Obispos apoyan ley que evita que atletas transexuales compitan con mujeres en EE.UU.

, 29 Oct. 20 (ACI Prensa).- La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) se expresó a favor de una nueva legislación que busca evitar que deportistas hombres transexuales o con discordancia de identidad de género compitan en equipos y competencias para mujeres y niñas.

El 27 de octubre, representantes de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos felicitaron a la senadora Kelly Loeffler, republicana de Georgia, y a William Gregory Steube, republicano representante de Florida, por ser los patrocinadores de las versiones del Senado y de la Cámara de Representantes del proyecto de ley.

La Ley de Protección de Mujeres y Niñas en los Deportes evitaría que las entidades que reciben financiamiento público del Título IX, ley federal que protege contra la discriminación basada en el sexo, permitan que los estudiantes varones participen en programas y equipos deportivos para estudiantes mujeres.

Los representantes de la (USCCB) que enviaron la carta fueron el Obispo de Oakland, Mons. Michael C. Barber, líder del Comité de Educación Católica; y el Obispo de Tulsa, Mons. David A. Konderla, presidente del Subcomité de Promoción y Protección del Matrimonio de la Conferencia.

“Los jóvenes que experimentan discordancia de identidad de género deben tener garantizado el derecho a participar en, o hacer pruebas para, el atletismo estudiantil en los mismos términos que cualquiera de sus pares, en actividades mixtas o, cuando los sexos estén separados, de acuerdo con su sexo”, señalaron.

Los obispos también recordaron que “el acoso o discriminación injusta contra ellos [los estudiantes con discordancia de género] en este sentido es inequívocamente inmoral” y alentaron a tener una “respuesta amorosa” con ellos.

Brindar una respuesta amorosa ayudaría a estos estudiantes a desarrollar “una paz genuina con su mente y cuerpo, en lugar de facilitar ‘transiciones’ drásticas en busca de una identidad totalmente independiente de su cuerpo físico”, dijeron.

Sin embargo, los obispos subrayaron que permitir que los estudiantes varones participen en atletismo con niñas “puede ser injusto e inseguro, especialmente en los deportes de alto contacto”.

En relación a la injusticia, afirmaron que si bien algunas mujeres han podido jugar con éxito en deportes principalmente masculinos, “una política que facilita que compitan varones [contra mujeres] le quita una oportunidad atlética a una mujer” y esto representa “una pérdida para la justicia básica y el espíritu del Título IX”.

Al respecto, en la actualidad varias atletas de pruebas de pista están demandando a la Conferencia Atlética Interescolar de Connecticut luego de que dos estudiantes nacidos hombres, pero que se identifican como mujeres, ganaran las competencias de pista de mujeres a nivel estatal. Las atletas argumentaron que los dos corredores les quitaron oportunidades de competir a nivel nacional y estatal.

En relación al tema de inseguridad, los obispos dijeron que la estatura de los atletas “también puede plantear problemas de seguridad física en los deportes de alto contacto”. “En general, los hombres poseen distintas ventajas físicas en varios deportes, y esto ya se está manifestando en eventos deportivos en todo el mundo”, agregaron.

Sobre el tema físico, los obispos fueron enfáticos al afirmar que los procedimientos hormonales no son la solución para “remediar” las diferencias físicas y que por el contrario, son perjudiciales para el desarrollo corporal y la salud.

“Ninguna de estas preocupaciones se remedia con procedimientos de hormonas cruzadas, que son requeridos por algunas asociaciones atléticas para la participación en deportes del sexo opuesto, pues no abordan completamente las disparidades en la masa muscular promedio, las características óseas y la capacidad pulmonar una vez que la pubertad está en marcha, [que suele ser el caso de los estudiantes deportistas]”.

Los obispos también expresaron su preocupación de que someterse a varias terapias hormonales para parecerse mejor al género elegido podría ser perjudicial para un atleta.

“Lupron” es un fármaco de quimioterapia que con frecuencia se prescribe para usos diferentes de lo que fue creado, específicamente como “bloqueador de la pubertad” para niños que buscan cambiar su sexo. Este medicamento tiene el efecto secundario de reducir la densidad ósea.

Para los obispos, la “Ley de Protección de Mujeres y Niñas en los Deportes abordaría estas preguntas cada vez mayores en el importante contexto de la educación, desde la escuela primaria hasta la universidad, y restablecería un campo de juego justo y seguro para todos los niños y adultos jóvenes”.

“Podemos hacerlo mejor para todos los estudiantes, y debemos continuar manteniendo el progreso logrado con el Título IX en la promoción de oportunidades para mujeres y niñas”, concluyeron.

Traducido y adaptado por Cynthia Pérez. Publicado originalmente en CNA.

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