San Rafael, 01 Ago. 20 (ACI Prensa).- La Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) emitió un comunicado este sábado apoyando la decisión del Obispo de San Rafael, Mons. Eduardo María Taussig, de anunciar el cierre del seminario diocesano “Santa María Madre de Dios” para fines de 2020.
“En estos días se ha conocido la noticia del cierre del Seminario de San Rafael, dispuesto por el obispo diocesano Mons. Eduardo María Taussig, en cumplimiento de precisas directivas de la Congregación para el Clero. Como Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina y, recogiendo el sentir del episcopado, acompañamos la decisión de Mons. Taussig, obediente y respetuosa de la comunión con la Iglesia universal y el bien común eclesial”, indica el comunicado de la CEA publicado el 1 de agosto de 2020.
“En la formación sacerdotal -continúa el mensaje-, el obispo debe poder contar con la ayuda de sacerdotes animados evangélicamente, que acojan en su totalidad y sin reservas las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia, principalmente las contenidas en el Concilio Vaticano II”.
“Eso demanda una clara conciencia de las expectativas actuales de la Iglesia: que adhieran fielmente a las exigencias indicadas por el Plan de Formación Sacerdotal (Ratio fundamentalis), en un clima de lealtad con el pastor de la diócesis y una cuidada responsabilidad de los jóvenes a su cargo”, agregó.
Más adelante, los obispos argentinos aseguraron unirse “a los sentimientos del obispo, al presbiterio que adhiere de corazón a su pastor y al santo Pueblo de Dios que peregrina en la pródiga tierra sanrafaelina”.
“Este momento de dolor queremos vivirlo a la luz de la fe, esperanzados en los caminos que nos propone el Señor, abiertos a colaborar con Mons. Taussig en lo que pueda necesitar acerca del discernimiento eclesial y cuidado de las vocaciones a su cargo”, agregaron.
Finalmente, la CEA encomendó a Nuestra Señora de Luján “la vida y la vocación de los jóvenes argentinos, especialmente de quienes integran la comunidad educativa del Seminario de San Rafael”.
En un comunicado publicado el 27 de julio, Mons. Taussig dijo que “el Obispo, junto al Rector y los formadores, acompañarán a los seminaristas en un camino de discernimiento, durante todo este semestre, a fin de ubicarlos, oportunamente, en diversos Seminarios del país de tal modo de asegurarse que puedan continuar su formación al sacerdocio”.
Además, dijo que la medida tomada “aunque muy dolorosa para todos, resulta necesaria”.
Si bien la diócesis argentina no precisó la razón del cierre de su seminario, la controversia más reciente conocida en la que se ha visto envuelta está relacionada con la recepción de la Comunión en la mano durante la reapertura de los templos al culto público en medio de la pandemia de coronavirus COVID-19.
Después del cierre de los templos como medida de prevención para evitar el contagio de COVID-19, Mons. Taussig anunció la reanudación del culto público desde el 16 de junio. Como parte del protocolo decretado por el Obispo, se anunció que “la Sagrada Eucaristía se dará en la mano”.
La disposición del Obispo, de acuerdo a medios locales, causó resistencia entre los seminaristas y algunos laicos, que incluso se reunieron a inicios de julio a rezar el Rosario en el exterior del seminario diocesano.
También circuló entre la prensa local una carta abierta exigiendo a Mons. Taussig que permita la Comunión de rodillas y directamente en la boca.
En un video publicado el 2 de julio, el Obispo de San Rafael lamentó que “hay mucha división, mucho enfrentamiento, mucha desobediencia” en la diócesis argentina, y precisó que “eso no viene de Dios, viene del maligno, que nos tienda bajo especie de bien, de lo más sagrado y sublime, que es la Eucaristía”.
“Y a lo mejor, proponiéndonos cuidarla más de lo que la cuida la Iglesia generamos tanta división, tanto enfrentamiento, tanto dolor”, dijo.
Al final de su mensaje, Mons. Taussig pidió a los fieles que “recemos mucho los unos por los otros”, para “que podamos superar esta tormenta con la luz de la enseñanza de la Iglesia, con nuestra humilde disposición a dejarnos conducir por la Madre Iglesia y con el mejor amor que brota de la Eucaristía y que tiene que llevarnos a ella”.
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