Transcurrida la primera semana del ciclo escolar 2017-2018 y con ella la adrenalina de este momento, viene un momento de análisis de la Educación que se ofrece a los alumnos. La información que se otorga en el ámbito de la sexualidad, es asignatura pendiente y tarea en continua revisión.
Salvador Y. Maldonado
Resulta cuestionable que a estas alturas de la evolución del ser humano, haya quienes se opongan a la educación sexual. Ésta es urgente y necesaria dentro de la dinámica de desarrollo de un ser humano. Su carencia se paga con alto costo.
Dentro de la óptica del pensamiento y doctrina católicos hay mucho por revisar y profundizar para que se transmita a las nuevas generaciones los valores positivos de una auténtica educación de la sexualidad.
Hay problemas complejos de la sociedad contemporánea que remiten a la educación sexual bien cimentada para su prevención, como el embarazo de mujeres adolescentes, la pornografía en el ciberespacio y el reto de que toda persona tenga a su alcance los medios para un equilibrio emocional que le favorezca establecer relaciones humanas positivas, por citar algunos.
El ambiente actual de acceso a la información, trae el reto de formar personas pensantes y con un equilibrio emocional para tener capacidad de discernimiento y de respeto.
El mensaje bíblico del Cantar de los Cantares, un texto en el que se hace un elogio poético de la sexualidad, tiene mucho que aportar para contrarrestar visiones maniqueas y distorsionadas del tema sexual que el catolicismo ha heredado de filosofías ajenas que han impedido aprovechar el lado creativo de la sexualidad. .
Así como algunos pontífices públicamente han reconocido errores de la práctica católica en algunos temas de la cultura universal, vale la pena que también se reconocieran las equivocaciones que se han tenido a lo largo de la historia en la materia sexual. Es de sabios reconocer los errores.
Transparencia y Oportunidad
José de Jesús Parada Tovar
Con disimulado asombro, se dice con frecuencia que los niños de ahora, a diferencia de “los de antes”, están más “despiertos” en materia de sexualidad, y a ello se atribuyen diversos factores: el tema ya no es tabú generalizado; hay contenidos muy explícitos en libros de texto; los padres se desinteresan en el asunto (lo cual quizá se agrava en familias monoparentales o disfuncionales); los Medios de Comunicación, y sobre todo las Redes Sociales, abundan en ese tipo de propuestas que están fuera de control regulatorio, incluyendo la pornografía; etcétera.
Obviamente, en el desarrollo integral humano, en la madurez de la persona, intervienen importantes ingredientes como la instrucción-información, la formación-educación, la experiencia individual, el conocimiento compartido… Y todos estos elementos, además de otros, se entreveran en el binomio hogar-escuela, ese doble riel que en paralelo facilita y conduce a sano fin el crecimiento del menor.
De ahí que, primeramente desde la casa, los papás, con agudeza y prudencia, deben estar muy atentos al correcto desenvolvimiento sexual de sus hijos en edad infantil, despejándoles sus dudas e inquietudes; revisando y cotejando lo que aprenden, escuchan y ven; advirtiendo de riesgos; comunicándose con los maestros para aclarar o complementar puntos de vista.
Fundamental resulta el diálogo sincero en cualquier circunstancia.
El pudor no riñe con la naturalidad, ni la decencia o el recato se contraponen a la libertad, al conocimiento científico, al disfrute y provecho de las relaciones humanas en su más amplia dimensión. Cuestión de valores universales, que deben enseñarse y practicarse desde el seno familiar, sin tapujos y con plena convicción.
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