Ante la reciente aprobación por parte de los diputados de España del proyecto de ley de eutanasia, un médico especialista advirtió que esta legislación pondrá presión sobre los enfermos más frágiles y sobre el ejercicio de la medicina.
El Congreso de los Diputados de España aprobó el jueves 17 de diciembre el proyecto de ley de eutanasia, un paso decisivo para su legalización una vez supere el trámite del Senado.
Algunos temen que esta ley suponga un obstáculo para los enfermos a la hora de acceder a los cuidados paliativos.
En declaración a ACI Prensa, el médico especialista en cuidados paliativos, doctor Carlos Centeno, profesor en la Universidad de Navarra y miembro de la Pontificia Academia para la Vida, señaló que “la nueva ley pone presión sobre los enfermos frágiles y sobre la medicina: deja a los enfermos y a los médicos en una muy mala situación”.
La aprobación de la ley de eutanasia “no es algo para celebrar, yo no lo celebro, porque concibo la sociedad de otro modo”. Una sociedad con eutanasia, subrayó, “no es un buen modelo ni de medicina ni de sociedad”.
Indicó que algunos pacientes, muy pocos respecto al total, “elegirán ejercer lo que interpretan que es un derecho. Pero ¿qué pasa con todos los demás? Porque a mí me preocupa qué pasa con todos aquellos con enfermedades avanzadas, con enfermedades progresivas e irreversibles”.
“¿Qué pasa con esa mayoría de enfermos graves que no solicitan la eutanasia? La eutanasia lanza el mensaje de que hay vidas que no tienen valor para ser vividas en circunstancias de enfermedad. Algunos pacientes no se van a sentir bien cuando estén sufriendo y necesiten recursos, cuando necesiten hospitalizarse para recibir cuidados paliativos especializados. O cuando necesiten un tratamiento especial para aliviar el dolor. O cuando la enfermedad no progrese rápidamente, sino lentamente, y el deterioro sea lento. ¿Qué mensaje traslada la sociedad a esas personas? ¿Qué mensaje traslada la eutanasia a estas personas?”.
Uno de los argumentos de los promotores de la ley de eutanasia en España es que da la opción de finalizar la vida sin sufrir a aquellos que lo solicitan, sin afectar a las demás personas. Sin embargo, el doctor Centeno rebate este argumento.
“No entiendo que al resto de las personas no les afecte. Claro que les afecta”, insistió. “Vamos a tener que poner razones sobre la mesa para reclamar recursos para enfermos de ELA, enfermos con un cáncer avanzado... No estoy hablando de hipótesis, estoy hablando de lo que se vive en otros países”.
El doctor Centeno, sin embargo, no cree que la ley ponga en cuestión los cuidados paliativos, más bien pone en cuestión la medicina, “en general las profesiones del cuidado, las profesiones de la salud”.
“Entre los fines de la medicina no está administrar una medicación para adelantar la muerte. Los fines de la medicina son curar y aliviar”, subrayó.
El problema, argumentó, es que el éxito alcanzado por la medicina en los últimos años, un éxito que llega de la mano de la técnica y de posibilidades terapéuticas que antes no existían, “ha puesto como paradigma de la medicina la curación. Pero todos sabemos que la esencia del médico está en el aliviar el sufrimiento”.
“Los médicos queremos estar ahí, con nuestra ciencia, con nuestra humanidad también, queremos estar junto al paciente porque nos formamos y nos entrenamos para aliviarle. Más aliviar que curar es la esencia de la medicina”.
Sin embargo, debido a ese éxito de la medicina al sanar, parece que “cuando no puedes curar es un fracaso. Entonces viene la eutanasia. ‘Si no me puedo curar, si no voy a vivir más, si no voy a vivir bien, si estoy sufriendo pues no tiene sentido, esto es un fracaso’”. En definitiva, “la esencia de la medicina se vive cuando no podemos curar y cuando estamos junto al paciente ayudándole”.
El doctor Centeno también puso el acento en la situación a la que se deberán enfrentar a partir de ahora los médicos. El médico, afirmó, está junto al paciente y “hasta que la ciencia obra, y el analgésico funciona, y la medicación se hace efectiva, hasta entonces, nosotros también sufrimos”.
“¿Y en qué situación nos ponen cuando, haciendo todo lo que podemos para aliviar al paciente, en el bolsillo derecho tengo la ‘llave’ para que eso se acabe? ¿Qué pasa con el médico, ese profesional, esa enfermera, que está agotado, después de alargar la jornada porque llega otro paciente y otro paciente y otro paciente, qué pasa si tiene en el bolsillo la llave para que ese sufrimiento se acabe, el del paciente y el suyo?”.
“Seguramente, ese sufrimiento se podría ir aliviando con un poco más de tiempo, con una consulta a un colega, o con una evaluación más profunda”, explicó.
Lamentó, por lo tanto, que se “está cambiando la concepción de la medicina. El modelo de sociedad, que introduce una ley de eutanasia, es un modelo en el que el valor no es acompañar al que sufre. Ya no es un valor absoluto, el valor absoluto para la medicina ya no es aliviar y curar cuando se pueda, sino que es aliviar y curar cuando se pueda más aguantar hasta el final si podemos”.
“Aunque seamos pocos seguiremos con la defensa de un modelo de sociedad y un modelo de medicina que son radicalmente distintos a los propuestos por una sociedad con eutanasia”, concluyó.
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