Hoy voy a atender a algunos comentaristas


Mañana diré algo más sobre la bula Cum ex apostolatus officio. Perdonad que ayer no tradujera el texto largo, pero es que traducirlo entero me hubiera llevado mucho rato. Sencillamente, no disponía de ese tiempo. Hoy, domingo, sí que quiero responder a algunos comentaristas. 

Un tal Rafael María de la Cruz ha escrito:

Don Fortea y no será que usted está defendiendo la herejía de Bergoglio, porque anda detrás de la posición abierta tras la muerte del padre Gabriel Amorth, exorcista oficial del Vaticano. 
¿no será eso que siendo usted un teólogo y que conoce la doctrina católica. 
Cuidado don Fortea pues ese puesto puede representar las 30 monedas de plata, por las que Judas iscariotes vendió al Cristo de la gloria.

Respuesta: Estimado Rafael, si para defender a la Iglesia, tienes que injuriar a alguien, pregúntate si estás haciendo bien las cosas. Las palabras de Jesús fueron muy duras respecto al juicio. Tú no sabes qué hay en mi corazón ni en mis deseos.
Rodolfo me escribía lo siguiente:

José Antonio Fortea (no como Sacerdote sino al hombre):

Llevo unos cuantos años de seguirte y leer artículos tuyos, además del “Summa Daemonica”. Fuí tu vecino por unos días que estuviste en El Salvador y promocioné tu charla; ansié asistir pero no pude. Mi papá llegó a conversar contigo en tu lugar de estancia.

Te pido contestes esto: ¿Porqué especificó en mantener el título de Papa Su Santidad Benedicto XVI? No hay que saber mucho para entender el jaque.

OJO: Cabe recordar que el bicefalismo está prohibido en La Iglesia.


Respuesta: Me imagino que lo de “al hombre” es porque sabes acerca del respeto que todos los santos han enseñado hacia los sacerdotes. Pero si me pegaras una bofetada, no podrías decir antes Dios: “Se la he dado al hombre, no al sacerdote”. Para bien (si me haces el bien) o para mal (si me haces el mal) mi sacerdocio y mi humanidad están unidos en mi persona. Así que esa distinción no puedes usarla al referirte a los pastores, porque no puedes dividir lo que Dios para la toda la eternidad ha unido por su poder y autoridad.

Sobre el asunto del que hablas escribí un largo artículo que lo puedes leer en mi libro Ex Scriptorium. También lo puedes leer directamente en este link:

La teorías acerca de que el Papa Benedicto no ha renunciado van contra todo sentido común: contra las palabras del Papa Benedicto y su obrar. En el fondo, creéis a sembradores de fantasías, frente a la Iglesia. Les creéis más a ellos, unos cuantos periodistas, más que los pastores. Curiosamente, hasta los lefebvristas ven con claridad lo que vosotros no veis. Hasta ellos reconocen en Francisco al verdadero, legítimo, indudable y único Vicario de Cristo.
Las palabras de una comentarista llamada Esther sí que definieron correctamente la situación y sus líneas me parecen una buena conclusión ante todo este torrente de fantasías. Esther escribió:

Caudales de odio y de veneno contra el.Santo. Padre y los sacerdotes de la Iglesia católica corren y corren río.abajo, rumbo el infierno, intentando sembrar desunión y división y desobediencia.!!!!

Es extraño… entre más gritan e insultan, entre más ladran, entre más despiden su odio, mayor es nuestro convencimiento, Nuestra fe, nuestro temor a Dios y amor a su Santa Iglesia y a su Vicario el Santo Padre Francisco.

Con todo, esos ladridos de furia y soberbia, habrán de ser escuchados con atención, en el sentido que nos indican que fácil podríamos estar ladrando como perros cancerberos.

Dios.se apiade de todos nosotros. Que extraño suena aquel ladrido sumo de NO SERVIRÉ. Es una.


Y antes, la misma Esther, había compartido este precioso comentario tan igualmente acertado:

Si alguien mira las vidrieras de una antigua catedral desde la calle, no verá más que trozos de vidrio oscuros unidas por tiras de plomo negro; pero si atraviesa el umbral y las mira desde dentro, a contraluz, entonces verá un espectáculo de colores y de figuras impresionantes. Lo mismo ocurre con la Iglesia. El que la mira desde fuera, con los ojos del mundo, no ve más que lados oscuros y miserias; pero el que la mira desde dentro, con los ojos de la fe y sintiéndose parte de ella, verá un cuerpo bien ensamblado, una esposa sin mancha, un gran misterio. Los que estamos dentro, divisamos esta vidriera con la luz que desprende el Espíritu Santo.

Os pido disculpas de que no he podido leer todos los comentarios. Sólo unos pocos. A algunos les he podido contestar, otros no merecían que empleara ningún tiempo en hacerlo. Lo mejor que podemos hacer todos es ignorar a algunos. Yo tampoco puedo estar borrando continuamente comentarios. Pero rezad por algunas personas que por sus comentarios veis que lo necesitan.

Desgraciadamente, lo que vemos en este blog se ve en algunos rincones oscuros de la Iglesia: el crecimiento denso de semillas de división. Sólo hay un obispo de Roma, sólo hay un Sucesor de Pedro. Jorge Mario Bergoglio se cambió el nombre para simbolizar que, desde que fue elevado al solio de Pedro, tenía que ser una nueva persona. El antes llamado Jorge Mario Bergoglio ahora es la cabeza de su Santa Iglesia.
Acabo con unas palabras de Jesucristo:

El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió (Mt 10,40).
Así que cada uno se coloque en esta contienda en el lado que quiera, pero es una decisión que tiene consecuencias.

Vivimos en una época en la que estamos rodeados de paganos. Lamentablemente, dentro de casa algunos siembran la división, porque han decidido creer a novelistas y periodistas más que a los legítimos pastores. 

Que cada uno siga su camino. A sabiendas de que cada camino tiene consecuencias para el alma. Como Jesús dijo: El que no entra por la puerta (…) es ladrón.

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