“Hasta los túneles construidos en Gaza son un producto del embargo a su manera: si se pone fin a este asedio, si se abren las calles y se permite la libertad de movimientos de personas y mercancías, si se permite la pesca libre en el mar frente de Gaza, entonces todo podrá hacerse más superficial y nadie tendrá que cavar túneles subterráneos para pasar”, expresó.
En declaraciones a la agencia Fides, el Arzobispo criticó la campaña militar, pues pareciera “que se busca hacer de Gaza una fábrica de desesperados, listos para convertirse fácilmente en extremistas dispuestos a todo”.
Asimismo, señaló que el deseo perverso y ciego de aniquilar al enemigo está convirtiendo a la población civil de Gaza en una víctima a sacrificar. “Basta con mirar los nombres de las víctimas: el 70 por ciento son mujeres y niños. Esto sugiere que, entre los muchos túneles, Hamas no pensó en construir refugios subterráneos para el pueblo”, indicó.
El Arzobispo también pidió pasar de las declaraciones a la ayuda concreta. “Llegan muchas cartas aquí, y les damos las gracias a todos, pero tal vez haya mucha compasión y poca ayuda concreta. Fui a visitar a los heridos fuera de Gaza que están en el Hospital Francés, y me quedé impresionado. Sus familias también necesitan de todo”.
“Nosotros hacemos lo que podemos con Cáritas y los recursos del patriarcado, pero recibimos muy poco apoyo desde el exterior, nos llega muy poca ayuda concreta y efectiva. No es suficiente con mensajes y declaraciones en internet”, expresó.
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