“Pienso al pueblo de Nicaragua que sufre por el atentado a la Catedral de Managua donde ha estado muy dañada, casi destruida, la imagen muy venerada de Cristo que ha acompañado y sostenido durante los siglos la vida del pueblo fiel”, indicó el Papa.
En esta línea, el Santo Padre expresó: “queridos hermanos nicaragüenses, les soy cercano y rezo por ustedes”.
El pasado 31 de julio, una persona no identificada ingresó a una de las capillas de la Catedral de Managua (Nicaragua) y lanzó una bomba molotov que provocó un incendio y destruyó el sagrario y la imagen de la Sangre de Cristo, un hecho que ha sido calificado de “acto de terrorismo” por el Cardenal Leopoldo Brenes.
Se trata de “un acto de profanación totalmente condenable, por lo que debemos permanecer en constante oración para derrotar a las fuerzas malignas”, expresó la Arquidiócesis de Managua en un comunicado.
En la capilla se ubica el Santísimo en su sagrario, y la consagrada y venerada imagen de la Sangre de Cristo, de casi 400 años de antigüedad y ante la cual San Juan Pablo II se arrodilló en su segunda visita a la ciudad en febrero de 1996.
Recientemente, se han producido otros ataques contra capillas en Nicaragua. El más reciente es el producido el 29 de julio, cuando desconocidos profanaron con “saña y odio” la capilla de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en el municipio de Nindirí, en Masaya.
Similarmente, el 27 de julio, desconocidos arrastraron por el suelo el Sagrario de Jesús Sacramentado del Sagrario de la Capilla Nuestra Señora del Carmen, ubicada en la Parroquia Nuestro Señor de Veracruz, Masaya. El párroco, P. Pablo Villafranca, señaló que durante el ataque, destruyeron parte de los muebles y robaron bienes materiales.
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