El 13 de mayo de 1981 en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, Mehmet Alí Agca disparó en varias oportunidades contra el Papa San Juan Pablo II. Herido, el Santo Padre fue conducido al Hospital Gemelli, donde permaneció durante varios meses.
San Juan Pablo II expresó públicamente su perdón al turco en varias oportunidades, pero en el encuentro de 1983 el ofrecimiento lo hizo en persona.
El encuentro de diciembre de 1983 se realizó en la cárcel de Rebibbia en Roma, donde Agca cumplía su condena.
Sin embargo, tal como reveló en 2011 el entonces vocero vaticano, Joaquín Navarro Valls, de parte del turco no hubo “ninguna palabra de perdón”. “Estaba (Agca) obsesionado con lo que había leído en los diarios. Solo le preguntó por el tercer secreto de la Virgen de Fátima”, dijo.
En el año 2000, Ali Agca fue indultado por el presidente italiano. Sin embargo, al llegar a Turquía fue nuevamente encarcelado por los varios delitos que tenía pendientes con la justicia de su país.
En 2010 fue puesto en libertad y llevado a un hospital militar para ser revisado y ver si podía servir en el ejército turco. Sin embargo, uno de sus abogados, Yilmaz Abosoglu, reveló a la prensa internacional que Agca fue encontrado mentalmente inestable y fue eximido.
En 2013 Agca publicó el libro “Me prometieron el paraíso. Mi vida y la verdad sobre el atentado al Papa”, donde culpó al ayatola Jomeini de Irán de haber ordenado el ataque. Esta afirmación fue desmentida por el P. Federico Lombardi, en ese momento vocero vaticano, al advertir que el turco reinventó la conversación que tuvo con San Juan Pablo II.
“¿Tenemos que creer esta vez a Agca? Yo creo que no”, escribió el P. Lombardi en un texto difundido el 1 de febrero de 2013.
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