En la rueda de prensa ofrecida hoy, Mons. Luis Argüello, portavoz de la Conferencia Episcopal Española calificó de “preocupante” la situación actual que se vive en España por la pandemia y aseguró sentirse “perplejo” porque “se nos convoca por los responsables políticos y sociales a la unidad y sin embargo, son lanzadas al camino muchas piedras de división”.
“Desde el principio de la pandemia el eslogan oficial es “juntos, unidos” pero observamos esta piedras de división lanzadas al camino de nuestra andadura”, aseguró el portavoz de la CEE.
Una de estas “piedras de división” es la Ley Celaá sobre la que habló Mons. Argüello.
El pasado 24 de septiembre, los partidos PSOE y Podemos acordaron 52 enmiendas a la LOMLOE, (Ley Orgánica de Modificación de la Ley Orgánica de Educación) también conocida como Ley Celaá, en las que principalmente presionaban a la escuela concertada dejándola fuera del reparto de fondos públicos, entre otros.
De ser así haría imposible el sostenimiento económico de la escuela concertada, que principalmente corresponde a escuelas con ideario católico y en la que estudian en España más de 2 millones de alumnos.
Según informó Mons. Argüello, el pasado mes de julio él y otros miembros de la Comisión episcopal de enseñanza mantuvieron un encuentro con la Ministra de Educación, Isabel Celaá en donde mostraron su voluntad de diálogo para alcanzar un pacto educativo.
“Ofrecimos una propuesta que quería ser de integración novedosa de la clase de religión y de su asignatura espejo en valores cívicos y ciudadanos. Se nos dijo que sería estudiada y no hemos recibido respuesta. Sin embargo, las respuestas de facto son la enmiendas que se han realizado, especialmente por los grupos que están sosteniendo al actual gobierno que ciertamente preocupan mucho, porque van en línea de agudizar lo que ya nos preocupaba en el anteproyecto y en el actualmente aprobado en la Cortes y que está sometiéndose a enmiendas”.
En ese sentido, Mons. Argüello aseguró que estas enmiendas “disminuyen la libertad de educación e introducen una anacrónica sospecha a lo que pueda suponer la propuesta educación humanista en la educación religiosa y en la propia escuela” y destacó que “cercena la libertad de los padres”.
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