Manuel Cubías – Ciudad del vaticano
La Santa Sede participa en la reunión de alto nivel sobre la protección del clima global y acoge con satisfacción su enfoque en las generaciones presentes y futuras. “De hecho, la centralidad de la persona humana siempre debe reafirmarse en el contexto de la actual de desafíos ambientales”, expresó Mons. Auza.
El Nuncio citó al Papa Francisco: “estamos a tres años y medio de “la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, debemos ser aún más muy conscientes de la importancia de acelerar y adaptar nuestras acciones para responder adecuadamente al grito de la tierra. En realidad, el cuidado genuino del medio ambiente implica no solo atención a nuestro hogar común sino también a nuestros hermanos y hermanas en esta casa”.
Enfoque ético integrado
Por eso, esta realidad, insistió: “exige un enfoque ético integrado que, al mismo tiempo, cuide el medio ambiente mientras combate la pobreza y la exclusión, asegure el goce colectivo del bien común, y fomente la solidaridad intergeneracional”.
Este enfoque ético ya está presente en la Encíclica Laudato si (Ls), donde el Papa nos recuerda que "La solidaridad intergeneracional no es opcional, sino más bien una cuestión básica de justicia, ya que el mundo que hemos recibido también pertenece a quienes nos seguirán” (Ls 159). Por eso, continúa Auza, “tenemos una gran responsabilidad hacia las generaciones futuras, que están representadas por la juventud de nuestra generación actual”.
Responsabilildad y solidaridad generacional
Mons. Auza, subraya con énfasis, citando al Papa Francisco: "Aunque el período postindustrial puede ser recordado como uno de los más irresponsables de la historia, no obstante, hay motivos para esperar que la humanidad en los albores del siglo XXI sea recordada por haber asumido generosamente sus graves responsabilidades " (Ls, 165).
El representante de la Santa Sede ante la ONU prosiguió: “Después de la adopción del Acuerdo de París y del Paquete Climático de Katowice, sabemos lo que la generación actual puede y debe hacer, y sabemos que sabe cómo hacerlo. Lo que a menudo falta es voluntad política y una mayor ambición, así como un sentido de urgencia en la lucha contra la pobreza, la aplicación de medidas de mitigación y adaptación, y en el ámbito financiero y tecnológico, inversiones para un planeta más sano. Las decisiones no deben y ya no deben tomarse en a expensas de la salud del planeta”, finalizó.
Cambios necesarios y urgentes
El Nuncio propone, además, acciones que motiven a cambiar “formas de consumo y estilos de vida que no sólo eviten dañar aún más el medio ambiente, sino, además, contribuyan al proceso de curación de nuestro enfermo hogar común”.
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