Diac. José Luis González Santoscoy
¡Cristo ha resucitado!. Es la mayor alegría en la vida del cristiano y el feliz anuncio de la Pascua. Es celebrar que tenemos un Dios que ha traspasado la muerte y que por amor a nosotros nos ha dado una nueva vida con su Resurrección, porque, como dice San Pablo: si Cristo no hubiera resucitado, vana sería nuestra Fe (Cf. 1 Cor 15, 14).
La Pascua de Jesús debe ser también nuestra Pascua; el paso de la muerte a la vida. Ojalá que el deseo del Padre, de darnos vida, sea cumplido en cada uno de nosotros, y que este ambiente pascual se impregne en todas nuestras realidades. Que esta alegría por la Resurrección del Señor nos dé fuerzas y nos impulse a transformar todas las circunstancias de muerte y de pecado en que vivimos; que se logre cambiar la indiferencia en caridad; que se brinde consuelo y sanación a los que sufren; que se conceda Esperanza a los tristes; que se propicie la paz en medio de las guerras. En definitiva, deseamos que nuestro corazón experimente el Amor infinito de Dios, que nos mueve a modificar nuestras vidas, ya que los cristianos no seguimos una doctrina, un libro o un acontecimiento pasado, sino a una Persona viva y siempre presente: el Señor Jesús Resucitado.
Que esta alegría pascual haga resplandecer nuestras vidas y que este acontecimiento también nos haga discípulos fieles que ardan en el corazón para llevar el Mensaje de Vida y Esperanza de nuestro Salvador, seguros de saber que Él vive entre nosotros. Te invito a ser testigo de la Resurrección del Señor, resucitando en tu corazón al pecado y dando signos de una vida nueva. ¡Felices Pascuas!.
@PadreJoseLuisGS
Publicar un comentario