Esta imagen es una tomografía computerizada que muestra qué es lo que hace el coronavirus dentro de los pulmones


Uno
Estimados lectores: Ayer escuché (de boca del consejero de salud de Madrid) los últimos datos que se saben sobre el coronavirus. Esos datos nuevos son los que explican qué me ha pasado a mí. Ahora se sabe que cuando una persona se infecta, tarda unos cuantos días, pocos, en librarse de los signos de esa infección: tos, mucosidad, etc. Ahora bien, es después de unos nueve días, cuando la infección se reactiva en un 30% de los infectados, provocando la inflamación de los pulmones.
Dos
Ayer soñé que me caía de la cama y que caía en una carbonera. Sí, caída en un depósito para el carbón de esos que había a principios del siglo XX en el sótano de las casas. Esta carbonera era pequeñísima, poco más grande que un nicho y totalmente oscura. En ese momento, grité pidiendo auxilio para que viniera alguien a sacarme de allí.
Lo malo es que me debí poner a gritar de verdad. Casi seguro que desperté al vecino de al lado. Entonces me desperté. Había sido tan real el sueño que me sorprendí de estar sobre la cama.
Es curioso, en la vida real, no padezco claustrofobia. Me acuerdo del escáner para la hernia discal que me hicieron hace unos doce años en una máquina antigua. Aquello era lo más parecido a estar dentro de un féretro. Pues bien, quedó claro tras casi media hora en ese espacio mínimo que no padezco claustrofobia. Pero, en mis sueños, una vez al año, sí que sueño que quedo encerrado en un lugar oscuro y muy pequeño. Es algo que se repite.
Tres
Arwen nos pasó un link con refranes para el confinamiento. Os pongo aquí algunos:
En Abril, kilos mil.
La curiosidad multó a Paco.
A papel higiénico regalado no le mires la marca.
Más vale estornudo parado, que cien virus volando.
No por mucho madrugar, vas a salir a desayunar.
Aunque la mona se vista de seda, en casa se queda.
No hay cuarentena que cien años dure.
En boca cerrada no entran virus.
Al mal tiempo, buena casa.
Deja para mañana lo que no puedas limpiar hoy.
A cada cerdo le llega su cuarentena.
Todos los caminos llevan a la nevera.
¿A dónde va Vicente? A ningún lado

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