Confirmaciones en Ameca
Jorge Hernández Aguirre
María nos recuerda nuestra meta última, el cielo, ella nos promete su auxilio y compañía, pero Cristo nos da su Espíritu para que esté con nosotros toda la vida y vayamos por el mundo haciendo siempre el bien, señaló el Arzobispo de Guadalajara, Cardenal José Francisco Robles Ortega, en su visita a Ameca, donde confirmó a 60 jóvenes, en la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe.
Ahí recordó que si Cristo, a través de los sacramentos, nos llama a participar de su mismo Espíritu, es para que seamos sus testigos en la Parroquia, en la familia, en la escuela, en la calle, en el trabajo, o en cualquier actividad que desarrollemos.
Además, con motivo de la festividad de la Asunción de la Virgen, señaló que, como cristianos, siempre debemos tener presente nuestro fin último, que es gozar de la vida eterna, y para ello, nuestra Madre, nos recuerda que nuestro paso por la tierra es pasajero, ya que cada día que pasa, estamos más cerca de llegar al Cielo.
“Los jóvenes piensan que la energía que tienen va a durar siempre, sienten que todo ese brío, esa ilusión, esos anhelos, sueños que les hacen sentir tan bonito, van a durar para siempre, no, la juventud es una etapa como la infancia, como la niñez, y después la madurez, la vida adulta, la ancianidad, y después se acaba. No olvidemos nuestro destino que nos señala y nos recuerda la Santísima Virgen María, nuestra Madre no sólo nos señala el destino y el camino, ella nos espera, nos cuida, nos mira con los mismos ojos con que miró a su hijo aquí en la tierra, nos abraza con los mismos brazos con que abrazó a su hijo Jesucristo, porque ella está en el cielo en cuerpo y alma”.
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