Jorge Rocha
Hace unos días, varias agrupaciones y colectivos políticos presentaron ante el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Jalisco, sus peticiones de convertirse en nuevos partidos políticos locales, destacan los casos de Wikipolítica y de Hagamos.
En el caso del primer colectivo, Pedro Kumamoto y varios de los que fueron candidatos independientes a diputaciones federales y locales en las pasadas elecciones decidieron, luego de un proceso largo de discusión interna, que tratarán de convertirse en partido político con el nombre de Futuro. Los que apoyan esta decisión argumentan que si los wikis hubieran competido en las pasadas elecciones como partido político, hubieran obtenido el registro electoral y muy seguramente tendrían una bancada en el Congreso actual y, por supuesto, tendríamos una configuración distinta en el poder Legislativo del estado. Los que critican esta decisión aseguran que los wikis perdieron la esencia política que tenían y que serán un partido político más en el escenario social de Jalisco.
Por otro lado, la agrupación política Hagamos fue creada por el diputado perredista Enrique Velázquez y por la diputada de MC, Mara Robles. Esta agrupación busca ser partido político local y muy seguramente abanderará la agenda de libertades que desde hace tiempo defiende el diputado Velázquez. Más allá de estar a favor o en contra de sus posturas, me parece importante que aparezcan opciones de esta naturaleza en el espectro político de Jalisco. Ahora bien, los detractores de este proyecto cuestionan que Hagamos será utilizado como herramienta política del llamado Grupo Universidad de Guadalajara.
Cada una de estas iniciativas tiene argumentos a favor y en contra, sin embargo, desde mi particular punto de vista, si estos institutos políticos buscan convertirse en partidos alejados de los vicios y de las viejas prácticas políticas de los partidos tradicionales en México, deberán cumplir con al menos cuatro asuntos:
- Volver a una verdadera tarea de representación. Se supone que los partidos son expresiones de ciertos sectores de la sociedad y que enarbolan los ideales de amplios colectivos sociales. Hoy por hoy, los partidos tradicionales en México sólo se representan a sí mismos y buscan reproducir sus intereses por encima de todo. Si estas iniciativas buscan tener éxito, deberán recuperar y hacer visibles las necesidades sociales de colectivos y grupos sociales, sobre todo de los más marginados.
- Una de las críticas más recurrentes a los partidos políticos tradicionales es su enorme presupuesto y la opaca forma de utilizarlos. La ostentación y el derroche de recursos son prácticas que la sociedad repudia en la clase política y es precisamente uno de los puntos nodales a transformar en los nuevos institutos políticos donde la transparencia radical, la rendición de cuentas y la austeridad sean un sello de los nuevos partidos políticos.
- Otro de los asuntos claves para los nuevos partidos políticos es la democracia interna. Tanto en los partidos tradicionales como en los partidos emergentes, hay cúpulas y liderazgos que definen todo, que imponen reglas, que asignan candidaturas, que ponen en los cargos importantes a las personas que les son leales, que colocan sus posturas personales como las posturas del partido y que simulan democracia interna. Una de las prácticas que más lastiman a las militancias partidarias, es precisamente la inexistencia la democracia interna, que no permite que los mejores cuadros avancen y que produce un uso utilitario del tiempo y los recursos de las y los militantes. Es fundamental que los nuevos partidos no caigan en este tipo de prácticas autoritarias.
- Es muy común que los partidos en sus expresiones locales, sigan a pie juntillas los lineamientos, las reglas, los acuerdos y la asignación de cargos que se hace desde las agendas nacionales. No es raro ver como las campañas locales son copias, a veces muy malhechas, de las campañas nacionales. La existencia de partidos locales rompe de facto con este tipo de prácticas y vuelve a colocar la agenda local, como la agenda prioritaria para el nuevo instituto político.
Es necesario que en todo el país empecemos a transitar hacia partidos más útiles a la ciudadanía y que no sigan siendo el espacio de la reproducción de los privilegios de unos cuantos.
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