La Misa fue concelebrada por el Cardenal Mario Poli, Arzobispo de Buenos Aires y Primado de la Argentina; el Obispo de Chascomús, Mons. Carlos Malfa; el Arzobispo de Mercedes-Luján, Mons. Jorge Eduardo Scheinig; y el Obispo Auxiliar de Buenos Aires, Mons. Enrique Eguía Seguí.
Mons. Ojea señaló en su homilía que “llevamos al corazón de la Virgen este año que termina, en el que la humanidad está atravesada por una crisis sanitaria que nos deja expuestos en todas nuestras fragilidades. Con esta dura prueba una vez más quedó en evidencia de las notas más preciadas de nuestro pueblo, la solidaridad”.
“Este espíritu solidario continúa vigente en tantas personas que se han entregado al servicio y al cuidado de la vida de los demás, aunque al mismo tiempo se hayan puesto de manifiesto gravísimas inequidades, ineficiencias estructurales sin que faltaran mezquinos intereses en algunos así como la negación de la realidad en otros”, señaló.
Frente a todo esto, destacó, “nos consuela mucho saber que el pueblo argentino ha elegido mayoritariamente cuidar la vida frente al rigor de este tiempo inédito”.
Sin embargo, continuó, “no podemos ocultar nuestro dolor ante la sesión inminente para tratar el proyecto de ley del aborto”.
“Públicamente hemos expresado la inoportunidad de dicho proyecto, no porque pensemos que hay un tiempo propio para presentarlo, ya que es muy conocida la posición sobre este tema de millones de personas creyentes y no creyentes, sino que cuando hablamos de tiempo oportuno, nos referimos a la sabiduría de leer en profundidad lo que se está viviendo, la magnitud y la complejidad de la crisis que atravesamos”.
“Esta Navidad nos encuentra en un momento histórico en el que necesitamos una ardua reconstrucción de las fuentes de trabajo, de la educación, de las instituciones y de los lazos fraternos. Muchas cosas se han roto y necesitan ser sanadas”, dijo.
El Prelado subrayó que en Argentina “no podremos construir si se le suelta la mano al indefenso, si se desconocen los derechos al más débil y al más pobre. Este es un principio de ética humana, pre religiosa, que está sostenido por la ciencia médica y el derecho”.
El Presidente de la CEA recordó que “cuando el doctor Tabaré Vázquez, expresidente del Uruguay que acaba de fallecer, vetó la ley del aborto en su país, no se basó en sus creencias ya que se había declarado agnóstico, sino en la conciencia de un médico que sabe perfectamente cuándo comienza el maravilloso acontecimiento de la vida humana y que hizo un juramento para defenderla”.
“María, nuestra madre, eligió la vida amenazada de un niño en el pesebre, la defendió con valentía de Herodes y sus soldados, la acompañó a lo largo de la vida pública de Jesús y la acompañó hasta la cruz, el momento más duro y terrible”, indicó.
“Este año el pueblo argentino cuidó la vida, la protegió, la alimentó, la curó, la lloró, la defendió de la pandemia, del hambre, de la falta de trabajo y de la miseria. Por eso estamos convencidos de que con María de Luján el pueblo seguirá eligiendo siempre toda la vida y todas las vidas”, añadió.
Al finalizar, Mons. Ojea pidió a Nuestra Señora de Luján que “detengas tu mirada sobre los legisladores que tendrán que decidir sobre un tema de delicadeza tan extrema”.
“Que pueda provocar una serena reflexión en sus mentes y en sus corazones, que no renieguen de sus convicciones más profundas, para que todos los invitados al banquete de la vida puedan ser recibidos por un pueblo que sabe crear las condiciones de justicia necesaria para que cada uno tenga su lugar en esta mesa grande, sin excluir a nadie ni privilegiar a algunos”, expresó.
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