Lic. Lupita:
Mi esposa me dejó por mis vicios. He buscado ayuda y he cambiado, me doy cuenta de mis errores y pido una oportunidad para demostrar que soy diferente. Sin embargo, ella no me perdona y me duele ver nuestra familia rota. Me he acercado mucho a Dios y siento que no me escucha. Quisiera ser fuerte pero siento que no puedo más.
Pedro F.
Querido hermano en Cristo, Pedro:
Son muchos los hombres que están viviendo situaciones como la tuya. El mundo les convenció de que disfrutaran placeres sin medir consecuencias y finalmente pagan el precio de ese engaño. No estamos aquí para “pasarla bien” sino para ¡hacer el bien!.
Tu esposa puso límites, como debe ser; pero probablemente le han faltado esas virtudes que nos permiten perdonar: Fe, Esperanza y Caridad.
- Fe, para poner toda su confianza en Dios y creer que para Él, ningún ser humano es descartable.
- Esperanza, para prever el buen final cuando somos fieles a la voluntad Divina.
- Caridad, para amar con misericordia a quien nos ha hecho daño y que está mostrando sincero arrepentimiento con palabras y acciones.
Para enfrentar esta dolorosa situación, debes fortalecerte espiritualmente. Practica tú las virtudes teologales antes de pedir que otros lo hagan. San Agustín, San Juan de la Cruz y Santa Catalina de Siena explicaban que existen tres vías hacia la genuina vivencia de dichas virtudes:
- Vía purgativa. Desprendimiento de las cosas materiales. Recordar que Dios sostiene mi existencia. Purificar mi memoria para recordar lo que sí tengo y dar gracias por ello.
- Vía iluminativa. Querer conocer los consejos de Dios. Aplicar mi inteligencia para conocer la Verdad. Entender los criterios de Cristo y generar la convicción de vivir regidos por ellos.
- Vía unitiva. Vivir haciendo en todo momento la voluntad de Dios. Empeñarse en hacerlo, entrenarse en la virtud, desterrando vicios. Fuerza de voluntad y acción.
Encontrarás fortaleza, seguridad y sabiduría cuando aspires a vivir una profunda unión con Dios.
“Busca primero el reino de Dios y su justicia, y todo se te dará por añadidura” (Mt. 6, 33).
Lupita Venegas /Psicóloga
Facebook: lupitavenegasoficial

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