Papa Francisco: Seamos guardianes de la belleza de la familia

VATICANO, 19 Mar. 21 (ACI Prensa).- El Papa Francisco exhortó a apoyar y defender a la familia “para salvaguardar los vínculos que son necesarios para vivir bien y para hacer la humanidad más fraterna” este 19 de marzo, Solemnidad de San José, con ocasión de la apertura del Año de la Familia Amoris laetitia.

Así lo indicó el Santo Padre en un mensaje enviado a los participantes de la reunión en línea “Nuestro amor cotidiano” organizado por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, junto a la Diócesis de Roma y el Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II con ocasión de la apertura del Año “Familia Amoris laetitia”.

Este Año de la Familia será coordinado por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, y concluirá el 26 de junio de 2022, con el décimo Encuentro Mundial de las Familias que se realizará en Roma.

En su mensaje, el Papa recordó que hace cinco años fue promulgada la Exhortación apostólica post sinodal Amoris laetitia “sobre la belleza y la alegría del amor conyugal y familiar” por lo que en este aniversario invitó a “vivir un año de relectura del documento y de reflexión sobre el tema”.

“En este quinquenio, Amoris laetitia ha trazado el inicio de un camino intentando impulsar un nuevo enfoque pastoral de la realidad familiar. La intención principal del documento es comunicar, en una época y una cultura profundamente cambiadas, que hoy es necesaria una nueva mirada sobre la familia por parte de la Iglesia”.

“No basta con reafirmar el valor y la importancia de la doctrina, si no nos convertimos en guardianes de la belleza de la familia y si no cuidamos con compasión sus flaquezas y heridas”, advirtió el Papa.

En esta línea, el Santo Padre destacó los dos aspectos que son “el corazón de toda pastoral familiar: la franqueza del anuncio evangélico y la ternura del acompañamiento”.

Por una parte, el Papa señaló el anuncio a las parejas, a los cónyuges y a las familias de “una Palabra que los ayude a acoger el sentido auténtico de su unión y de su amor, signo e imagen del amor trinitario y de la alianza entre Cristo y la Iglesia” que “es la Palabra siempre nueva del Evangelio a partir de la cual puede tomar forma toda doctrina, incluida la de la familia”.

Al mismo tiempo, el Santo Padre reconoció que se trata de “una Palabra exigente, que quiere liberar a las relaciones humanas de la esclavitud que muchas veces desfigura su rostro y las vuelve inestables: la dictadura de las emociones, la exaltación de lo provisional que desalienta los compromisos para toda la vida, el predominio del individualismo, el miedo a el futuro”.

“Ante estas dificultades, la Iglesia reafirma a los esposos cristianos el valor del matrimonio como proyecto de Dios, como fruto de su Gracia y como llamada a ser vivida con totalidad, fidelidad y gratuidad”. 

“Este es el camino para que las relaciones, incluso a través de un camino marcado por fracasos, caídas y cambios, se abran a la plenitud de la alegría y la realización humana y se conviertan en levadura de fraternidad y amor en la sociedad”, afirmó el Papa.

Por otro lado, el Santo Padre recordó que este anuncio “nunca debe darse desde arriba y desde fuera” sino que la Iglesia está encarnada “en la realidad histórica como lo ha estado su Maestro, e incluso cuando proclama el Evangelio de la familia lo hace sumergiéndose en la vida real, conociendo de cerca el esfuerzo diario de los cónyuges y padres, sus problemas, sus sufrimientos, todas esas pequeñas y grandes situaciones que pesan y a veces entorpecen su camino”.

En este sentido, el Papa recordó el título de la iniciativa “Nuestro amor cotidiano” para señalar la importancia del “amor generado por la sencillez y el trabajo silencioso de la vida de pareja, por ese compromiso diario y a veces fatigoso que realizan los esposos, madres, padres, hijos” ya que “un Evangelio que se proponga como doctrina descendiente de arriba y no entre en la ‘carne’ de esta cotidianidad, correría el riesgo de quedar como una bella teoría y, a veces, de ser vivido como una obligación moral”.

“Estamos llamados a acompañar, a escuchar, a bendecir el camino de las familias; no solo para trazar la dirección, sino para hacer el viaje con ellos; entrar a los hogares con discreción y con amor, decir a los cónyuges: la Iglesia está contigo, el Señor está cerca de ti, queremos ayudarte a conservar el regalo que has recibido”, afirmó el Papa.

De este modo, el Santo Padre invitó a “proclamar el Evangelio acompañando a las personas y poniéndose al servicio de su felicidad: así podemos ayudar a las familias a caminar de una manera que responda a su vocación y misión, conscientes de la belleza de los vínculos y de su fundamento en el amor de Dios Padre e Hijo y Espíritu Santo”.

Asimismo, el Papa subrayó que “la gramática de las relaciones familiares -es decir, de las relaciones conyugales, maternidad, paternidad, filialidad y fraternidad- es la vía a través de la cual se transmite el lenguaje del amor, que da sentido a la vida y calidad humana a toda relación”.

“Es un lenguaje compuesto no solo de palabras, sino también de formas de ser, de cómo hablamos, de las miradas, gestos, tiempos y espacios de nuestra relación con los demás”.

En este contexto, el Papa Francisco dijo que “también se produce la transmisión de la fe entre generaciones: pasa precisamente por el lenguaje de las buenas y sanas relaciones que se viven en la familia todos los días, especialmente cuando se enfrentan juntos los conflictos y las dificultades”.

Además, el Papa subrayó que “en esta época de pandemia, entre tantos malestares psicológicos, económicos y de salud, todo esto se ha hecho evidente: los lazos familiares han sido y siguen siendo severamente probados, pero al mismo tiempo siguen siendo el punto de referencia más fuerte, el apoyo más fuerte, protección insustituible del sello de toda la comunidad humana y social”.

“¡Apoyemos, pues, a la familia! Defendámosla de lo que compromete su belleza. Acerquémonos a este misterio del amor con asombro, discreción y ternura. Y comprometámonos a salvaguardar sus preciosos y delicados vínculos: hijos, padres, abuelos... Estos vínculos son necesarios para vivir y vivir bien, para hacer la humanidad más fraterna”, dijo el Papa.

Por último, el Papa Francisco recordó que “el año dedicado a la familia, que hoy inicia, será un tiempo propicio para avanzar en la reflexión sobre Amoris laetitia” y agradeció al Instituto Juan Pablo II por su contribución “en el diálogo con las instituciones académicas y pastorales, al desarrollo de la atención humana, espiritual y pastoral para el apoyo de la familia” por lo que confío su trabajo a la Santa Familia de Nazaret.

La reunión en línea “Nuestro amor cotidiano” se realizó para abrir las iniciativas dedicadas al Año de la Familia.

El evento online se llevó a cabo este viernes 19 de marzo a partir de las 3:00 p.m. (hora de Roma) y tuvo dos partes. La primera se centró en el “quinto aniversario de la Amoris laetitia”, y la segunda en las “perspectivas teológicas”.

Entre los relatores que participaron a la iniciativa estuvieron el prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, Cardenal Kevin Joseph Farrell; el Vicario del Papa para la Diócesis de Roma, Cardenal Angelo De Donatis; y el gran canciller del Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II, Mons. Vincenzo Paglia.

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