Como preparación para el reinicio del culto público, la diócesis estadounidense comenzó una novena el 29 de mayo en la que pide, además de las intenciones particulares, “en acción de gracias por todos nuestros sacerdotes que han seguido ofreciendo Misas transmitidas en vivo para todos en la Diócesis de Laredo”.
“Rezamos por la seguridad de todos los fieles que regresarán a Misa, y por la continua protección de los parroquianos en riesgo que permanecen en casa y siguen estando unidos con Dios a través de actos de comunión espiritual”, indicó la Diócesis.
El 22 de mayo, el Obispo de Laredo, Mons. James Anthony Tamayo, decretó “el restablecimiento de la celebración pública de Misas en la diócesis de Laredo”, y precisó que “esta medida entrará en vigencia en las vísperas del 6 de junio del 2020 y seguirá vigente hasta nuevo aviso”.
El Prelado explicó que “el bienestar de todos los hermanos y hermanas que peregrinamos juntos en la fe en los siete condados que conforman nuestra Iglesia local siempre ha sido mi principal preocupación”.
Mons. Tamayo explicó que la decisión previa de suspender el culto público el 18 de marzo se debió a la “preocupación y por la prevención de la propagación del nuevo coronavirus (COVID-19)”, y la realizó “tras consultar con otros Obispos en Texas, líderes clave a nivel diocesano, autoridades civiles y el Código de Derecho Canónico”.
A pesar que las Misas con fieles se reanudarán el 6 de junio, el Obispo de Laredo subrayó que “la dispensa sobre la obligación de participar en la Misa los Domingos y Días Santos de Obligación para todos los fieles en la Diócesis de Laredo otorgada el 19 de marzo del 2020 permanece vigente hasta nuevo aviso”.
“Esto significa que los fieles están exentos de su obligación moral de asistir a la celebración pública de la Misa los Domingos y Días Santos de Obligación”, señaló.
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