Recientemente se iniciaron los trámites parlamentarios para la aprobación de una nueva propuesta que regule la enseñanza escolar en España en el futuro próximo.
Por eso aseguró que “es importantísimo y decisivo”, “es responsabilidad que no se puede dejar, el actuar y moverse” y aseguró que los “padres y Centros educativos, profesores y titulares de los centros católicos tenéis el deber de defender a los hijos y de exigir lo que les corresponde en derecho propio e inalienable”.
“Vuestros deberes y derechos deben ser respetados. Así es como se edifica una sociedad democrática y en verdadera convivencia”, destacó y recordó que “todavía hay tiempo para rectificar. Nunca es tarde”.
En la carta, el Cardenal Cañizares “pidió y exigió” tanto al Gobierno de la Nación como al de la Comunidad Valenciana, “que no se cierren puertas, que se oiga el clamor de los ciudadanos y de las fuerzas sociales, que se dialogue y se prosiga el camino para encontrar soluciones justas y precisas que respeten y garanticen eficazmente el derecho que los padres están reclamando y defendiendo amparados en la Constitución, tanto en los centros estatales como en los de iniciativa social, con medios legítimos a su alcance”.
Y por eso insistió en que “la educación de las nuevas generaciones nunca debería ser objeto de confrontación y de división” y si esto está sucediendo “es señal de que algo no se ha hecho, o no se está haciendo bien”.
“Es tiempo de buscar el encuentro y llegar al acuerdo”, aseguró, para ello animó a “rectificar en lo que sea justo y necesario” y por eso propuso “una moratoria”, para “parar o ralentizar la aprobación de la nueva propuesta legislativa”.
“¿Por qué tanta prisa y celeridad? Con toda sencillez, estamos convencidos de que si así se procediese ganaríamos todos”, aseguró y pidió a Dios para que “Él nos ayude a cuantos estamos implicados de una manera u otra en la decisiva e importantísima labor educativa”.
El Cardenal Cañizares destacó también que son los padres “quienes debéis y podéis reclamar lo que es vuestro y os pertenece, pertenece, además, al bien común” y recordó que su deseo es que “vuestros hijos sean bien formados en todos los órdenes como personas, también en sus deberes cívicos, pero que no sean instrumentalizados fuera de lo que son esos deberes cívicos exigibles por el bien común y en correspondencia con el bien de la persona y la verdad del hombre”.
En ese sentido también animó a los padres católicos para que cumplan “el deber que tenéis de pedir para vuestros hijos la Formación Religiosa y Moral Católica”.
“Por eso vosotros, que con tanta claridad y constancia venís eligiendo esta formación, sed congruentes y reclamad que ninguna otra enseñanza moral impuesta distorsione vuestra elección: en el interior de vuestros hijos se generaría, de hecho, una contradicción que no podría educar su personalidad”, aseguró.
“Agradezco y aliento de todo corazón a tantos padres que sintiendo vuestra responsabilidad y deber de padres, reclamáis lo que es justo y exigible en materia educativa. No desfallezcáis en modo alguno”, destacó y recordó que las motivaciones que mueven a los padres a actuar no son “la rebeldía o la oposición de nadie”, sino el reclamo, “exigencia y defensa de vuestros justos derechos con los que cumplís, nada más y nada menos, con los deberes que tenéis para con vuestros propios hijos y para con la sociedad misma”
Y les animó a no tener miedo porque, según afirmó, “no pedís nada que no os corresponda”.
El Arzobispo de Valencia agradeció la “gran labor” que realizan los profesores de Religión y les animó a no desalentarse ante las dificultades porque “sin duda alguna, estáis llevando a cabo una de las tareas más decisivas para el futuro de vuestros alumnos”; así como a los “profesores cristianos y educadores que estáis actuando conforme a la razón y a la verdad, y os esforzáis tanto en esa nobilísima tarea de la educación, donde se edifica en buena medida el futuro de los hombres y de la sociedad por el aprendizaje de ser hombres conforme a la verdad del ser personas, y os esforzáis y lucháis día a día por una educación integral”.
Recordó también a los colegios católicos “tanto de titularidad diocesana como de otras instituciones religiosas. Sois de iniciativa social y os ampara el derecho que nadie os puede negar. A todos los que trabajáis en ellos que Dios os pague la obra y el servicio que en nombre de la Iglesia estáis llevando a cabo: la educación cristiana, que es sin duda obra de evangelización y de renovación de la humanidad, escuela y aprendizaje de ser hombres libres en la verdad y constructores de una sociedad justa, fraterna y en paz”.
Puede leer la carta íntegra AQUÍ.
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