Los nativos digitales no nacen, se hacen

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Pbro. Alfonso Rocha Torres

Nacer rodeado de aparatos digitales, crecer imbuido de las nuevas tecnologías, no implica que se sepan utilizar bien. Así lo refiere María Lázaro en su blog, Hablando en corto.
Lo importante no es el qué ni el cómo, sino el POR QUÉ y el PARA QUÉ. Y eso no se nace sabiendo. Eso hay que aprenderlo. Si se descuida este aspecto, si lo damos por supuesto, corremos el riesgo de equivocarnos. Todos.
La verdadera brecha digital es la diferencia entre quienes sí entienden, conocen y tienen integradas las nuevas tecnologías en su vida con un uso racional… y quienes no. Y en esto, no importa la edad. ¿si los padres no conocen las aplicaciones sociales, cómo van a enseñarles a sus hijos un buen uso?

Algunas pistas para que el presunto nativo digital lo sea de verdad.

1. Los programas de control parental no sirven

Lo sé: son muy efectivos para bloquear el acceso de los niños a contenidos digitales no aptos para su edad, o no deseables. Pero no sirven. Primero, porque es imposible instalar controles parentales en todos los dispositivos al alcance del niño, quien probablemente use el del padre, la madre o el hermano mayor. Segundo, porque si no quieres que acceda a contenidos inapropiados, lo único realmente válido es que tú estés con él, junto a él, o detrás de él, cuando utilice Internet, jugando y acompañándole; que entiendan que determinados contenidos de Internet no son adecuados; ni se deben consultar y consumir y mucho menos GENERAR. Siéntate con ellos. Navega con ellos. Enséñales a discriminar contenidos.

2. Las apps sociales móviles contribuyen a la creatividad infantil

Y eso es lo que hay que fomentar. Se pueden grabar mini películas stop-motion con sus juguetes a través de Vine, contar historias con imágenes y elaborar collages en Instagram, transformar fotos en vídeos con VivaVideo. Sin olvidar que antes de eso, el niño ha debido embadurnar sus dedos con pintura de manos, jugar con pinceles, contar historias inventadas y no sé cuántas cosas más. La capacidad creativa no se improvisa, las nuevas tecnologías son solo un instrumento más.

3. La descarga e instalación de apps debe ser supervisada

No, los niños no deben tener la posibilidad de descargarse directamente las aplicaciones que deseen: debe ser un adulto quien las descargue (y controle las claves de descarga), las instale en el dispositivo móvil (sin tarifa de datos, sólo con conexión wifi) y supervise la creación de la cuenta, las condiciones de privacidad y el contenido que el niño/a publica. La tutela y seguimiento es fundamental.

4. El aprendizaje también puede ser conjunto

Porque quizás los padres no conozcan la última aplicación de moda en el colegio. O quizás no tengan muy claro cómo sacarle partido. Pero no eso no les exime de responsabilidad: si tu hijo la va a usar, si le vas a permitir instalarla en su móvil, debes saber en qué consiste y cómo orientarle en su uso. Experimenta. Investiga. Pregúntale. Aún puedes, aún estás a tiempo. Dentro de unos años, ya no. ¿Y para qué le puede servir a un niño Periscope? Viaja con él, revisa qué se está emitiendo en otros lugares del mundo, comprueba cuál puede ser curioso e interesante y visualízalo con él. Que no lo considere una mera app de exhibicionismo en streaming.

5. El uso del dispositivo móvil ha de ser regulado

En tiempos, horarios, circunstancias de uso, lugares. Si hay pre-adolescentes haciendo retransmisiones en pijama a las 2 de la madrugada, desde su dormitorio, a puerta cerrada. Pero, ¿me puedes explicar por qué un niño de 13 años tiene un móvil a mano a la hora en la que se supone que debería estar durmiendo? Y recuerda también: los niños copian pautas de comportamiento; si te ven todo el rato pendiente de tu móvil, ¿qué esperas que hagan ellos?

6. Fomentar la autoconfianza del niño es esencial

Algunos lo tienen grabado a fuego: cuantos más seguidores acumules, más importante eres; cuantos más “likes” registres, más popular; cuantas más visualizaciones de vídeo, más genial. Y por conseguirlo, pueden ser capaces de cualquier cosa. ¿Te sorprende? Conozco a más de un adulto con esa mentalidad. Hazles sentir, cuanto antes, que lo importante son ellos, no los “likes”. Que ellos son quienes deciden qué quieren mostrar y cómo se quieren presentar, no los demás. Que formar parte del grupo no implica renunciar a su propia personalidad.

Y un consejo extra: Hazte su mayor fan. Sígueles, diles cuánto te gusta lo que hacen, comparte sus éxitos, alaba sus virtudes, comenta sus aciertos. En las redes sociales, y sobre todo, en la vida real. Aún estás a tiempo, luego quizás sea ya demasiado tarde.

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