisters of Mercy en 1945 y cambió su nombre original, Betty, por el de Mary Neil cuando llegó al instituto.
Estudió español y lenguas romances, y obtuvo un doctorado en castellano en la Universidad de Navarra en España.
La hermana Mary Neil hizo parte del Apostolado Hispano en Baltimore desde 1963. En 1980 se convirtió en la coordinadora del mismo para la arquidiócesis.
Aunque se retiró del puesto en 2002, siguió enseñando inglés a los inmigrantes hispanos.
También fue capellana de los presos hispanos en el centro de detención de Baltimore y fue maestra en las ciudades de Washington D.C. y Georgia.
Hasta su retiro en el Apostolado Hispano, la organización había duplicado su tamaño. Hoy el centro tiene más de 12 400 personas a las que asiste anualmente y ofrece clases de inglés, asistencia legal y diversos tipos de ayuda.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 12 de agosto de 2017
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