El primer decreto reconoce un milagro atribuido a la intercesión del Beato Ludovico da Casoria (en el siglo: Arcangelo Palmentieri), italiano (1814-1885) sacerdote profeso de la Orden de los Frailes Menores y Fundador de la Congregación de las Religiosas Franciscanas de Santa Isabel, llamadas Bigie.
El otro milagro es atribuido a la intercesión del Beato Amato Ronconi, italiano (1226- 1292) de la Orden Tercera de San Francisco, Fundador del Hospicio de los Peregrinos de Saludecio, actualmente Casa de Reposo/Opera Pia Beato Amato Ronconi.
Asimismo, se reconocieron las virtudes heroicas del Siervo de Dios Alain-Marie Guynot de Boismenu, francés (1870-1953) de la Congregación de los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús; quien fue Arzobispo y Vicario Apostólico de Papúa. También se reconocieron las virtudes heroicas del Siervo de Dios Wilhelm Janauschek, austriaco, (1859-1926), sacerdote profeso de la Congregación del Santísimo Redentor.
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