La Empresa Familiar en la Actualidad

Emprendimiento Social

Dr. Juan Pablo Sánchez G.

Las empresas familiares son una realidad abrumadora en nuestro medio y en el mundo entero. Y no en vano, pues alguien que abre un nuevo negocio confía, en primera instancia, en miembros cercanos de su propia familia para que le apoyen e iniciar actividades de manera más confiable.

Una empresa familiar es aquella cuya propiedad (total o parcial) se asocia directamente con una familia; y  cuyo futuro se define tomando en cuenta las decisiones de los representantes de la dinastía propietaria, quienes además influyen fuertemente en los valores y la cultura de la organización.

Este tipo de organizaciones son un motor muy importante para la economía. Estadísticamente se estima que en nuestro país, más del 90% de las empresas legalmente establecidas son de carácter familiar y generan más del 62% del Producto Interno Bruto.

Sin embargo, para salir adelante, este tipo de organizaciones enfrentan una buena cantidad de retos así como tasas muy altas de mortalidad, más del 70% según diversos estudios realizados en los E.E.U.U. (ClickBalance.org, 2017).

Algunos de los conflictos a resolver en este tipo de empresas son: el que el(a) fundador(a) se convierte en el centro de atención excesiva; el hecho de que las necesidades familiares sobrepasan las del negocio y se “ordeña” a este último para satisfacerlas; el conflicto de roles; el que la empresa se maneje como familia; una comunicación pobre, entre otros.
En estas empresas existen dos grandes sistemas que se traslapan: la familia y el negocio; por ello para que pueda funcionar de forma realmente efectiva y perdurable es necesario considerarla y operarla desde las tres figuras organizativas siguientes:

En el consejo de administración deben participar los miembros de la familia que están directamente implicados en la operación y el desarrollo del negocio; así como otros consejeros que sin ser de la familia ni estar directamente empleados como ejecutivos del mismo, aportan ideas y contribuciones valiosas. En el consejo de accionistas deben intervenir todos los miembros de la familia que son accionistas o propietarios del negocio. Y finalmente en el concilio familiar deben colaborar todos aquellos miembros de la familia, que estén directamente o no ligados al negocio familiar en este momento así como los jóvenes o adolescentes que en el futuro se incorporarán a la empresa.

Por supuesto resulta imprescindible delimitar perfectamente la conformación, los alcances y la temática a tratar en cada una de las tres figuras anteriores para que puedan asegurarse los resultados del negocio así como que éste pueda ser sustentable y extenderse más allá de la tercera generación y además se mantenga la armonía y  unión de los miembros de la familia propietaria.

Consultor de empresas
y catedrático de posgrados
juanpablosanchez@liderconsultores.net

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