Durante la Audiencia General celebrada este miércoles 29 de abril en la Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano, el Santo Padre señaló que “es doloroso recordar que, en este momento, hay muchos cristianos que padecen persecuciones en varias zonas del mundo, y debemos esperar y rezar para que cuanto antes sus tribulaciones se acaben”.
“Son muchos. Los mártires de hoy son más que los mártires de los primeros siglos. Expresemos a estos hermanos y hermanas nuestra cercanía: seamos un único cuerpo, y estos cristianos son los miembros ensangrentados del cuerpo de Cristo que es la Iglesia”.
Asimismo, subrayó que “en las persecuciones siempre está la presencia de Jesús que nos acompaña, la presencia de Jesús que nos consuela, y la fuerza del Espíritu que nos ayuda a ir adelante. No nos desanimemos cuando una vida coherente del Evangelio provoca la persecución de la gente. Tenemos al Espíritu que nos sostiene en este camino”.
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